Un hombre fue degollado ayer en una calle cerca de un cuartel en el sur de Londres y el primer ministro británico, David Cameron, dijo que hay indicios de que el hecho tuvo motivaciones políticas.
Un hombre fue degollado ayer en una calle cerca de un cuartel en el sur de Londres y el primer ministro británico, David Cameron, dijo que hay indicios de que el hecho tuvo motivaciones políticas.
La víctima, un soldado británico, fue atacado en el distrito de Woolwich, en el sureste de la capital británica, por agresores sin identificar. Reportes de prensa dijeron que los atacantes intentaron decapitarlo mientras gritaban "Alá es grande" en árabe. Poco después de este hecho, dos personas que llevaban armas fueron heridas tras un tiroteo con la policía.
El gobierno británico convocó una reunión del comité de seguridad de emergencias Cobra tras el hecho. Estas reuniones se convocan solamente para abordar asuntos con implicaciones para la seguridad nacional. "Es el crimen más espantoso", dijo Cameron desde París, donde estaba en una visita que acortó. "La policía está buscando todos los hechos de este caso con urgencia, pero hay fuertes indicios de que es un incidente terrorista", agregó.
Imágenes de video filmadas por un transeúnte y dadas a conocer por la cadena de noticias local ITV mostraron a un hombre con las manos cubiertas de sangre y sosteniendo un cuchillo ensangrentado. El hombre, que parecía estar agitado y furioso, dijo: "Lamento que las mujeres hayan tenido que ver esto, pero en nuestro territorio nuestras mujeres deben ver las mismas cosas". "Su gente nunca estará a salvo. Echen a su gobierno, ellos no se preocupan por ustedes".
Lobos solitarios. Los jefes antiterroristas británicos han advertido recientemente que individuos radicalizados, calificados de "lobos solitarios" que podrían no tener contacto directo con Al Qaeda, suponen un peligro tan grande como aquellos que planearon los atentados de 2005.
"Hemos visto este tipo de ataques antes en nuestro país, y nunca cederemos ante ellos", afirmó Cameron.