La Paz. — Con un liderazgo sin precedentes, el presidente Evo Morales
revolucionó la política en Bolivia, pero se acerca la hora de que ablande su discurso
anticapitalista para atraer la inversión y respaldo financiero internacional a su empobrecido país.
En su primer gobierno, iniciado en enero de 2006, el líder de los
sindicatos cocaleros logró sancionar una nueva Constitución, nacionalizó los hidrocarburos,
empresas mineras y de telecomunicaciones, repartió millones de hectáreas a los pobres y lanzó un
plan para erradicar el analfabetismo.
Pero ahora, en su segundo mandato consecutivo, y tras recibir en
diciembre el 64 por ciento de los votos, Morales podría estar obligado a hacer varios cambios,
incluso en su actitud “antiimperialista” que lo llevó a expulsar en 2008 al embajador
de EEUU y a la agencia antidrogas DEA.
Primera fase. “En la primera fase de gobierno, el presidente Morales ha hecho política y
ha olvidado el aparato de gestión del Estado, ha olvidado administrar la economía y el manejo
suntuoso de los hidrocarburos, que tiene que ver con las inversiones”, dijo a Reuters el
analista político Carlos Toranzo. “Creo que él debe pasar a mirar la gestión, a pensar en la
eficiencia del Estado, el manejo de la economía y una mirada especial a hidrocarburos en lo que
tiene que ver con el tratamiento de la inversión extranjera”, afirmó Toranzo.
En Bolivia, las escasas inversiones extranjeras, en especial en los
hidrocarburos, quedaron virtualmente paralizadas desde 2006, con apenas interesados en explotar sus
abundantes reservas de gas, como la hispano-argentina Repsol-YPF, la brasileña Petrobras, o el
grupo de gas ruso Gazprom.
Los ambiciosos planes gasíferos quedaron en ascuas tras la llegada de
Morales, quien no pudo frenar la caída de las inversiones en el sector, que de promediar unos 600
millones de dólares anuales entre 2000 y 2005 se quedaron en sólo 300 millones en 2009.
Inclusive el inicio del desarrollo siderúrgico del yacimiento El Mutún,
en el que la empresa india Jindal prometió invertir 2.100 millones de dólares, lleva ya casi un año
de atraso.
“La inversión extranjera se ha caído a causa de la pesadilla
jurídica creada con distintos decretos, leyes, y por el discurso agresivo del gobierno, que ha
conducido a que el sector energético no invierta, y hemos pasado a una fase de importación de
combustibles líquidos”, afirmó Toranzo.
Morales tendría que cambiar no sólo el discurso, sino algunas leyes para
cumplir su ambicioso plan de invertir 11.292 millones de dólares en el próximo quinquenio en la
industria petrolera, cuyas exportaciones sumaron unos 3.000 millones de dólares en 2008,
aproximadamente la mitad de las divisas del país. Otros megaproyectos eléctricos, mineros,
industriales y de infraestructura ya anunciados requerirían en el mismo quinquenio unos 10.000
millones de dólares, en gran parte no asegurados.
Para los seguidores de Morales, como la vendedora de dulces de origen
aymara Ignacia Romero, de 75 años, el presidente “lo está haciendo bien. Que haga lo mismo
que hace, otros roban, él no ha hecho subir los precios”, dijo, en un español mezclado de
vocablos indígenas. Con tres dientes enmarcados en oro, Ignacia no sabe leer ni escribir, pero para
vivir le bastan los 70 bolivianos diarios (10 dólares) que gana.
Aislada de la crisis. El año pasado, mientras las poderosas economías industrializadas e
interconectadas se derrumbaban, la aislada economía de Bolivia creció un 3,7% y la inflación del
0,26 por ciento apenas tocó los bolsillos de los bolivianos. Por eso, para la estudiante de
agronomía de 23 años Silvia Navia el aislamiento de Bolivia no es malo. “Evo está haciendo
bien las cosas”, dijo, y alabó la revolución agraria que repartió tierras entre campesinos e
indígenas.
Además, para la estudiante de la estatal Universidad Mayor de San
Andrés, la influencia del gobernante venezolano Hugo Chávez es positiva, porque “lo está
asesorando en la igualdad”.
Pero la enorme popularidad de Morales no ha acallado a la aguerrida
oposición conservadora. Este es otro escenario en el que el estilo de Morales tendría eventualmente
que cambiar, para pasar de la confrontación al diálogo.
El analista político Guido Riveros advirtió que Morales necesita buscar
el apoyo internacional, pero “manteniendo la soberanía del país”. En sus primeros
cuatro años, Morales buscó financiamiento para proyectos estatales principalmente de la Corporación
Andina de Fomento y de los gobiernos Venezuela, Brasil, Irán y China. “Hay que buscar el
mejor interés del país, y por lo tanto, en un plano de respeto mutuo, establecer mejores relaciones
con todo el mundo”, dijo Riveros.
Toranzo coincidió en que el pragmatismo se impone. “Esta izquierda
sindical suele ser muy pragmática”, afirmó, en referencia a la raíz popular y no intelectual
del movimiento político de Morales. “A Estados Unidos le interesa tener embajada acá, a
Bolivia le interesa restablecer la relación diplomática porque sabe que de acá en adelante va a
tener menos recursos, y la «ventana americana» es clave” para que los organismos
internacionales ayuden.l