Obama con McCain: un primer cara a cara sin brillo ni golpes de knock out
Las circunstancias del debate —bajo la sombra de la grave crisis financiera y de la búsqueda
desesperada de soluciones en Washington— fueron únicas. A punto estuvo uno de los dos
contrincantes de no presentarse al duelo, algo que no ha pasado nunca en Estados Unidos. En la
misma jornada en la que Barack Obama y John McCain se encontraron en el estrado de la universidad
de Mississippi, demócratas y republicanos se esforzaban por encontrar una salida a la crisis.
28 de septiembre 2008 · 01:00hs
Washington. — Las circunstancias del debate —bajo la sombra de la
grave crisis financiera y de la búsqueda desesperada de soluciones en Washington— fueron
únicas. A punto estuvo uno de los dos contrincantes de no presentarse al duelo, algo que no ha
pasado nunca en Estados Unidos. En la misma jornada en la que Barack Obama y John McCain se
encontraron en el estrado de la universidad de Mississippi, demócratas y republicanos se esforzaban
por encontrar una salida a la crisis. La impotencia, e incluso el caos, aumentan con cada día en
Washington ¿Cómo era posible que ambos contrincantes llegaran a brillar con recetas simples y
optimismo?
"Wall Street secuestró el primer debate presidencial", señaló el canal televiso
MSNBC de forma metafórica. Prudencia y una actitud reservada eran las reglas a cumplir, nadie
quería arriesgarse demasiado. "Todavía no hemos analizado el contexto concreto", opinó Obama sobre
el salvataje para Wall Street. "Esa no era la respuesta que esperaban los estadounidenses", dijo un
comentarista de la CNN.
Tampoco McCain lo hizo mucho mejor. Sus creencias en política financiera se
basaron en la conocida receta patentada por los neoconservadores: "Tenemos que limitar el gasto
(público) (...) Tenemos que cambiar el sistema". El senador recurrió a esa fórmula una media docena
de veces. Una cosa es segura: el espectáculo de una hora y media de duración no supondrá un momento
de esplendor en la cultura de los debates políticos.
Demasiado en juego. El veredicto final fue, de acuerdo a la mayoría de los
expertos y medios: combate sin golpe de K.O. Pero también hay consenso en que ese resultado
favorece las opciones de Obama de convertirse en el inquilino de la Casa Blanca. El va adelante en
los sondeos, y aunque su margen sea pequeño (47,9 por ciento a 43,7 por ciento) es McCain el que
necesita remontar En cualquier caso, el debate no tuvo un efecto de cambio radical ni supuso un
cambio importante en la actual campaña electoral. Tampoco hizo que los votantes cambien su opinión
y se decidan por el otro candidato. Fue un debate sin momentos álgidos, sin brillo y sin ganador.
Daba igual si se trataba de Irán, Irak, la economía o los impuestos: sólo se escuchaban frases
manidas que los candidatos llevan empleando desde hace semanas durante sus giras. Más interesante
fue el lenguaje corporal: mientras Obama se dirigía desde el estrado a su adversario, le hablaba
directamente y procuraba mirarle a los ojos, McCain dio muchas veces la espalda a su
contrincante.
"Escurridizo y de vez en cuando mostrándose despreciativo", trató de describir
el New York Times esta característica del republicano. Y es que este hombre de 72 años estuvo
constantemente mencionando el "factor de la edad" en los debates.
"No entiende". El veterano de Vietnam subrayó su experiencia política y su
competencia sobre todo en política exterior y seguridad. Sus frases siempre comenzaban: "Me temo
que el senador Obama no entiende". Uno de sus comentarios finales fue: "No creo que Obama disponga
de la sabiduría y experiencia necesarios". Ahí se notó una pizca de arrogancia y altanería. Pero
los expertos opinan que McCain asumió un gran riesgo: "A los estadounidenses no les gusta la
arrogancia".
La primera batalla pasó, pero aún quedan más para que cualquiera de los dos gane
la guerra. Ambos candidatos se verán las caras por segunda vez en un debate el 7 de octubre en
Nashville, Tennessee, y por tercera y última el 15 en Nueva York. Después ya sólo quedarán las
elecciones del 4 de noviembre.
Daban igual Irán, la economía o Irak. Sólo se escucharon frases manidas de los
candidatos"