Merkel y Papandreu defienden el rescate griego frente a los escépticos
Dos protagonistas de la crisis que tiene en jaque a Europa quisieron enviar ayer una señal de unión y confianza: la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro griego, Giorgos Papandreu, se reunieron en Berlín para reconocer el "gran sacrificio" que afronta Grecia y reclamar el apoyo europeo a Atenas.
28 de septiembre 2011 · 01:00hs
Berlín. - Dos protagonistas de la crisis que tiene en jaque a Europa quisieron enviar ayer una señal de unión y confianza: la canciller alemana, Angela Merkel, y el primer ministro griego, Giorgos Papandreu, se reunieron en Berlín para reconocer el "gran sacrificio" que afronta Grecia y reclamar el apoyo europeo a Atenas. "Yes, we can", lanzó Papandreu al asistir por la mañana al Día de la Industria Alemana, parafraseando el "sí, podemos" del presidente de Estados Unidos, Barack Obama. Merkel reconoció los "esfuerzos" de Grecia y pidió "solidaridad" para sortear la crisis. "El euro es nuestro futuro común. Si a Grecia le va mal, a Europa no le irá bien y a Alemania tampoco", enfatizó la canciller en un intento por vencer la resistencia de los escépticos ante las perspectivas de éxito del rescate a Atenas.
Inspecciones. La visita se produjo en un momento especialmente sensible. La "troika" formada por la Comisión Europea, el Banco Central Europeo (BCE) y el Fondo Monetario Internacional (FMI) volverá a Atenas mañana para decidir el pago de un nuevo tramo de las ayudas europeas por 8.000 millones de euros, que Grecia necesita con urgencia para sortear la insolvencia.
Ese mismo día, la Cámara baja del Parlamento alemán (Bundestag) votará la ampliación del Fondo Europeo de Estabilización Financiera (FEEF), con el que se pagan los rescates europeos, en una votación crucial para el futuro del euro.
En ese contexto, Papandreu no evitó la autocrítica: "No somos un país pobre, sino una nación que fue mal gobernada", reconoció. "Pero esto no es una inversión en los fallos del pasado, sino en los éxitos del futuro". El mandatario insistió en mostrar la dimensión humana de la crisis de deuda que tiene a Grecia al borde la insolvencia. El pueblo heleno está haciendo "un esfuerzo sobrehumano" y recorre un "doloroso camino", dijo ante los industriales y la propia Merkel. Por eso consideró "frustrantes" las críticas de algunos países a Grecia.
Por la noche, antes de reunirse en privado con la canciller, el griego insistió en ese discurso: "Ante los enormes esfuerzos que se están haciendo y el gran sacrificio del pueblo griego, es muy importante recibir señales de apoyo por parte de los socios europeos". Papandreu prometió que "Grecia cumplirá con todas sus obligaciones para regresar al camino de la prosperidad".
Merkel, por su parte, insistió en que Alemania está dispuesta a seguir dando su apoyo a Atenas: "Sabemos que el pueblo griego afronta una situación muy difícil", dijo antes de la reunión por la noche. Al mismo tiempo, sin embargo, recordó que el gobierno heleno debe cumplir sus compromisos para seguir recibiendo ayudas.
En el Día de la Industria ya había apelado a la solidaridad de los socios europeos. "Estamos en una difícil situación porque para salir de esta crisis de deuda se necesita solidaridad", dijo. Según la jefa del gobierno alemán, para los países del euro, lo importante es abandonar el camino de la deuda y emprender el de la estabilidad.
Crucial votación. La propia Merkel se juega mucho en la votación de mañana en el Bundestag. El rechazo a una ampliación del fondo europeo de rescate por parte de algunos de sus socios podrían ser un golpe mortal para la coalición de centroderecha que preside la canciller. Aun así, Merkel no dudó en asegurar ayer "todo el apoyo posible" a Grecia. La señal de unidad entre Berlín y Atenas fue bien recibida por los mercados europeos, que registraron fuertes alzas ante la "esperanza de una rápida solución a la crisis de deuda en la zona euro".
Polémico impuesto inmobiliario
El Parlamento griego aprobó ayer por 155 votos a favor y 143 en contra un polémico impuesto inmobiliario extraordinario y permitió así que el gobierno superara un importante obstáculo en su intento por evitar la quiebra. Los 154 legisladores socialistas votaron a favor de la legislación, que también recibió la aprobación de un independiente. El impuesto prevé que cada griego que posea una casa o departamento pague en promedio cuatro euros por metro cuadrado anuales al Estado. Este impuesto extraordinario estará vigente el tiempo que dure el plan de ahorro. Además será cobrado a través de la factura de luz.