La Asamblea Nacional de Venezuela, con amplia mayoría opositora, debatirá en los próximos ocho días el decreto de emergencia económica que firmó el gobierno del presidente Nicolás Maduro. Su aprobación pende de un frágil consenso, y podría desatar otro conflicto de poderes entre el chavismo y el Legislativo opositor.
El decreto fue entregado la noche del viernes por Maduro al jefe de la Asamblea, Henry Ramos Allup, durante la presentación de su informe de gestión de 2015. Ramos dijo que los diputados discutirán el decreto, que al final será sometido a votación por la Cámara, con 109 legisladores opositores y 54 del oficialismo. Tres oficialistas ya electos y juramentados debieron resignar sus bancas por una sentencia del Tribunal Supremo.
"Cuente presidente, que si usted busca diálogo, aquí tendrá diálogo. Nadie tiene que dejar sus posiciones ideológicas si encontramos puntos de coincidencia para resolver esta crisis, para salir de este atolladero. Nosotros no somos quienes vamos a negar la posibilidad de solucionarla. Vamos a estudiar el decreto", prometió Ramos en su respuesta al largo discurso de Maduro, el viernes a la noche. Maduro firmó el viernes el decreto de emergencia económica. Sin embargo, los detalles de las medidas están por conocerse. El decreto otorga al gobierno poderes extraordinarios para aumentar la recaudación y promover la producción de las empresas privadas y públicas.
Maduro sugirió en su mensaje que se mantendrá el control cambiario vigente desde 2003 y señaló que llegó la hora de aumentar el precio de la gasolina. En Venezuela el combustible es el más barato del mundo, ya que se puede llenar el tanque con menos de un dólar, lo que implica un subsidio anual de más de 10.000 millones de dólares.
El Banco Central publicó el viernes las estadísticas hasta septiembre pasado. Luego de 22 meses de silencio, el BCV admite que el PBI retrocedió un 7,1 por ciento y la inflación escaló 108,7 por ciento los primeros nueve meses de 2015, el nivel más alto de la historia venezolana. El argumento oficial es que Venezuela está sufriendo el desplome de los precios del petróleo, que desde mediados de 2014 pasaron de 100 a 24 dólares el barril. Los analistas independientes señalan que la crisis se inició mucho antes del deplome del petróleo.
El líder de la oposición, Henrique Capriles, alertó además que el decreto de emergencia es una "habilitante disfrazada", al referirse a los poderes especiales que le otorgó a Maduro la anterior Legislatura con mayoría oficialista para que pudiera gobernar por decreto. "El decreto de Nicolás es un frasco de veneno para los venezolanos. El gobierno quiere seguir en lo mismo y el 6 de diciembre (fechas de las legislativas que perdió en forma abrumadora el chavismo) el pueblo dijo no más de lo mismo", señaló en Twitter. Capriles alertó que el diálogo no significa "hacer lo que el gobierno quiere y menos con quienes llevaron al país a la ruina".
El economista Asdrúbal Oliveros, de la firma Ecoanalítica, alertó que el decreto no ataca los verdaderos problemas que generaron la crisis. Pero sí da poderes ilimitados. "El Estado puede hacer lo que le dé la gana. Importaciones, materia tributaria, manejo de efectivo, intervención de empresas y de distribución. Al final lo que creó es un decreto que esconde la intención del Ejecutivo de blindarse al control que pueda ejercer el Parlamento", indicó. Agregó que la Asamblea puede rechazar el decreto o intentar modificarlo, lo que podría generar una respuesta del gobierno acusándola de no contribuir a la solución de los problemas. "Pareciera que buscan la confrontación total, y además desviar la atención de la crisis", aseveró.