México evitó responder con expulsiones

La secretaria de Gobernación de México, Olga Sánchez Cordero, declaró que no se prevé romper relaciones diplomáticas con Bolivia a pesar de la expulsión de su embajadora en La Paz y de la crisis abierta tras las acusaciones bolivianas sobre amparar a ex dirigentes criminales y al incidente del pasado viernes con diplomáticos y policías españoles.

Sánchez ha comparecido en ausencia del presidente Andrés Manuel López Obrador, quien está descansando, y expresó de que México "toma nota" de la decisión de Bolivia de expulsar a su embajadora María Teresa Mercado. La secretaria ha reconocido que existe una situación de "tensión" entre ambos países y que por ello se recomendó a la embajadora que regrese al país por su seguridad y comodidad personal.El opositor Partido de Acción Nacional (PAN) criticó la política exterior "improvisada" del presidente López Obrador ante la crisis con Bolivia. "La tensión diplomática con Bolivia es resultado de una política exterior improvisada e inconsistente", afirmó el líder del PAN, Marko Cortés. Es "inaceptable" que el Gobierno mexicano "le apueste más a defender a Evo Morales que a privilegiar el diálogo con países hermanos de América Latina". El gobierno de Andrés Manuel López Obrador dio un viraje brusco a la política exterior mexicana: sacó al país del Grupo de Lima, que agrupa a los paises adversarios del régimen chavista venezolano y le dio asilo y respaldo público a Evo Morales cuando este renunció a la presidencia luego de unas elecciones consideradas fraudulentas por muchos bolivianos.

En España, el eurodiputado de Ciudadanos, José Ramón Bauzá, ha destacado que "España debe respetar la posición común europea sobre Bolivia y el resto de países de América Latina", y ha lamentado la "falta de liderazgo" del presidente en funciones, Pedro Sánchez. En este sentido, ha preguntado al Alto Representante de Política Exterior de la Unión Europea, Josep Borrell, sobre las medidas que piensa adoptar para "asegurar una posición común" de los estados miembros sobre Bolivia ya que "precisamente España no ha reconocido" la presidencia interina de Bolivia, Jeanine Áñez.

En España se especula desde Ciudadanos y la prensa opositora que tanto el extraño episodio que desencadenó la reacción de Bolivia, como la represalia posterior de Madrid, serían un "pago anticipado" al partido de izquierda radical Podemos, con el que el socialismo de Sánchez planea formar coalición de gobierno en breve (ver pag 26). Podemos mantuvo vínculos con el gobierno del ex presidente Evo Morales, así como con el régimen chavista venezolano.