Si las relaciones entre Cuba y Estados Unidos siguen avanzando hasta conseguir una normalización plena, ese cambio estará ligado para siempre con el nombre de Barack Obama. Esa es la apuesta del presidente de Estados Unidos, que busca convertirse además en el gran impulsor de la apertura de la isla comunista, en caso de que las reformas cubanas se agilicen.
Con su visita a la isla, Obama busca su "«momento Nixon» en China", según lo definieron algunos expertos: cimentar su legado como el presidente que reanudó las relaciones con Cuba, tal y como el republicano Richard Nixon hizo con China. El viaje de Nixon a Pekín en febrero de 1972 fue controvertido. La visita —que incluyó un apretón de manos con el líder comunista Mao Zedong y un paseo por la Gran Muralla china— supuso un paso importante para la normalización de las relaciones entre Estados Unidos y la República Popular China. Los sucesores de Nixon no dieron marcha atrás en la política estadounidense hacia Pekín. Ahora, sin embargo, no todos consideran el acercamiento a Cuba tenga los efectos que Estados Unidos desea.
Odiosas comparaciones. El asesor de Seguridad Nacional de Obama, Ben Rhodes, justificó la nueva política de diálogo apuntando a los cambios que ya están teniendo lugar en la isla cuando un periodista comparó en una conferencia de prensa el acercamiento a Cuba con la reanudación de relaciones diplomáticas entre Estados Unidos y Vietnam en 1995. En el país asiático sigue habiendo problemas con los derechos humanos, argumentó el reportero. "En Cuba está sucediendo una evolución", respondió Rhodes. "Y podemos ser parte de ella o no", agregó.
Otros analistas dudaron de que se pueda comparar la dimensión de la visita de Nixon a China con la de Obama a Cuba. "Lo de Nixon fue un viaje de repercusión mundial y una jugada diplomática que será estudiada por décadas a venir. No le resto importancia a la política de Obama hacia Cuba y sin duda este viaje tendrá una significancia histórica enorme", consideró Juan Carlos Hidalgo, experto en América latina del Instituto CATO. "Pero su impacto en la diplomacia mundial será más limitado. Al final de cuentas, Cuba, una isla empobrecida de 11 millones de personas, no es China", agregó.
Otros expertos, en cambio, resaltaron el papel de la visita en las relaciones entre Estados Unidos y los países de América latina. "Aunque no tiene la misma magnitud geoestratégica de la visita de Nixon a China, en nuestro continente, esto rompe todos los moldes", dijo Peter Schechter, director del Centro Adrienne Arsht para América Latina del Atlantic Council. "Este viaje será el máximo gesto del presidente Barack Obama para elevar la imagen de Estados Unidos en América latina. Obama perseguía un legado duradero en política exterior en su segunda legislatura. Y lo encontró en Cuba", agregó Schechter.
Dudas. Aunque Harold Trinkunas, director de la Iniciativa Américas del laboratorio de ideas Brookings, no duda de la importancia histórica de la primera visita de un presidente estadounidense a la isla en 88 años, se pregunta "si las negociaciones Cuba-Estados Unidos han avanzado lo suficiente para justificar la visita en este momento".
En cambio, el profesor Arturo López-Levy, de la Universidad de Texas, considera que "el mayor paralizante del cambio en la política estadounidense hacia Cuba sería la falta de atención". "Frente a la parálisis del Congreso, una visita de Obama ratificaría el nuevo curso del Ejecutivo hacia Cuba: más cooperación, en más temas, tan frecuentemente como lo permitan las leyes", afirmó el analista de origen cubano.
Hidalgo concluyó que la valoración del viaje de Obama a Cuba dependerá de las circunstancias en que éste se realice. Si Obama "sigue los pasos del ex presidente Jimmy Carter cuando visitó Cuba en 2002, donde se reunió con disidentes y habló en televisión nacional a favor de mayores libertades y respeto a los derechos humanos, creo que sería muy positiva", señaló. Si no fuera así, "me haría pensar que el viaje tiene más que ver con consolidar el legado personal del presidente y menos con fomentar cambios que mejoren la vida de los cubanos", agregó Hidalgo. La Casa Blanca aseguró que Obama se reunirá con disidentes en La Habana.
Impacto en las urnas. Otros analistas apuntan también al efecto que pueda tener la visita en las elecciones presidenciales en Estados Unidos. Aunque lo más probable es que el viaje agite la campaña electoral, no creen que vaya a pasarle factura a los demócratas en las urnas, ya que la política hacia Cuba de Obama cuenta con un amplio respaldo de los estadounidenses y del sector empresarial. "Obama sabe que su política hacia Cuba es popular entre los estadounidenses y ha decidido subir las apuestas del tema en las primarias de la Florida, donde se espera (que la relación con Cuba) sea un tema prominente", cree López-Levy. "La alta probabilidad de que Obama reciba una calurosa bienvenida del pueblo cubano creará una imagen positiva alrededor de la visita, lo cual minimiza la posibilidad de que tenga un impacto negativo en las urnas", concluye Trikunas.
"Nos vemos en La Habana"
Barack Obama, afirmó ayer que, en el viaje que realizará a Cuba el mes próximo, no sólo se reunirá con el mandatario anfitrión, Raúl Castro, sino también con "miembros de la sociedad civil" y que abordará temas de discrepancia como los derechos humanos en la isla. "Nos vemos en La Habana", dijo el mandatario en español. "Viajo a la isla para promover los valores de EEUU y a hablar sobre un futuro diferente", acotó.
Adelantó que hablará "francamente" de la "serie de diferencias con el gobierno de La Habana, inclusive de la democracia y de los derechos humanos". "Siempre dije que el cambio no vendrá a Cuba de la noche a la mañana", señaló Obama, que estará en Cuba el 21 y el 22 de marzo. Se trata de la primera visita a Cuba de un jefe de la Casa Blanca en casi 90 años. La última vez fue el presidente Calvin Coolidge, en 1928.
Obama también expresó que su viaje a Cuba "abre un nuevo capítulo" en las relaciones bilaterales. "Creo que la mejor manera de promover los intereses y valores estadounidenses, y la mejor manera de ayudar al pueblo cubano a mejorar su vida, es a través del compromiso, mediante la normalización de las relaciones entre nuestros gobiernos y el aumento de los contactos entre nuestros pueblos", dijo. "A medida que Cuba se abra, significará más oportunidades y recursos para los cubanos de a pie. Y estamos viendo progreso", subrayó. "(Obama) reconoce las grandes diferencias que tenemos con el gobierno cubano, y aunque la transformación de esta nueva relación tomará tiempo, el presidente señaló que su visita a Cuba avanzará las metas que nos guían", indicó la Casa Blanca, en un comunicado.