Washington. — El presidente Barack Obama anunció ayer el abandono del plan
de instalación de un escudo antimisiles en Europa promovido en la era de su predecesor George W.
Bush, al que Rusia se había opuesto tenazmente, y dijo que ofrecerá sistemas de defensa más rápidos
y flexibles para protegerse de Irán. En una medida que podría desatar los temores regionales de una
renaciente influencia del Kremlin, Obama dijo que había aprobado recomendaciones de líderes
militares estadounidenses para cambiar el foco de defensa contra los misiles iraníes de corto y
mediano alcance. "Este nuevo acercamiento proveerá capacidades más rápidas, basadas en sistemas
probados, y ofrecerá mayores defensas contra la amenaza de ataque de misiles", dijo Obama,
descartando planes del gobierno de Bush para instalar interceptores en Polonia y un sitio de
radares en la República Checa.
Moscú dio la bienvenida a la decisión de abandonar el proyecto de Bush, que
había complicado los esfuerzos estadounidenses para comprometer el apoyo ruso en causas como
Afganistán, Irán y el control de armas nucleares. Pero los críticos acusaron a la Casa Blanca de
una peligrosa debilidad. Los planes de Bush significaban jugosos contratos para las empresas de
defensa.
Inquietud del Kremlin. El gobierno de Bush había propuesto el sistema en medio
de preocupaciones de que Irán estuviera tratando de desarrollar ojivas nucleares que pudiera
utilizar en misiles de largo alcance. El escudo pretendía ser una instalación de defensa fija
contra cualquier lanzamiento de misiles de largo alcance desde Estados "corruptos". Pero Moscú lo
veía como una amenaza a sus defensas de misiles y la seguridad en general.
El secretario de Defensa, Robert Gates, dijo luego que su país desplegará buques
Aegis equipados con interceptores capaces de hacer estallar misiles balísticos para defender tanto
a los aliados europeos como a las fuerzas estadounidenses de cualquier amenaza. Gates dijo que los
sistemas de defensa de misiles basados en tierra serán presentados en una segunda fase, que
comenzará cerca de 2015. "Tenemos la oportunidad de desplegar nuevos sensores e interceptores en el
norte y sur de Europa que pueden proveer en el corto plazo la cobertura defensiva contra las
amenazas más inmediatas de Irán y de otros", declaró. La Casa Blanca rechazó las acusaciones
republicanas de que había hecho una importante concesión a Moscú sin obtener nada a cambio.
Devolución de favores. "Esto no es por Rusia", dijo el portavoz de la Casa
Blanca, Robert Gibbs. Pero otros demócratas dijeron que esperaban una devolución de favores con
respecto a la política de Irán, en la que Rusia ha sido un socio reticente en los esfuerzos
internacionales de imponer sanciones más estrictas al régimen de Teherán para que ponga fin a su
programa nuclear. Países de Europa del Este, especialmente Polonia y los Estados bálticos, veían el
plan del escudo antimisiles como un símbolo de compromiso estadounidense para defender la región
contra cualquier invasión de los ex gobernantes soviéticos luego de 20 años del colapso del
comunismo.
Analistas indicaron que la medida, comunicada horas antes del anuncio por Obama
a los gobiernos checo y polaco, ayudaría a la región tradicionalmente pro Washington a construir
relaciones más pragmáticas tanto con Estados Unidos como con Moscú.
Paso positivo
El secretario de la Otán, Anders Fogh Rasmussen,
calificó de paso positivo la decisión de Obama, y lo mismo hicieron los gobiernos inglés y alemán.
El premier Gordon Brown dio la bienvenida al anuncio, en tanto la canciller Angela Merkel lo
consideró una señal esperanzadora de alianzas frente a la amenaza iraní.