A la exitosa gira del opositor y presidente a cargo Juan Guaidó por Europa y Estados Unidos, el régimen chavista respondió con una visita de mucho peso internacional. Ayer, el canciller ruso Serguei Lavrov llegó a Caracas, donde se reunió con el presidente Nicolás Maduro. El enviado de Vladimir Putin abogó por “el diálogo para lograr una salida” a la crisis en Venezuela, y anunció que Moscú profundizará la cooperación económica, energética y militar con Venezuela. Rusia ya posee grandes concesiones de yacimientos petrolíferos en Venezuela, pero esta no puede cumplir con sus compromisos de pago de créditos realizados por Moscú. Una situación similar ocurre con China, su otro gran aliado internacional. Ambas potencias igualmente sostienen al régimen chavista, una espina en el flanco para Estados Unidos y Europa en el corazón de América latina y con las mayores reservas probadas de petróleo del mundo.
“Queremos que todos cumplan con sus obligaciones internacionales para solucionar todas las disputas a través de medidas pacíficas, y no utilicen la fuerza’’, afirmó a través de una interprete en alusión a Estados Unidos. El canciller de Rusia también aprovechó para condenar las sanciones impuestas por Washington a Venezuela y las consideró “inaceptables’’. El ministro ruso habló durante un encuentro en la Cancillería con miembros del gobierno y de organizaciones opositoras minoritarias y aisladas que participan en una “mesa de dialogo” impulsada por Maduro. La verdadera y mayoritaria oposición está detrás de Juan Guaidó, quien ayer se hallaba aún en Estados Unidos, donde se reunión con el secretario general de la OEA, Luis Almagro.
Lavrov lamentó el fracaso de otras iniciativas de diálogo que se impulsaron en el pasado e indicó que estaba convencido que las elecciones parlamentarias previstas para este año son “la única posibilidad para los radicales (de) no perder la posibilidad de participar en el futuro político de Venezuela’’.
En el marco de la reunión, el ministro de Comunicación, Jorge Rodríguez, agradeció al presidente Vladimir Putin por “tantas demostraciones de profunda amistad, de colaboración’’, y denunció que Venezuela es víctima de una “agresión multiforme’’ de parte de Estados Unidos, al que acusó de violar “toda norma de derecho internacional’’ para decidir quién gobierna en el país. Sin embargo, Juan Guaidó no solo es reconocido como presidente legítimo de Venezuela por Estados Unidos. Otros 62 países, además de la Unión Europea y la OEA, reconocen a Guaidó y desconocen a Maduro, quien fue reelegido en unas opacas elecciones en mayo de 2018.
Lavrov conversó con Maduro sobre el camino que se seguirá para “profundizar’’ la cooperación económica, comercial, industrial, agrícola, energética y militar. Rusia vende armas y maquinaria a Venezuela, entre otros rubros. La deuda de estas compras sin embargo no ha posido ser pagada por Venezuela. “Es importante desarrollar nuestra cooperación técnico-militar para incrementar la capacidad de defensa de nuestros amigos frente a estas amenazas de afuera’’, dijo el canciller ruso, y agregó que los planes de cooperación serán estudiados en mayo en una reunión de una comisión intergubernamental de alto nivel.
Venezuela compró en 2006 una veintena de cazas Sukhoi, helicópteros, y rifles de asalto que implicaron gastos por más de 4.000 millones de dólares. Eran los tiempos de auge de Hugo Chávez. Hoy, con el país postrado y su población víctima del hambre, estos gastos resultan chocantes. Lavrov anunció que Maduro viajará el 9 de mayo a Moscú.
El viaje del ministro se da dos días después que el líder opositor, Juan Guaidó, se reunió en la Casa Blanca con Donald Trump, quien se comprometió a seguir apoyando a la oposición para lograr la salida del poder de Maduro. Guaidó también fue recibido por el canciller de EEUU, Mike Pompeo, y por la líder de la oposición demócrata en el Congreso, Nancy Pelosi.
La visita de Guaidó a Washington fue parte de una exitosa gira internacional que inició el 19 de enero y que incluyó a Bogotá, Londres, París, Bruselas, Madrid y Otawa, para cerrar en Washington.
Maduro logró el año pasado sortear fuertes presiones internas y externas gracias en parte al apoyo de Rusia, China, Turquía y Cuba y el respaldo de la cúpula militar venezolana. Rusia se ha convertido en las últimas dos décadas en un estrecho aliado de Venezuela. Rosneft, la mayor petrolera rusa, tiene importantes participaciones en al menos seis proyectos en Venezuela que han implicado inversiones de unos 9.000 millones de dólares desde 2010, además de numerosas entregas de material bélico. Rusia se quedaría con la filial estadounidense de la petrolera estatal PDVSA, Citgo, dado que esta valiosa firma es la garantía dada por el chavismo a cambio de millones de dólares en diversas operaciones de Rusia, y que no ha podido reembolsar.