Los democristianos capitaneados por la canciller alemana, Angela Merkel, y los socialdemócratas se preparan para abrir negociaciones formales para formar un nuevo gobierno en Alemania que acabe con la inestabilidad generada tras las elecciones de hace casi cuatro meses.
Los líderes de la Unión Cristianodemócrata (CDU), la Unión Cristianosocial (CSU) y el Partido Socialdemócrata (SPD) se reunieron ayer para intentar fijar la hoja de ruta. Se espera que las conversaciones formales comiencen ya esta semana.
De momento, el presidente del SPD, Martin Schulz, ya ha pedido tiempo antes de la ronda de negociación para poder celebrar reuniones internas que aclaren la posición de partida de una agrupación dividida respecto a si reeditar o no una nueva "gran coalición" bajo el mando de Merkel.
El presidente federal de Alemania, Frank-Walter Steinmeier, expresó la esperanza de que se alcance rápidamente un acuerdo para formar gobierno.
Corresponde a los partidos decidir si existen puntos comunes suficientes en sus programas, declaró Steinmeier. "Independientemente de ello, todos sentimos que la gente en Alemania espera que ahora, tras más de cuatro meses de las elecciones generales, vuelva a formarse un gobierno", indicó.
Schulz se encuentra bajo una gran presión ante la mayoría de un 56,4 por ciento obtenida en la votación del congreso extraordinario del partido el domingo, a favor de entablar negociaciones con los democristianos. Por ello ha adelantado su intención de volver a abordar determinados temas ya fijados en un preacuerdo alcanzado durante los primeros contactos entre los partidos.
El líder del SPD recordó que ahora es cuando tiene lugar el inicio de las negociaciones reales de una alianza de gobierno. "Hablaremos de nuevo sobre todos los temas que ya tratamos en los primeros contactos", afirmó a pesar de la oposición de los democristianos.
Los problemas de la cúpula para convencer a sus delegados obliga al partido a intentar lograr mejoras en el preacuerdo alcanzado a mediados de enero. "La Unión _formada por la CDU de Merkel y la CSU_ debe moverse, si no al final no habrá coalición", declaró el vicepresidente del SPD, Ralf Stegner.
El SPD reclama especialmente volver a hablar sobre temas como "la medicina de dos clases", es decir, el trato discrecional entre el seguro privado y el público de salud, al que quiere poner fin. También busca la abolición de los contratos temporales sin causa y renegociar la reagrupación de las familias de los refugiados.
La cúpula del partido incorporó en el último momento estas tres demandas en la moción general que sometió a votación el domingo para tender un puente hacia los más escépticos. Los democristianos ya avisaron sin embargo que no están dispuestos a modificar sustancialmente el preacuerdo de 28 páginas.
"Es normal que el SPD quiera volver a hablar sobre puntos nuevos. No obstante, no pueden ser puntos que obligarían a reformular el resultado de los contactos preliminares", declaró la primera ministra del Sarre, Annegret Kramp-Karrenbauer, de la CDU, al diario alemán Rheinische Post.
Por su parte, el consejo económico de la CDU advirtió que la Unión no puede "ceder ni un milímetro más" respecto al SPD. Ya los acuerdos alcanzados en las reuniones previas suponen "una gran prueba para Alemania como potencia económica y para sus puestos de trabajo", indicó el secretario general del consejo económico, Wolfgang Steiger, al diario alemán Bild.
Para Semana Santa
El objetivo de los democristianos es terminar las negociaciones a mediados de febrero y contar con un gobierno antes de Semana Santa. Sin embargo, el acuerdo final de coalición deberá ser sometido antes al voto de los más de 440.000 militantes del SPD, como ya sucediera en la anterior gran coalición hace cuatro años. Con la mirada puesta ya en esta votación, miembros del ala izquierda del SPD, especialmente las juventudes del partido, hicieron un llamamiento a afiliarse para poder votar en contra de una nueva gran coalición.
"Quien quiera que el SPD vuelva a ser un partido fuerte de izquierdas puede decidir ahora de manera decisiva. Por solo cinco euros al mes", explicó el jefe de los jóvenes, en Renania del Norte-Westfalia, Frederick Cordes, en referencia a la cuota mensual de los afiliados.
El presidente de las juventudes socialdemócratas a nivel federal, Kevin Kühnert, apoyó la campaña "Afíliese, diga No" y difundió a través de Twitter un link con el formulario para afiliarse al partido.
Tan pronto como se presente el borrador de un acuerdo de coalición las juventudes socialdemócratas "organizaremos eventos en toda Alemania y promocionaremos nuestra postura", anunció Kühnert.