La bola de nieve sobre la campaña de desinformación de Rusia en Estados Unidos durante la campaña de 2016 que llevó a Donald Trump a la Casa Blanca no deja de crecer. Ayer dio otro paso cuando un informe técnico que pidió el Senado de Estados Unidos indicó que el alcance de la red del Kremlin es mucho más grande de lo que se había pensado hasta ahora. Había "brigadas" que trabajaron para desalentar al electorado negro, por ejemplo, y para "difuminar las líneas entre la realidad y la ficción" para ayudar a que Trump ganara las elecciones presidenciales de noviembre de 2016 ante la demócrata Hillary Clinton. La Universidad de Oxford, la empresa de análisis de redes sociales Graphika y la firma de cibersguridad New Knowledge son las responsables del informe al Senado, del que se filtraron fragmentos.
La campaña orquestada por el Kremlin de Vladimir Putin en favor de su entonces amigo Donald Trump no terminó cuando este asumió el cargo, el 20 de enero de 2017. Las brigadas siguen trabajando para avivar las pasiones racistas y políticas en Estados Unidos durante un momento de mucha discordia política como el actual, alertan los investigadores. Los dos estudios son la descripción más completa que se tiene hasta ahora sobre la injerencia rusa en las redes sociales estadounidenses. Se suman a los informes de las agencias de inteligencia estadounidenses sobre el tema. Desde el escándalo de 2016 sobre la pinchadura rusa de los e-mails del Partido Demócrata que 2017 sobre la influencia de Rusia, aunque Trump ha sido evasivo en relación con si la injerencia realmente sucedió.
Facebook, Google y Twitter se negaron a comentar sobre los detalles de los reportes. La investigación revela que el papel de Instagram se había subestimado. Los rusos controlaban 133 cuentas en esta plataforma, que sumaban 2.600 publicaciones al mes en 2016. La frecuencia de publicación se disparó después de las elecciones, alcanzando las 6.000 mensuales en 2017.
"Las plataformas pueden haber tergiversado o evadido información en algunas de sus declaraciones ante el Congreso", afirma el informe. Los informes fueron compilados por la firma de ciberseguridad New Knowledge y por el Proyecto de Investigación de Propaganda Computacional —un estudio de la Universidad de Oxford y de Graphika, una firma de análisis de redes sociales. El reporte de Oxford detalla la forma en la que los rusos enviaron sus mensajes a distintos grupos, incluidos algunos dirigidos a desalentar el voto.
"Estas campañas enviaron el mensaje de que la mejor forma de impulsar las causas de la comunidad afroamericana era boicotear las elecciones y enfocarse en otros asuntos", escribieron los investigadores. La baja del voto afroamericano en noviembre de 2016 favoreció claramente a Trump. Al mismo tiempo, "los mensajes dirigidos al electorado conservador y de derecha buscaban hacer tres cosas: repetir lemas patrióticos y en contra de los migrantes, provocar indignación con publicaciones sobre concesiones hechas por los liberales (progresistas) a 'otros' a expensas de los estadounidenses y para motivarlos a votar por Trump".
El rol de Facebook fue central. En abril Mark Zuckerberg debió concurrir al Congreso para dar explicaciones. Admitió que la campaña rusa había alcanzado a 126 millones de usuarios de Facebook entre enero de 2015 y agosto de 2017 y 20 millones en Instagram, de la que también es dueño. Mientras que las páginas falsas conservadoras promovieron a Trump, las páginas falsas de izquierda intentaron perjudicar a Hillary Clinton. Los esfuerzos rusos por manipular la política estadounidense fueron en aumento desde 2014. Los socios de los servicios de espionaje de Putin comenzaron a crear cuentas para "sembrar la desconfianza"; primero en Twitter, después en Youtube e Instagram y por último en Facebook. También han tenido actividad en Pinterest y PayPal. El reporte de New Knowledge dice que todavía hay cuentas activas ligadas a la Agencia de Investigación de Internet de Rusia, que es mencionada en la imputación del fiscal especial Robert Mueller. Algunas de las cuentas tienen presencia en plataformas pequeñas debido a que las grandes compañías, como Facebook, han intentado hacer limpieza desde que se descubrió la actividad rusa. "Dado que al menos uno de los objetivos del gobierno ruso fue logrado, parece probable que Estados Unidos seguirá enfrentando la intromisión rusa en un futuro próximo", escribieron los investigadores. El estudio dice que ninguna de las compañías entregó sus bases de datos completas al Congreso y algunas "pudieron haber distorsionado o evadido" en sus testimonios la intromisión al minimizar, a propósito o no, la magnitud del problema.