Washington.— Después de la derrota de su Partido Demócrata en las elecciones de noviembre, el presidente Barack Obama parece estar ahora con viento a favor. Por primera vez en meses, las encuestas lo ubican en una buena posición, mientras que muchos analistas predicen que el mandatario ha dejado atrás lo peor y tiene grandes chances de ser reelegido en 2012.
El emotivo funeral tras el tiroteo de Arizona marcó un punto de inflexión. El discurso del presidente fue tan sensible que ablandó incluso el corazón de los republicanos. “Creo que empleó el tono adecuado”, dijo Newt Gingrich, republicano de la línea dura que no suele tener buenas palabras para Obama.
Pero no son sólo sus delicadas palabras sobre el dolor y la unión de la nación las que le han granjeado una renovada popularidad. Justo cuando se cumplen los dos años de su llegada al poder, el 20 de enero, la situación en EEUU comienza a mejorar. La economía empieza a remontar, con previsiones de crecimiento de hasta el 4%, e incluso algo parece moverse en las cifras de desempleo. El valle de lágrimas se acerca a su fin.