La investigación del asesinato de Boris Nemtsov, un fuerte crítico del gobierno que fue muerto a tiros cerca del Kremlin, chocó ayer con informes contradictorios acerca de si las numerosas cámaras de seguridad que hay en la zona grabaron o no el crimen. Mientras se creía que las cámaras que cubren el centro de Moscú habían registrado el crimen, ayer se informó de manera extraoficial desde el gobierno que no hay video alguno porque las cámaras no estaban funcionando. Posteriormente, ante la indignación que causó esta información, las autoridades la desmintieron categóricamente, pero la duda quedó instalada. Los opositores al régimen del presidente Vladimir Putin apuntan directamente a los servicios secretos y a la policia rusas. Creen que ahora están "ensuciando" la información del caso para hacer imposible una real investigación a fondo, y que una comisión investigadora creada por oden del propio presidente Putin se apresta a encontrar "culpables" a medida. Nemtsov, ex vice primer ministro, preparaba un informe sobre la intervención ilegal del ejército ruso en Ucrania.
No hay detenidos desde la muerte de Nemtsov el viernes por la noche sobre un puente del centro de Moscú, donde fue acribillado a tiros por la espalda. El crimen sucedió horas después de una entrevista radial en la que denunció la "política demente y agresiva'' de Putin en Ucrania. Nemtsov iba a pie hacia su casa junto con una mujer, cuando un "asaltante" le disparó cuatro veces y huyó en un auto de color claro. No le quitaron ninguna pertenencia ni hubo forcejeos previos a los disparos. Nemtsov había prometido publicar un informe sobre la ocupación de territorio ucraniano por el ejército de Rusia, una acción contraria a la ley internacional y de la que también es acusado por Ucrania, Europa occidental y Estados Unidos. Las pruebas de la fuerte presencia de unidades militares rusas en Ucrania se acumulan al menos desde agosto pasado, y resultan a esta altura casi indiscutibles.
Muchas cámaras. No estaba claro qué cámara podría haber filmado el asesinato, aunque se trata de una de las zonas más vigiladas de la capital rusa, por su cercanía al Kremlin. Pero fuentes del Ministerio del Interior dijeron al diario Kommersant que el asesinato no fue filmado porque las cámaras de circuito cerrado no estaban funcionando en ese momento. Lo dijo un funcionario bajo condición de anonimato. El gobierno reaccionó inmediatamente. Yelena Novikova, vocera del departamento municipal de informática, que supervisa las cámaras en toda la ciudad, aseguró que todas las cámaras "que pertenecen a la ciudad" funcionaban correctamente la noche de la muerte de Nemtsov. Añadió que las autoridades federales también mantienen cámaras de vigilancia cerca del Kremlin que no están bajo control de su organismo. La presunta falta de videos en un lugar tan público como el centro de Moscú y cercano al Kremlin hace solo crecer las sospechas de los partidarios de Nemtsov, los cuales creen que el gobierno es responsable directo del asesinato.
Los investigadores dijeron que indagan en diversos motivos han ofrecido tres millones de rublos (50.000 dólares) a quien brinde información. El canciller francés Laurent Fabius calificó el crimen de Nemtsov de "asesinato repugnante'' y observó que "no es bueno ser un dirigente opositor en Rusia''.
Una comisión ad hoc. Ante esta presión internacional, el Kremlin busca lavar su imagen. Una tarea sin dudas difícil, dados los antecedentes de adversarios de Putin asesinados en el pasado (ver aparte). Tras el asesinato a sangre fría de Boris Nemtsov, las autoridades nombraron una "comisión especial" de 12 expertos encabezada por el general Igor Krasnov, experto en crímenes de transfondo nacionalista, informaron medios rusos. Se especula también que Krasnov dirigirá las investigaciones y apuntará a un crimen cometido por "nacionalistas" por motivos de "odio contra la oposición prooccidental". En otras palabras, ya existe una hipótesis y ahora sólo hay que encontrar a los presuntos culpables, seguramente entre un grupo de extremistas nacionalistas, tan abundantes en Rusia. Claro que hay otras teorías que los investigadores no descartan. Apuntan a una relación con la crisis ucraniana o con extremistas islamistas.
Las autoridades han ofrecido una recompensa de tres millones de rublos (45.000 euros) por pistas. Putin aseguró que hará todo lo posible para esclarecer el "cínico asesinato".
La acompañante de Nemtsov en el momento del crimen, Anna Durizkaya, de 23 años, que salió ilesa, dijo no haber visto al agresor alegando que disparó por la espalda. La mujer descartó un crimen "por celos" y dijo que conocía a Nemtsov desde hacía tres años.