Los republicanos estadounidenses, que este miércoles pasaron a ser mayoría en la Cámara baja del Congreso, no tardaron en hacer notar el cambio. Diputados republicanos de cinco Estados lanzaron una campaña nacional para eliminar la concesión automática de ciudadanía a los hijos de inmigrantes ilegales, que es un derecho constitucional. Asimismo, el bloque republicano anunció que el 12 de enero intentará derogar la reforma del sistema de salud que logró aprobar el año pasado el presidente Barack Obama. Si bien esto no será posible porque los demócratas mantienen su mayoría en el Senado, la crítica a la reforma de salud de Obama fue el caballito de batalla de los republicanos durante la dura campaña que culminó en las elecciones del 2 de noviembre pasado. El turno electoral significó una dura derrota para Obama a sólo dos años de iniciar su presidencia. Ayer el presidente realizó cambios a su gabinete que van en sentido centrista (ver aparte).
Mensaje. “Estamos aquí para enviar un mensaje público al Congreso para que ponga fin a la invasión de extranjeros ilegales que tiene consecuencias muy negativas para nuestros Estados”, afirmó el republicano Daryl Metcalfe, representante de Pennsylvania. Metcalfe habló durante la presentación de la campaña que intenta dejar sin efecto la 14ª enmienda de la Constitución. Los diputados republicanos de Arizona, Georgia, Oklahoma, Pennsylvania y Carolina del Sur, quienes impulsan la medida, admiten que su aprobación a nivel de esos Estados no tendría efecto, ya que podría ser recurrida a la Corte Suprema, dado que viola la Constitución, pero sí creen que se podría impulsar a nivel federal como enmienda constitucional. La norma propuesta incluye diferenciar en las partidas de nacimiento si se trata de hijos de inmigrantes irregulares. El republicano Steve King, en tanto, miembro de la Cámara de Representantes por Iowa y que será presidente de la subcomisión de Justicia de la Cámara, anunció que impulsará una iniciativa legislativa para eliminar la ciudadanía por nacimiento de quienes sean hijos de inmigrantes ilegales. En EEUU existen, estimativamente, 12 millones de inmigrantes ilegales.
Grupos de inmigrantes y asociaciones de defensa de derechos civiles se manifestaron en contra de la norma, a la que califican de “racista” y “xenofóbica”. “Por primera vez desde que finalizó la Guerra Civil estos legisladores quieren aprobar leyes que crearían dos tipos de ciudadanos, un moderno sistema de castas”, denunció el presidente de la Conferencia de Dirigentes sobre Derechos Civiles, Wade Henderson.
Incluso dentro de los propios republicanos la polémica propuesta generó rechazos, como el de la organización texana “Somos Republicanos”, cuyo vocera, Deedee García Blase, pidió centrarse “en nuestra maltrecha economía, en vez de atacar a la Constitución y a los bebés nacidos en Estados Unidos”.
Debate sobre salud. La flamante mayoría republicana en la Cámara de Representantes ha programado una votación para el miércoles 12 para derogar la ley de salud hecha aprobar el año pasado por el presidente Obama. Analistas políticos consideran que se trata de un gesto meramente simbólico de los sectores más conservadores, como el Tea Party, ya que incluso si se aprueba en Representantes, no tiene futuro en el Senado, donde los demócratas son mayoría.
Los republicanos sostienen como eje de su discurso opositor que hay que reducir el enorme déficit federal, que se ha disparado desde la crisis de 2008. La ley de salud tiene empero una disposición para limitar el crecimiento en los costos del sistema, con la meta de ahorrar 500.000 millones de dólares en diez años. También establece honorarios fijos por todos los servicios vinculados a una cirugía. Un punto polémico de la reforma de Obama que sí puede encontrar apoyo es la derogación de la cláusula que dispone sanciones para los individuos que no contraten su cobertura o seguro médico. Esta disposición ya ha sido declarada inconstitucional por un par de jueces federales.
Descartada una derogación lisa y llana de la ley, un estudio para posibles reformas tomará tiempo en un Congreso dividido que enfrenta muchos problemas. Al iniciarse las sesiones del nuevo Congreso, los republicanos en la Cámara de Representantes adoptaron un nuevo reglamento. Una de las nuevas normas permite votar el proyecto de derogación de salud sin tomar en consideración su impacto sobre el presupuesto.
Contradicción. Ayer, y contra lo dicho por los republicanos, la Oficina de Presupuesto del Congreso (un organismo técnico no partidario) estimó que la ley de salud, tal como está, reducirá el déficit fiscal en hasta un billón de dólares a lo largo de los próximos 20 años, debido a los aumentos de impuestos, recortes en el servicio y otras medidas similares. Muchos demócratas sospechan que detrás de la postura de los republicanos están las grandes empresas de salud privada, que se ven perjudicadas con las medidas restrictivas del gasto de la reforma Obama.
El primer día de trabajo de la nueva Cámara de Representantes, controlada por los republicanos, comenzó con la lectura en voz alta de la Constitución durante al menos dos horas. El gesto fue interpretado como un acto simbólico para mostrar su apego a los principios constitucionales, pero sobre todo como un acto de reconocimiento al movimiento radical conservador del Tea Party, cuyo apoyo fue clave para la victoria republicana en las elecciones legislativas de mitad de mandato del pasado 2 de noviembre.