El presidente de Colombia, Juan Manuel Santos, ordenó ayer investigar supuestas interceptaciones ilegales de comunicaciones a algunos de sus negociadores en el diálogo de paz con las FARC por parte de efectivos del Ejército y sugirió que "fuerzas oscuras" serían las responsables para sabotear el proceso.
El mandatario, quien ha hecho de la solución al conflicto su principal bandera de gobierno y buscará su reelección en mayo, ordenó las pesquisas luego de que la revista Semana denunció que desde un local habilitado como restaurante y sala de internet en una concurrida zona comercial de Bogotá se habrían intervenido comunicaciones privadas.
"Le he dado instrucciones perentorias al señor ministro de la Defensa y a los señores comandantes de las Fuerzas Militares y del Ejército que me investiguen hasta el fondo sobre esta situación, hasta dónde ha podido llegar este uso ilícito de la inteligencia", declaró en rueda de prensa después de una reunión con la cúpula militar.
"Es algo totalmente inaceptable", dijo el presidente de centro derecha al precisar que la investigación busca poner al descubierto "fuerzas oscuras que están tratando de sabotear el proceso de paz" y los contactos que éstas tendrían al interior del Ejército.
No dio ningún detalle sobre quiénes podrían estar detrás del supuesto espionaje.
La publicación reveló que el jefe del equipo negociador del gobierno, el ex vicepresidente Humberto de la Calle; el alto consejero para la paz, Sergio Jaramillo, y el alto consejero presidencial para la reintegración, Alejandro Eder, habrían sido objeto de interceptaciones de sus correos electrónicos y mensajes a través del PIN y WhatsApp de sus teléfonos móviles.
"Es un complejo entramado que pone en evidencia una serie de interceptaciones ilegales por parte de sectores del Ejército Nacional del cual haría parte esta fachada y una sala de interceptaciones en una instalación militar", dijo la revista en su sitio www.semana.com.
La Fiscalía General recopiló algunas denuncias y allanó la semana pasada el lugar, donde confiscó computadoras, en una investigación que sería paralela a la ordenada por el gobierno, admitieron a Reuters fuentes de ese organismo.
El objetivo de las interceptaciones era obtener información de primera mano sobre la negociación de paz entre el gobierno y la guerrilla de las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Las labores de espionaje también habrían involucrado a líderes de la izquierda y otros funcionarios gubernamentales.
Involucrados en el caso de espionaje dijeron desconocer quién era el destinatario final de la información recolectada en el sitio conocido entre los militares con la clave de Andrómeda.
La administración de Santos y las FARC iniciaron desde finales del 2012 una negociación de paz en Cuba con la que se buscan poner fin a un conflicto interno de casi 50 años que ha cobrado más de 200.000 víctimas.