Washington.— El presidente estadounidense, Barack Obama, afirmó ayer que los
mandatarios de las 47 naciones que asistieron a la cumbre nuclear en Washington avalaron la meta de
salvaguardar sus materiales atómicos vulnerables antes de cuatro años. El mandatario expresó que
gracias a la cumbre el mundo es ahora "un lugar más seguro", pero después del encuentro también
lanzó una advertencia: Irán deberá pagar las consecuencias por su cuestionado programa nuclear.
"Las palabras tienen que significar algo. Tiene que haber consecuencias", dijo
Obama durante una conferencia de prensa tras la conclusión de la cumbre de dos días, en respuesta a
una pregunta por la aversión del gobierno de China a unirse a otras naciones importantes en la
aplicación de sanciones contra Irán.
Promesas y dudas. Funcionarios estadounidenses buscaron que la cumbre se centre
exclusivamente en el terrorismo nuclear para evitar enfrentamientos entre grupos que van desde
potencias tradicionalmente nucleares como Rusia y Gran Bretaña a los enemigos nuclearmente armados
como India y Pakistán.
Sin embargo, en el marco de la cumbre, Obama realizó una fuerte campaña para
intensificar la presión internacional sobre Irán.
La Casa Blanca informó que Obama se aseguró el lunes una promesa crucial de
parte del mandatario chino, Hu Jintao, para ayudar a reforzar sanciones del Consejo de Seguridad de
la ONU hacia Teherán.
No obstante, China enfatizó ayer que quiere que cualquier acción del consejo
sobre Irán promueva un camino diplomático para superar el estancamiento del conflicto nuclear.
Irán, que no asistió a la cumbre, es el tercer mayor proveedor de petróleo de China.
Tampoco estuvo presente Corea del Norte, otra nación considerada por Occidente
como una amenaza nuclear. Obama envió un claro mensaje a Pyongyang cuando anunció que Corea del Sur
será la sede de la próxima cumbre de seguridad nuclear que se realizará en 2012.
Riesgo en aumento. Durante su exposición en la cumbre, el mandatario estadounidense advirtió que
el riesgo de un ataque atómico de organizaciones terroristas está en aumento.
“Cada vez está más claro que el peligro del terrorismo nuclear es una de las mayores
amenazas de la seguridad global”, sostuvo Obama. “Dos décadas tras el fin de la Guerra
Fría enfrentamos una cruel ironía de la historia: El riesgo de una confrontación nuclear entre
naciones ha bajado, pero el peligro de un ataque nuclear ha aumentado”, en vista de que en
“decenas de países” existe material nuclear que podría ser “vendido o
robado”, subrayó.
En este sentido, el mandatario recordó que “hasta la más pequeña cantidad de plutonio, del
tamaño de una manzana”, podría matar y herir a “cientos de miles de inocentes”, y
que organizaciones terroristas como Al Qaeda buscan activamente armas nucleares y “si las
consiguen las van a usar”.
Pasos concretos. A pesar de que no se esperaba que la cumbre lograra grandes avances, se
consiguieron algunos pasos concretos. EEUU y Rusia firmaron ayer un acuerdo en Washington para
eliminar 34 toneladas métricas de plutonio apto para armamento. La secretaria de Estado
norteamericana, Hillary Clinton, y el ministro ruso de Exteriores, Sergei Lavrov, sellaron el
acuerdo que se venía gestando hace años.
El monto de plutonio sería suficiente para fabricar 17.000 armas nucleares, indicó el
Departamento de Estado. Washington prometió proveer 400 millones de dólares a Rusia por su
esfuerzo. Ambos países prevén comenzar con la medida en 2018 y se supone que llevará años
cumplirla.
También México firmó ayer un acuerdo con EEUU y Canadá, mediante el cual se compromete a
convertir el combustible de su reactor nuclear de investigación para que use uranio de bajo
enriquecimiento.
El lunes Ucrania anunció que planea deshacerse de sus reservas de uranio altamente enriquecido
antes de 2012.
“Solución negociada”
El presidente brasileño, Luiz Inacio Lula da Silva, y el primer
ministro turco, Recep Tayyip Erdogan, conversaron ayer con Obama en un encuentro fuera de agenda
para exponer una alternativa de “solución negociada” en el conflicto atómico con Irán.
Convencidos de que nuevas sanciones contra Teherán provocarán una posición “más
radical” de la república islámica, Lula y Erdogan están proponiendo como alternativa la
posibilidad de que un tercer país con buenas relaciones con Irán, como podría ser Turquía, actúe de
intermediario para intercambiar uranio altamente enriquecido (que sirve para fabricar armas
nucleares) por otro de bajo enriquecimiento que sólo se podría utilizar con propósitos civiles.