Bagdad.— Soldados estadounidenses y fuerzas de seguridad iraquíes mataron a
los dos principales líderes de Al Qaeda en Irak, en una operación conjunta descripta por EEUU como
un golpe devastador a la insurgencia. Se trata del egipcio Abu Ayyub al Masri, líder de la red de
Osama Bin Laden en Irak, y del jeque iraquí Abu Omar al Baghdadi. El operativo en la norteña
provincia de Salah al Din también acabó con la vida de un hijo de Al Baghdadi y de un asistente de
Al Masri.
Al Qaeda se ha mantenido como una potente facción en Irak, y ha buscado sembrar
el caos tras las elecciones parlamentarias del 7 de marzo, en un momento en que las fuerzas
estadounidenses se preparan para volver a casa.
El primer ministro Nuri al Maliki anunció las muertes de Al Baghdadi y Al Masri
durante una rueda de prensa en Bagdad y mostró fotografías de sus cuerpos ensangrentados.
El ejército estadounidense indicó que la operación se produjo el domingo a unos
10 kilómetros de Tikrit, la ciudad natal de Saddam Hussein. El premier Al Maliki dijo que las
fuerzas armadas rodearon la casa de los terroristas y usaron misiles para matar a los milicianos,
quienes se escondían en un piso franco. Un helicóptero se estrelló durante la redada, matando a un
soldado norteamericano.
El vicepresidente de EEUU, Joe Biden, dijo en Washington que la muerte de los
dos líderes de Al Qaeda es un golpe "potencialmente devastador" para la red terrorista.
El comandante Raymond Odierno usó palabras similares. "La muerte de estos
terroristas es potencialmente el golpe más significativo a Al Qaeda en Irak desde el inicio de la
insurgencia", opinó. Por su parte, el portavoz del Pentágono Bryan Whitman dijo que la operación
mostró cómo creció la capacidad de las fuerzas iraquíes.
Sin embargo, Biden enfatizó también que los logros en la seguridad deben ir de
la mano con los progresos políticos, y urgió a los partidos a formar un gobierno inclusivo. El 7 de
marzo pasado se celebraron elecciones en las que no hubo un vencedor claro, pero con las que el
shiíta Al Maliki espera obtener un segundo mandato. Las negociaciones para formar una coalición de
gobierno van a tardar semanas, si no meses, mientras aumenta la amenaza de la insurgencia
sunita.
Jerarquías y células. Al Masri era el líder nacional de Al Qaeda en Irak, de la
cual tomó el control después de que su fundador de origen jordano, Abu Musab al Zarqawi, muriera
durante un ataque estadounidense en junio de 2006.
El nombre real de Al Masri era Abdul-Monim al Badawi, según un comunicado de
2009 de Al Qaeda, en el cual describía la organización de la nueva junta directiva.
La rama de Al Qaeda en Irak ha sido dirigida principalmente por extranjeros,
pero los iraquíes forman su columna vertebral. Varios cálculos señalan que en su punto álgido la
organización contaba con casi 10.000 milicianos.
La reacción de los iraquíes ante la muerte de los dos líderes terroristas fue
diversa. "Abu Ayyub muere y otro Abu Ayyub aparece", comentó con resignación Husein Taher, un
residente en Bagdad.
Otro ciudadano de la capital, Abu Nabiel al-Humairi, dijo en cambio que
"eliminar el terrorismo es genial. Queremos caminar con libertad en nuestro país y vivir a
salvo".
Los analistas señalan que, si bien Masri y Baghdadi son los líderes de la
organización más destacados que se han abatido desde la muerte de Al Zarqawi, no debe leerse mucho
en esta operación contra una red que parece funcionar a través de células independientes y no por
jerarquía.
Votos en duda
Un panel iraquí que investiga quejas sobre las
elecciones parlamentarias del 7 de marzo ordenó ayer el recuento de más de 2,5 millones de votos
depositados en Bagdad, accediendo a una demanda del primer ministro Nuri al Maliki. El premier ganó
89 de los 325 escaños y quedó en segundo lugar, detrás del ex primer ministro Ayad Alaui.