Con filas a las afueras de los bancos, pocos comercios abiertos y leve afluencia de vehículos y personas en las calles se inició ayer la segunda jornada de la reconversión monetaria de Venezuela en medio de una huelga nacional convocada por la oposición que se cumplió parcialmente. La reconversión se hizo en medio de una hiperinflación que escala a más de 100 por ciento al mes y es la primera medida del plan de ajustes del presidente Nicolás Maduro, que incluirá también aumentar a niveles internacionales el precio de los combustibles, los más baratos del mundo. A las penurias de los venezolanos se sumaron en la tarde de ayer un fuerte temblor en la región norte del país (ver página 22).
Las autoridades financieras anunciaron la activación de un nuevo mercado cambiario que operará con una tasa única que estará atada a la criptomoneda venezolana petro. Anteriormente en el país operaban dos tasas de cambio oficial y varias en el mercado negro. Ayer, el gobierno chavista autorizó la banca a comprar divisas, pero no a venderlas, en un nuevo sistema cambiario que arrancó con una devaluación de 96 por ciento. "Toda la banca nacional, pública o privada, puede recibir divisas del menudeo para cambiarlas a bolívares soberanos a personas naturales, nacionales o extranjeras", dijo en rueda de prensa el ministro de Comunicación e Información, Jorge Rodríguez. Sin embargo, el ministro de Economía, Simón Zerpa, aclaró más tarde que las instituciones bancarias "no podrán vender divisas". El bolívar soberano desplazó al bolívar fuerte, al cual le suprimieron cinco ceros, si bien de momento convivirán parte de los billetes viejos con los nuevos. Los cajeros automáticos entregaron hasta 10 "bolívares soberanos" por día, equivalentes a un millón de bolívares fuertes, lo que aproximadamente equivale a 1,66 dólares.
Como parte del nuevo esquema de control de cambio, el tipo fluctuará libremente de acuerdo con la oferta y demanda que resulte de las tres subastas semanales de divisas que realicen los privados en las que el gobierno ya no participará, indicó el ministro de Finanzas Simón Zerpa. El gobierno tampoco establecerá restricciones para la oferta de divisas, pero sí mantendrá controles en la demanda. Las empresas solo podrán comprar 400.000 dólares al mes mientras las personas naturales solo podrán adquirir 500 dólares mensuales, precisó Zerpa. El Banco Central de Venezuela anunció que un petro equivaldrá a 60 dólares, lo que lleva la tasa de cambio a 60 bolívares soberanos por dólar.
El desconcierto continuó reinando entre los venezolanos mientras intentan adaptarse a la eliminación de cinco ceros del bolívar que dispuso el gobierno para hacer frente a la hiperinflación. "No sé cómo adaptarme a estos cambios. Con esto igual no puedo comprar nada", confesó decepcionada Pastora Guzmán, una maestra de prescolar de 45 años mientras agitaba con su mano izquierda tres de los nuevos billetes de cinco y diez bolívares que recibió en un banco de Caracas luego de tres horas de espera. Guzmán se mostró pesimista por las medidas económicas y sostuvo que "todo va a seguir igual porque los precios continúan subiendo". Al lado de Guzmán un hombre espigado, de tez morena, revisaba atentamente un folleto sobre los nuevos billetes para tratar de identificarlos antes de recibirlos en el banco. "Todo queda igual, esto es un engaño", dijo Pedro Peña, un técnico de heladeras de 54 años, mientras señalaba la foto de un billete de dos bolívares y aseguraba que "esto no me da ni para un kilo de carne". Durante julio, los precios subieron a un ritmo diario de 2,7 por ciento, lo que llevó la inflación en julio a 125 por ciento y la tasa anualizada a 82.766 por ciento.
La galopante escalada de precios golpeó especialmente a los mayoritarios sectores pobres que representan 87 por ciento de la población, de acuerdo con un estudio realizado por tres de las principales universidades del país. "Alcanzaremos la estabilidad con equilibrios económicos y macroeconómicos", afirmó en su cuenta de Twitter Maduro al defender las recientes medidas que acordó para enfrentar la crisis y sostuvo que representan la "gran revolución económica". Maduro agradeció al partido oficialista y demás organizaciones aliadas el apoyo a su programa económico e hizo un llamado a sus seguidores a sumarse a la movilización que se realizó luego en el centro de Caracas.
La marcha oficialista coincidió con un paro nacional que convocó la oposición y que, según los organizadores, se cumplió en un 50 por ciento. "Queda claro que en Venezuela las medidas que el madurismo trató de vender como solución nadie las cree", dijo el opositor Andrés Velásquez. Agregó que la oposición continuará las acciones de protesta contra las medidas económicas.
IVA y salarios
El gobierno presentó ayer ante la oficialista Asamblea Nacional Constituyente un paquete de reformas tributarias para elevar a 16 por ciento el Impuesto al Valor Agregado, que entrará en vigencia en septiembre, y crear un tributo sobre las transacciones financieras. El 1º de septiembre está prevista la entrada en vigencia del nuevo salario mínimo de 1.800 bolívares soberanos (unos 30 dólares), que representa un incremento de 3.300 por ciento. El alza salarial fue cuestionada por analistas, opositores y empresarios que advirtieron que podría llevar a la quiebra a numerosas empresas y elevar el desempleo en el país en medio de una fuerte recesión. Maduro anunció la semana pasada que un petro tendrá un valor equivalente a 60 dólares o más, que es el precio del barril de petróleo, y agregó que cada petro valdrá 3.600 bolívares soberanos. Para economistas, los cálculos presentados por Maduro representan el reconocimiento de una devaluación debido a que la paridad es muy similar a la tasa del mercado negro que se utiliza en la actualidad como referencia para fijar los precios de muchos productos y servicios.
Largas filas. Los cajeros automáticos entregaban hasta 10 bolívares soberanos por día, equivalente a 1.66 dólares.