Por amenazas, censuran en Holanda una película sobre el islamismo

La Haya. — Una película, crítica del islamismo hecha por el politico holandés Geert Wilders fue retirada de Internet después de sólo un día, según informó el propio sitio web. La medida se tomó tras recibir "amenazas muy serias". Holanda ya registra el asesinato de un cineasta por haber filmado una pélícula crítica del islam. El nuevo caso pone en discusión la vigencia de la libertad de expresión en un país que se considera un bastión histórico de la tolerancia y la libre expresión.

El cortometraje de Wilders, de 15 minutos, vincula atentados de extremistas musulmanes con textos del Corán. Esto desató una ola de críticas, pero también de amenazas de muerte. Los gobiernos de Indonesia, Pakistán e Irán condenaron la película y la calificaron de ofensa a los musulmanes.

El Consejo de los Musulmanes, una de varias organizaciones musulmanas en Holanda, lamentó que las "ofensas" del tipo de las de Wilders se hayan "vuelto comunes". El organismo lleva adelante una demanda judicial para censurar la película. Dice que no se trata de censura sino de detener un insulto contra el islam.

Wilders ya tiene un seguidor, Ehsan Jami. Este es un político que se hizo conocido porque renunció a la fe islámica. Esta decisión es penalizada con la muerte en muchos países islámicos. La prohibición se basa en textos de Mahoma. Jami fue amenazado de muerte y atacado físicamente, y denuncia la total falta de apoyo del Estado y los partidos politicos.

Siniestro antecedente. También él quiere hacer una película sobre el islam, como Wilders. Ambos tienen un predecesor con final trágico. El director de cine Theo van Gogh, nieto del genial pintor, quien gustaba cuestionar los dogmas musulmanes, hizo una cinta sobre la opresión de la mujer en el islam. En noviembre de 2004 fue asesinado por un terrorista musulmán. Van Gogh fue degollado y sobre su cadáver fue dejada la condena a muerte de la libretista de la película, una musulmana "renegada", Ayaam Hirsi Ali. Esta, que era diputada holandesa, debió finalmente huir del país ante la falta de garantías para su vida, y refugiarse en Estados Unidos. La película de Van Gogh y Ali jamás se proyectó en diversos festivales, contra lo planeado antes del crimen. Las amenazas y el miedo de los organizadores actuaron como una eficaz autocensura. El caso dejó serias dudas sobre la libertad de opinión en Holanda, que ahora vuelven a aflorar con la autocensura del film de Wilders en Internet.