El ex presidente sudafricano Nelson Mandela seguía ayer en condición crítica en el hospital, después de haber ingresado hace más de dos semanas con una infección pulmonar. La oficina del presidente Jacob Zuma indicó que los médicos estaban haciendo todo lo posible para asegurar la "recuperación, bienestar y confort" del líder contra la segregación racial de 94 años, quien se convirtió en el primer presidente negro de Sudáfrica en las elecciones multirraciales de 1994.
Madiba, como es conocido cariñosamente, es admirado por la mayoría de los 53 millones de habitantes de Sudáfrica como el arquitecto de una transición a una democracia multirracial después de tres siglos de dominación blanca. Sin embargo, su última hospitalización, la cuarta en seis meses, ha reforzado las expectativas de que el padre del país del post Apartheid no vivirá para siempre.
El deterioro de la salud de Mandela este fin de semana a un estado "crítico" desde una condición "grave pero estable" provocó un cambio perceptible de ánimo en el país, que pasó de las plegarias por su recuperación a preparativos para una despedida afectuosa. "Sería egoísta de nuestra parte esperar que viva para siempre", dijo Andisiwe Matiwane, un chef de 29 años de Ciudad del Cabo. "Necesitamos ser maduros emocionalmente y dejar que la naturaleza siga su curso. Nos encantaría que esté aquí eternamente, pero es imposible", agregó.
Visita de Obama. El presidente estadounidense, Barack Obama, tiene previsto visitar Sudáfrica esta semana como parte de una gira por tres países de Africa, pero Zuma dijo el lunes que el deteriorado estado de salud de Mandela no afectaría el viaje.
Mientras los preparativos para la visita de Obama se intensificaban en Pretoria, donde Mandela está internado, miembros de su familia se reunieron en la tierra de sus ancestros en el pueblo de Qunu, a 700 kilómetros de Johannesburgo, en la remota provincia de Cabo del Este. El diario Sowetan dijo que la reunión, convocada por la hija mayor de Mandela, Makaziwe, tenía el objetivo de discutir "asuntos familiares sensibles", aunque no se dieron detalles.
A Qunu llegaron para celebrar un "encuentro familiar" la ex esposa del premio Nobel de la paz, Winnie Madikizela-Mandela, el ministro de Servicios Públicos y Administración, Lindiwe Sisulu, y el líder del partido opositor Frente Democrático Unido, Bantu Holomisa. También se vieron varios vehículos en el panteón de la familia Mandela, que está situado cerca de la casa del líder de la lucha anti apartheid.
Mandela, que cumplirá 95 años el 18 de julio dejó la presidencia en 1999 después de un período de cinco años. Desde entonces ha dividido su tiempo entre Qunu y su casa en Houghton, un lujoso suburbio de Johannesburgo. Su última aparición pública fue cuando saludó a los aficionados desde la parte trasera de un carro de golf antes de la final del Mundial de Fútbol en el estadio Soccer City de Johannesburgo, en julio de 2010.
La última imagen suya fue un video emitido por la televisión en abril durante una visita a su casa de Zuma y otros funcionarios del Congreso Nacional Africano.