El presidente Nicolás Maduro advirtió ayer que Venezuela vivirá una convulsión social si el proyecto revolucionario no sale del "atascadero", tras la aplastante derrota frente a la oposición en las elecciones parlamentarias. "O nosotros salimos de ese atascadero por la vía de la revolución o Venezuela va a entrar en un gran conflicto que va a afectar a toda la región latinoamericana y caribeña", dijo Maduro ante cientos de partidarios reunidos en una "asamblea popular" frente al palacio de Miraflores.
Desde una improvisada tarima, el mandatario señaló que el chavismo cayó en ese bache por la "guerra económica" —que atribuye a la oposición y a un grupo de empresarios—, pero también por sus "propios errores", la "burocracia y la corrupción que envolvieron las políticas revolucionarias".
Al coro de "golpe de timón"por parte de sus simpatizantes, Maduro aseguró que no se rendirá y combatirá junto a las bases partidistas, al tiempo que reiteró que en Venezuela no hubo un triunfo opositor, sino una victoria circunstancial de una "contrarrevolución fascista sin respetar las reglas de juego". "Estoy armando una estrategia con los aportes que están dando las asambleas populares. Llamo al debate revolucionario crítico, autocrítico. Estoy dispuesto a encabezar una revolución radical", afirmó el gobernante, quien reiteró que no va a "entregar la revolución". Cientos de simpatizantes chavistas se congregaron desde la tarde en las cercanías de Miraflores para una "asamblea popular", reuniones convocadas por Maduro para discutir propuestas destinadas a enfrentar la crisis económica —reflejada en la escasez de productos básicos e inflación— y superar el revés electoral.
Choque poselectoral. Cambiando radicalmente el tono moderado con que aceptó la derrota el domingo, Maduro ya había advertido en la medianoche de ayer que enfrentará todas las acciones de la futura Asamblea Nacional, empezando por vetar la amnistía para presos políticos que propone la oposición como primer acto legislativo.
La Mesa de la Unidad Democrática (MUD) que nuclea a la oposición en Venezuela reunirá hoy a sus diputados electos para fijar su estrategia, amenazada por el oficialismo, que en las últimas horas radicalizó su posición, pero también por las diferencias dentro de la propia coalición."A cada medida que tome la Asamblea le tendremos una reacción, constitucional, revolucionaria y, sobre todo, socialista", expresó Maduro en su programa televisivo, al hablar de los comicios donde el chavismo perdió la hegemonía que tuvo por 16 años desde la llegada al poder de Hugo Chávez, fallecido en 2013. "Desgraciadamente la derrota los dejó política y emocionalmente en el suelo. Son incapaces de leer lo que el país les dijo", aseguró el secretario ejecutivo de la coalición opositora MUD, Jesús Torrealba. "No buscamos pelea, pero no vamos a salir corriendo. El gobierno piensa que con bravatas nos van a intimidar, que se olvide de eso", dijo el diputado electo Henry Ramos Allup, quien podría sustituir a Diosdado Cabello, número dos del chavismo, en la presidencia del Parlamento.
Contundente victoria. La oposición de centroderecha obtuvo 112 escaños contra 55 del oficialismo socialista, tomando control total del Parlamento de 167 diputados que se instalará el 5 de enero, con facultades para remover funcionarios de los máximos poderes del Estado e incluso buscar una salida anticipada del gobernante.
El líder opositor venezolano Henrique Capriles se mostró "sumamente preocupado" con la actitud de Maduro, tras la victoria de la oposición. "Maduro debería ponerse a la orden de la Asamblea Nacional, convocando a la unión del país, invitándolo a resolver la crisis. ¿Qué ha hecho? Convocar reuniones del PSUV (partido oficialista)", apuntó el gobernador de Miranda al diario El País. El líder opositor negó que la nueva Cámara venezolana sea "revanchista" y abogó por una Asamblea "para que en el país impere la justicia". "La justicia es la enemiga de la revancha", puntualizó.
Revés electoral reaviva heridas en el chavismo
Los ex ministros Jorge Giordani y Héctor Navarro se aprestaban a responder preguntas de la prensa tras presentar un balance contra el gobierno por la derrota en las parlamentarias, cuando fueron interrumpidos por una veintena de enardecidos manifestantes que se identificaban como seguidores del oficialismo, que ingresaron a un pequeño salón de un hotel caraqueño y al grito de "traidores" los obligaron a huir raudamente del lugar. El ataque del martes que sufrieron Giordani y Navarro, dos estrechos colaboradores del fallecido presidente Hugo Chávez que se distanciaron el año pasado del gobierno, dejó al descubierto las heridas y fricciones que hay entre las filas revolucionarias tras el estrepitoso revés de los comicios, y presagia tiempos turbulentos en la interna del oficialismo. "Para nosotros es catastrófico lo que ocurre", dijeron los dos ex ministros durante la conferencia de prensa en la presentaron un balance de la crisis que enfrenta el país y criticaron con dureza el desempeño del gobierno del presidente Nicolás Maduro. "Fracasó la dirigencia del proceso", dijo Giordani, ex ministro de Planificación de los gobiernos de Chávez y Maduro, y planteó que se hace necesario decretar una "emergencia revolucionaria" y tomar medidas urgentes para enfrentar la crisis.
El ex ministro recordó los cuestionamientos que realizó el año pasado contra el gobierno de Maduro poco después de que fue sacado de su cargo, cuando confesó que le resultaba "doloroso y alarmante ver una Presidencia que no transmite liderazgo, y que parece querer afirmarlo en la repetición, sin la debida coherencia, de los planteamientos como los formulaba Chávez".
Incomprensión. Nicmer Evans, un disidente del oficialismo y que actualmente se desempeña como dirigente de la organización izquierdista Marea Socialista, afirmó que el ataque revela una "ausencia total de comprensión" por parte de la dirigencia oficialista de los planteamientos que vienen haciendo desde hace más de un año los "sectores críticos del proceso revolucionario". "El gobierno hizo como un kamikaze que después de estrellar el avión todavía queda vivo y sigue buscando abrir un hueco en la tierra a ver si llega al núcleo, al centro de la tierra, a ver si explota la tierra", indicó Evans al criticar la postura que asumió el Ejecutivo tras la derrota y su decisión de no oír las recomendaciones de sectores disidentes oficialistas.
El activista dijo que los ataques contra Giordani y Navarro buscan generar "miedo y temor" dentro de la cúpula del Partido Socialista Unido de Venezuela, pero sostuvo que esas acciones no tendrán efecto debido al creciente descontento que hay por la crisis del país, y el debilitamiento que enfrenta la dirigencia oficialista por el duro revés electoral. "Lo que viene inevitablemente es una rebelión interna que buscará desplazar los actuales liderazgos y permitir que emerjan otros liderazgos que puedan conducir el proceso a otras victorias", agregó Evans.
La coalición opositora de la Mesa de la Unidad Democrática obtuvo en los comicios del domingo 112 de 167 escaños en el Parlamento, lo que le dio por primera vez en tres lustros el control del Legislativo. La "mayoría calificada" le permitiría a la oposición convocar a una Asamblea Constituyente y aprobar una reforma constitucional, así como designar o remover a los magistrados del Tribunal Supremo de Justicia, designar a los rectores del Consejo Nacional Electoral o hacer otro tanto en la fiscalía general, el contralor general y el defensor del pueblo, entre otros.
Fabiola Sánchez / AP