El destituido presidente de Cataluña, Carles Puigdemont, dijo hoy en conferencia de prensa en Bruselas que no busca asilo político en la capital belga pero tampoco volverá a España hasta tener "garantías", luego de demandar a la Unión Europea (UE) que reaccione frente a un Estado español que "solo entiende la razón de la fuerza".
"Podemos asegurar nuestros derechos y cumplir con nuestras obligaciones desde aquí", dijo el líder secesionista, quien pese a su destitución por parte del Ejecutivo central del conservador Mariano Rajoy insistió en que no "abandono" su cargo y seguirá "trabajando" para hacer frente a la "ofensiva altamente agresiva" del Estado español.
Puigdemont brindo una conferencia de prensa en el club de periodistas de Bruselas, al día siguiente de haber viajado de incógnito a la capital de Bélgica en medio de rumores de que iba a solicitar asilo político, una opción que su abogado admitió que estudiaba, ante la presentación por parte de la Fiscalía española de una querella en su contra por delitos de rebelión, sedición y malversación.
El expresidente afirmó que estaba allí "para evidenciar el problema catalán en el corazón de Europa y la politización de la Justicia española al perseguir las ideas", y negó que fuera a solicitar asilo.
"Queremos evidenciar ante el mundo el gran déficit democrático que se da en el Estado español", manifestó Puigdemont, acompañado por cinco miembros de su antiguo gabinete, añadió: "No vamos a escapar a la acción de la Justicia".
No obstante, el dirigente catalán denunció la "politización de la Justicia" española y la "ausencia de imparcialidad", de ahí que, insistió que busca "libertad y seguridad" y las "garantías jurídicas que no se dan en Cataluña y España".
En ese sentido, advirtió que no regresará a su país hasta obtener la garantía de que tendrá "un proceso judicial justo" frente a un Estado español que lo quiere "meter en la cárcel" por "cumplir" su programa electoral, y que se quedará en la capital belga el tiempo que "considere necesario".
Según argumentó, la querella del Fiscal General del Estado no responde a un "deseo de Justicia sino de venganza".
Al inicio de su comparencia ante numerosos medios de prensa de todo el mundo, en la que se expresó en francés, catalán, español e inglés, Puigdemont sostuvo que ante la intervención de Cataluña por parte del Ejecutivo español, su gobierno "podía haber optado por forzar a los funcionarios para iniciar una disputa por la hegemonía", pero no lo hizo porque la resistencia habría tenido una "reacción violenta" del Estado como la del referéndum del 1 de octubre.
Tras reivindicar una vez más el carácter pacífico del movimiento independentista catalán, el dirigente pidió a la UE que "reaccione, que haga algo" porque, remarcó, Cataluña tiene "delante un Estado que solo entiende la razón de la fuerza".
Por otro lado, señaló que a los catalanes "no le dan miedo los retos democráticos", por eso, aceptará las elecciones autonómicas del 21 de diciembre y sus resultados, y pidió al gobierno español que haga lo mismo.
"Las elecciones del día 21 son un reto democrático. Si el gobierno si ha querido hacer un plebiscito sobre el artículo 155, aceptamos el desafío. Votando se resuelven los problemas", aseguró en ese sentido.
Puigemont pidió al pueblo catalán que se prepare para "un camino largo", y advirtió que pese a las dificultades, "no van a conseguir que abandonemos nuestro proyecto político".