Washington.— EEUU llega hoy al intenso “supermartes” con una apasionante carrera
en el bando demócrata. Más de 20 Estados celebrarán elecciones primarias para terminar de definir
quiénes serán los candidatos a presidente para los comicios de noviembre. El ambiente, ya caliente
de por sí, incrementó unos grados más su temperatura con la publicación de las últimas encuestas.
Ayer, un sondeo de CNN mostró por primera vez al senador negro Barack Obama por delante de la ex
primera dama Hillary Clinton, aunque por una mínima diferencia.
Según la cadena televisiva, Obama cuenta con un 49% de los apoyos,
contra un 46% de Hillary. El margen de error de la encuesta es del 4,5%, por lo cual es muy
arriesgado afirmar cuál de los precandidatos demócratas lidera la competencia. Además, el público
no confía demasiado en los resultados de los sondeos, sobre todo después del fracaso de los
pronósticos en las primarias de New Hampshire.
De todas maneras, el último estudio de CNN representa un dramático
cambio en los números de la carrera demócrata. A mediados de enero, Hillary iba al frente con un
42%, contra el 33% de Obama.
Promedio nacional. En una “encuesta de encuestas” elaborada por CNN,
que promedia los resultados de cinco sondeos a nivel nacional, la ex primera dama supera al senador
afroamericano en dos puntos porcentuales (45 a 43). Los sondeos fueron realizados por CNN/Opinion
Research, Gallup, Pew, ABC y CBS.
Mientras tanto, entre los republicanos, el panorama está cada vez más
claro a favor de John McCain. El veterano senador por Arizona dispone de unos 18 puntos de ventaja
sobre el ex gobernador de Massachusetts Mitt Romney.
En una frenética carrera, los aspirantes se apuraron ayer para
transmitir al mayor número de votantes posible su mensaje, ganarse los últimos respaldos de
celebridades y, de paso, criticar con más o menos sutileza a su más directo rival.
Apoyos y estrategias. Obama cosechó ayer otro respaldo clave del llamado
“clan Kennedy”: Maria Shriver, sobrina del asesinado presidente John F. Kennedy y
esposa del gobernador de California, Arnold Schwarzenegger, se presentó en un acto político en Los
Angeles para dar su apoyo al candidato negro. Su marido, un republicano, se pronunció la semana
pasada a favor de John McCain.
En tanto, Hillary se mostró emocionada casi hasta las lágrimas en un
pequeño acto con profesores en la Universidad de Yale, en Connecticut. Los medios destacaron que es
la misma “estrategia” que utilizó en una reunión con mujeres justo antes de las
primarias en New Hampshire, cuando los sondeos la castigaban pero después terminó ganando.
Un sistema complejo. El sistema de primarias de EEUU, sobre todo en el
“supermartes”, es bastante complejo, pero algunas claves pueden aclarar el panorama:
♦ Los demócratas celebran hoy elecciones en 22 Estados, más su
división de residentes en el extranjero. Entre todos determinarán 1.678 delegados de los 4.049 que
votarán a finales de agosto en la convención nacional en Denver, para elegir oficialmente al
candidato del partido. Para ser elegido, se necesita el apoyo de 2.025 delegados.
♦ Los republicanos, por su parte, votan hoy en 21 Estados para
elegir a 1.029 delegados de los 2.380 que asistirán a la convención del partido en Minneapolis a
principios de septiembre. Para ser elegido candidato a la presidencia, se requiere el voto de 1.191
delegados.
♦ Los Estados con más población son los más codiciados, ya que
reparten un mayor número de delegados. Entre ellos figuran California (441 para los demócratas, 173
para los republicanos), Nueva York (281 y 101), Illinois (185 y 70) y Nueva Jersey (127 y 52).
♦ El sistema es diferente según quién pueda votar. Las primarias
republicanas de California, por ejemplo, son “cerradas”, lo que significa que sólo
pueden votar los votantes registrados como republicanos. En el mismo Estado, las primarias
demócratas son “abiertas”, por lo que cualquier ciudadano puede participar.
Haciendo cuentas. Debido a que los demócratas distribuyen los delegados entre los
candidatos en proporción a sus votos por Estado, aquellos que pierdan en un Estado aún pueden
lograr una gran cantidad de delegados. Por eso se prevé que ni Hillary ni Obama tendrán una
victoria final, pero uno de los dos podría emerger con una ventaja significativa de delegados.
Una votación reñida podría depender de los casi 800
“superdelegados” demócratas, que están habilitados a apoyar al candidato que quieran.
Estos “superdelegados” pueden ser funcionarios de distintos rangos y líderes del
partido, y representan a un quinto de los 4.049 delegados totales.