Londres.- El asediado magnate de los medios Rupert Murdoch sigue haciendo gestos de apaciguamiento para salvar a su imperio mediático en Reino Unido, envuelto en un escándalo de escuchas ilegales a gran escala. Ayer Murdoch entregó la "cabeza" de Rebekah Brooks, directora del grupo de medios en Reino Unido, y luego se entrevistó con la familia de la víctima más emblemática de las escuchas ilegales. Además, los medios de Murdoch publicarán una solicitada en la que el empresario pide disculpas públicas. El grupo de Murdoch en Inglaterra, News International, pinchó los teléfonos celulares de unas 3700 personas, incluyendo al ex premier Gordon Brown, estrellas del espectáculo y viudas de soldados caídos en Afganistán. Ya hay nueve detenidos por el caso. Murdoch deberá presentarse el martes ante el Parlamento británico para someterse a un interrogatorio sobre las acciones de sus periodistas.
Ex protegida. Rebekah Brooks, directora ejecutiva del grupo de medios News International, renunció y se convirtió así en la figura de mayor jerarquía en caer por el escándalo. El magnate australiano siempre había defendido a Brooks, una atractiva pelirroja de 43 años, ante los pedidos de dimisión de los partidos británicos y había rechazado un reciente ofrecimiento de renuncia de su ejecutiva estrella.
Brooks era editora jefe del tabloide News of The World entre 2000 y 2003, tiempo que incluye el período en el que periodistas del diario pincharon el teléfono celular de una niña de 13 años, Milly Dowler, que había sido secuestrada. La manipulación del celular de Milly por parte de los periodistas hizo creer a la familia y a los policías que aún podía estar viva, cuando en realidad ya había sido asesinada por su secuestrador. Brook niega terminantemente cualquier vinculación o conocimiento de estos delitos, pero para muchos eso resulta insostenible. Ayer Murdoch se reunió con la familia Dowler para pedirle disculpas (ver aparte).
El pasado 4 de julio el diario The Guardian publicó un informe que destapó el escándalo. El News of the World fue cerrado el pasado domingo por orden de Murdoch. Fue la primera concesión del magnate para intentar frenar la marea de indignación pública en Inglaterra contra su grupo de medios. Posteriormente se supo que sus periodistas habían pinchado celulares de viudas de soldados caídos en Afganistán y de la familia del ex premier Gordon Brown, para hurgar en la salud de sus hijos. Esta semana se agregó la sospecha de que la misma práctica se hizo con víctimas de los atentados del 11-S de 2001 en EEUU, lo que dio lugar a la apertura de una investigación del FBI. Murdoch cuenta con importantes medios en EEUU: la cadena Fox News de televisión y el diario Wall Street Journal, entre otros. La CNN y el New York Times citaron fuentes de la investigación confirmando que el FBI está estudiando estas acusaciones. El congresista Peter King, presidente del Comité de Seguridad Nacional, había pedido al FBI, que investigara si periodistas del grupo Murdoch habían tenido acceso ilegal a llamadas, mensajes de voz y grabaciones de víctimas del 11-S.
Además de cerrar el tabloide de 168 años de existencia, Murdoch renunció esta semana a adquirir la totalidad de la lucrativa cadena de TV satelital British Sky Broadcasting. A inicios de semana, Murdoch todavía esperaba apaciguar el malestar público con el cierre del tabloide y continuar con su compra de Sky. Pero el establishment político británico ya le había dado las espaldas y le exigió con firmeza que se presentara al Parlamento a declarar, algo que inicialmente el magnate había desechado.
En un mail a sus colegas difundido por News International, Brooks dijo ayer que su permanencia en el cargo perjudicaba los esfuerzos de la empresa para "solucionar los problemas del pasado. Pensé que la acción correcta y responsable era conducirnos a través de la crisis. Sin embargo, mi deseo de permanecer en el puesto había hecho de mí un punto central del debate", escribió Brooks. "Esto está distrayendo la atención de todos nuestros honrados esfuerzos para solucionar los problemas del pasado".
Un vocero del premier conservador David Cameron reaccionó con beneplácito a la renuncia de Brooks, a la que calificó de "decisión correcta". El gobierno ya había pedido la renuncia de Brooks. El líder del opositor Partido Laborista, Ed Miliband, también saludó la dimisión. Ayer Murdoch perdió otro alto ejecutivo, pero en la rama estadounidense de su imperio, News Corp. Les Hinton, jefe de Dow Jones, renunció por propia decisión ante el escándalo. "No importa que yo no supiera lo que al parecer sucedió", dijo Hinton al anunciar su renuncia. "En estas circunstancias me parece apropiado irme de News Corp. para disculparme con todos aquellos que se vieron perjudicados".
La policía británica ya detuvo a siete personas en el marco de la investigación y a otras dos como parte de una pesquisa paralela sobre sobornos a la policía por News of the World a cambio de primicias.