Civiles ocultos. En Trípoli, cohetes y ametralladoras mantenían a dos millones de civiles encerrados en sus casas. Muchos están ansiosos de que la guerra termine pronto, entre otras cosas por la escasez de alimentos, agua y suministros médicos para los cientos de heridos y enfermos. "Las fuerzas del régimen y sus cómplices no dejarán de combatir hasta que Kaddafi sea capturado o muerto", dijo Mustafa Abdel Jalil, jefe del rebelde Consejo Nacional de Transición, quien ofreció amnistía a cualquiera de su entorno que lo mate y anunció una recompensa valorada en más de un millón de dólares por su captura. "El final sólo llegará cuando él sea capturado, vivo o muerto", dijo desde el bastión rebelde de Bengasi. Hasta entonces, no se rendirá fácilmente y podría desencadenar un "evento catastrófico", agregó.
En una grabación de audio de mala calidad tras huir de su búnker, Kaddafi, de 69 años, instó a los libios a "exterminar a traidores, infieles y ratas". No hay indicios claros sobre su paradero, aunque sus adversarios suponen que aún está en Trípoli o en sus alrededores, luego de que el propio otrora hombre fuerte de Libia describió como una "táctica" su retirada del complejo Bab al-Aziziya antes de que éste fuera tomado el martes por los rebeldes.
"Ilusorio". Abdel Salam Jalloud, cercano aliado de Kaddafi que cambió de bando la semana pasada, dijo que el veterano líder planeaba desaparecer de la vista y luego lanzar una guerra de guerrillas cuando las tropas de la Otán se retiren. "Está enfermo de poder", añadió. "Cree que puede reunir a sus partidarios y realizar ataques. Alucina", sostuvo. El vocero de Kaddafi, Moussa Ibrahim amenazó en otra transmisión: "Nosotros convertiremos a Libia en un volcán de lava y fuego bajo los pies de los invasores y sus agentes traidores". Pero hay indicios de que otros partidarios del régimen se dan por vencidos y ha seguido la corriente de deserciones que se ha presentado durante los seis meses de la sublevación, como la del subjefe de inteligencia.
Saqueos
Las lujosas residencias de la familia del líder libio fueron los primeros blancos del saqueo y destrozos de los vándalos y rebeldes. Uno de los hijos de Kaddafi, al-Saadi, era amante de los autos veloces, de los yates y del fútbol, y su villa con playa estaba atestada con sus caros juguetes. Su hermana Aisha vivía en una mansión de dos pisos con piscina techada y sauna.
¿Una red de túneles secretos bajo el búnker?
La extravagancia del coronel Kaddafi va mucho más allá de los puños de oro y de sus espectaculares locuras. Se cree que bajo el suelo de su conquistado palacio de Trípoli el dirigente construyó una red de túneles a más de 180 metros de profundidad. El coronel libio pudo escapar de su complejo —tomado el martes por los insurgentes— utilizando el búnker y sistema de túneles bajo Bab el Aziziya.
Antiguos funcionarios kadafistas dijeron que el complejo está conectado mediante largos túneles con alejadas zonas de Trípoli. Sin embargo, pocas personas dicen haber visto estos corredores y —como muchas otras cosas en el conflicto libio— no está totalmente confirmado que existan.
Los túneles, con una extensión de miles de kilómetros, se construyeron como canales de riego; de hecho, la obra recibió el nombre de “el gran río hecho por el hombre”. Sin embargo, el destino y uso real de estos corredores, comenzados a construir en 1984, era otro. El complejo entramado de túneles, que costó más de 17.000 millones de euros, constituía un cuartel y refugio subterráneo para Kaddafi. Una red oculta que tras la toma de su palacio pudo proporcionarle una rápida vía de escape. Los rebeldes y fuerzas internacionales barajan además la posibilidad de que el coronel se encuentre escondido bajo tierra.
La existencia de esta “ciudad subterránea” habría servido también al dictador para hacer sus apariciones sorpresa durante los seis meses de enfrentamientos. Este aparecía repentinamente en público y después desaparecía. En abril ya se encontró en el palacio de verano del dirigente un entramado subterráneo similar en Al Bayda. Un búnker a nueve metros de profundidad equipado con cocina, baño, habitaciones e incluso un sauna. Este tipo de complejos fortificados podrían encontrarse distribuidos por todo el país.
Expertos advierten que Libia posee material para una “bomba sucia”
Viena.— Un centro de investigación cerca de Trípoli tiene almacenado material nuclear que podría utilizarse para hacer una “bomba sucia”, según dijo ayer un ex inspector de la ONU, advirtiendo de posibles saqueos durante la inestabilidad en Libia.
En 2003, en un intento de reparar sus relaciones con Occidente, el líder libio Muammar Kaddafi accedió a abandonar sus esfuerzos para conseguir armas nucleares, químicas y biológicas, una decisión que lo sacó del ostracismo y puso fin a décadas de aislamiento del país.
Ahora, una insurgencia popular nacida hace seis meses ha obligado a Kaddafi a abandonar su fortín en la capital, aunque los tiroteos continúan, lo que indica que los rebeldes aún no han triunfado por completo.
Olli Heinonen, responsable de inspecciones de salvaguardas nucleares en Naciones Unidas hasta el año pasado, señaló que cuando Saddam Hussein fue derrocado en abril de 2003 se produjeron sustanciosos saqueos en la instalación de investigación atómica de Tuwaitha, cerca de Bagdad.
“En Irak, probablemente debido a pura suerte, la historia no terminó en un desastre radiológico”, dijo Heinonen. “En Libia, los temores de seguridad nuclear aún persisten”, aseguró en un comentario a través de Internet el ex subdirector general de la Agencia Internacional de Energía Atómica (Aiea).
El programa libio de enriquecimiento de uranio fue desmantelado después de que Kaddafi renunciara a las armas de destrucción masiva. La documentación y el material sensible, incluyendo información sobre diseño de armas nucleares, fueron confiscados.
Sin embargo, el centro de investigación Tajoura en Libia sigue albergando grandes cantidades de combustible de uranio de bajo enriquecimiento, residuos nucleares e isótopos, dijo Heinonen. El uranio refinado puede tener aplicaciones civiles o militares si es enriquecido.
Desorden y saqueo. “Aunque podemos dar gracias porque las reservas de uranio enriquecido ya no están en Libia, el material restante en Tajoura podría, si acabara en las manos equivocadas, utilizarse como ingrediente para bombas sucias”, afirmó Heinonen, actualmente en la Universidad de Harvard. “La situación en Tajoura todavía no está clara. Sabemos que durante épocas de colapso de regímenes, reinan el desorden y el saqueo”, agregó.
Las conocidas como “bombas sucias” pueden combinar explosivos convencionales como dinamita, con material radiactivo.
Los expertos describen la amenaza de una bomba nuclear fisible sin refinar, que es técnicamente difícil de fabricar y requiere plutonio o uranio a escala de bomba, como un “acto de baja probabilidad, alta consecuencia”, es decir, improbable pero con el potencial de causar daños a gran escala a la vida y la propiedad.
Pero una “bomba sucia”, en la que se utilizan explosivos convencionales para dispersar radiación desde una fuente radiactiva, es un “acto de alta probabilidad, baja consecuencia”, con más potencial de aterrorizar a la población que de causar muchas muertes.
“Una lección”. “Hay una serie de materiales nucleares y radiológicos en Tajoura que podrían ser empleados por terroristas para crear una bomba sucia”, señaló Mark Fitzpatrick, director del londinense Instituto Internacional de Estudios Estratégicos.
No hubo comentarios inmediatos de la Aiea sobre las instalaciones de Tajoura. Un documento colgado en la página web del organismo señala que se trata de un reactor de 10 megavatios situado a 34 kilómetros al este de la capital libia.
Heinonen dijo que el Consejo Nacional de Transición rebelde debe ser informado del material que hay en el centro. Una vez que se produzca la transición, debe “tomar los pasos necesarios para asegurar estas fuentes radiactivas potencialmente peligrosas”, recomendó.
Fitzpatrick apuntó que el saqueo que se produjo en el centro Tuwaitha de Irak “debe convertirse en una lección sobre la necesidad de precauciones de seguridad nuclear en la situación en Libia hoy”. l
Periodistas secuestrados, heridos y liberados
Cuatro periodistas italianos fueron secuestrados ayer en Libia, informó el Ministerio del Exterior en Roma. Se trata de dos reporteros del diario “Corriere della Sera”, uno del católico “Avvenire” y otro de “La Stampa”. Por otro lado, dos periodistas franceses fueron internados después de haber sido atacados a tiros mientras cubrían los combates alrededor de la residencia de Kaddafi. En tanto, 37 reporteros extranjeros fueron liberados ayer (foto) después de haber estado retenidos en el hotel Rixos de Trípoli por milicias leales al dictador libio. “Fue una pesadilla”, dijo el periodista de la CNN Matthew Chance. Un camarógrafo británico contó que fue amenazado con un fusil.
Las embajadas celebran la victoria de los insurgentes
Manila.— Diplomáticos y estudiantes libios destruyeron ayer retratos de Muammar Kaddafi en su embajada de Manila, mientras gritaban “el juego se ha terminado” e izaban la bandera rebelde, como parte de las decenas de deserciones en las misiones de Libia en todo el mundo.
Mientras los rebeldes atacaban Trípoli y el poder e influencia de Kaddafi se desmoronaban, el cónsul libio Faraj Zarroug dijo en la capital filipina que el 85% de las 165 misiones diplomáticas en todo el mundo ahora reconocían al gobierno interino rebelde, el Consejo Nacional de Transición.
“¡El juego ha terminado para el señor Kaddafi!”, dijo Zarroug. “Probablemente en unos cuantos días todo habrá terminado, esperamos. Estoy muy contento”, agregó.
En Londres, funcionarios de la oposición libia colocaron una alfombra con la imagen de Kaddafi afuera de la embajada para permitir a los visitantes pisar su retrato cuando entraran al edificio.
Los diplomáticos libios en el exterior habían jurado su lealtad a los rebeldes en una tendencia gradual a lo largo de los meses, pero en esta semana pareció haber un gran incremento de deserciones.
Por ejemplo, las misiones ante Suiza y Bangladesh cambiaron su lealtad poco después de que se iniciara la crisis hace seis meses, y funcionarios en las embajadas libias en Japón y Etiopía reemplazaron el lunes las banderas gubernamentales por las tricolores de los rebeldes.
La embajada de Libia en Argentina arrió el martes la bandera verde que representa al Estado fundado en 1969 por Kaddafi e izó la verde, roja y negra del gobierno rebelde. También se quemaron retratos del dictador libio y su famoso Libro Verde, que está lleno de lemas y detalla su filosofía política.
Un vocero de los rebeldes en Dubai, Edward Marques, dijo ayer que las deserciones se han registrado “en cascada”, pero se negó a enumerar la ubicación de los simpatizantes a los insurgentes.
Los nexos de Chávez con el líder libio
Caracas. — Hasta en sus horas definitivas, el líder libio Muammar Kaddafi tuvo en el presidente venezolano Hugo Chávez un aliado y admirador, que denunció el acoso de la Otán y Estados Unidos sobre Libia para apuntalar las operaciones militares de la insurgencia. La estrecha alianza dio motivo para que hasta en medio de la ofensiva rebelde sobre Trípoli persistieran los rumores de que el déspota libio podría refugiarse en Venezuela, en caso de la caída de su régimen revolucionario.
Desde el comienzo del conflicto libio, Chávez ofreció su apoyo a un esfuerzo diplomático para encontrar una salida pacífica de lo que calificó como una “guerra civil” en Libia, intercambió cartas con Kaddafi en los momentos críticos y denunció que estaba ocurriendo una masacre de civiles con el fin de ponerle la mano al petróleo. La admiración por Kaddafi fue expresada muchas veces por el mandatario venezolano, que además tomó como modelo la Revolución Verde del líder libio para alimentar conceptos de algunas leyes del poder popular venezolano.
La propuesta mediadora de Chávez de crear un grupo de amigos de Libia para poner fin al conflicto no tuvo éxito en medio del recrudecimiento de los combates y el gobierno de Venezuela optó luego por mantener consultas de bajo perfil. Caracas fue visitada al menos en dos ocasiones por misiones de Kaddafi, pero sus resultados no trascendieron públicamente, antes de que se multiplicaran los rumores de que el líder libio pediría asilo en Venezuela en caso de perder el poder.
Chávez acusó insistentemente a la Otán y a EEUU de haber emprendido una guerra para apoderarse del petróleo libio y criticó que algunos bancos europeos congelaran cuentas de las reservas internacionales de Libia. El domingo, en plena batalla por Trípoli, el venezolano reiteró sus cuestionamientos a los bombardeos de la Otán, aunque no mencionó las versiones que decían que Kaddafi podría pedirle asilo. “Los gobiernos «democráticos» europeos, no todos porque uno sabe cuáles son, están demoliendo prácticamente Trípoli con sus bombas y el gobierno supuestamente democrático de EEUU, porque les da la gana”, dijo Chávez. Asimismo, indicó que “sin ninguna explicación” las bombas estaban cayendo sobre casas, escuelas, hospitales y campos agrícolas.
“El drama no termina”. Desde el Palacio de Miraflores, Chávez afirmó ayer mismo que “el drama de Libia no termina ni aun con la caída del gobierno, sino que comienza”, y denunció el saqueo de la embajada venezolana en Trípoli, hecho que consideró una muestra de “la barbarie”. Advirtió que “han destrozado a un país y no fue Kaddafi”, y lo atribuyó a “la locura imperial y la crisis del capitalismo global”.
Venezuela y Libia, como socios dentro de la Organización de Países Exportadores de Petróleo (Opep), formaron un bloque en defensa de los precios del crudo, tras acuerdos del cartel en 2000. Kaddafi visitó Venezuela en septiembre de 2009, con motivo de la cumbre Africa-América del Sur y al término de la cita, realizada en la isla Margarita, se quedó para cumplir una visita oficial en la que Chávez lo distinguió con una condecoración y le obsequió una réplica de la espada del Libertador Simón Bolívar por su liderazgo. En esa ocasión, ambos firmaron varios acuerdos que estrecharon los lazos de Caracas y Trípoli. También instaron a realizar una conferencia internacional para definir y determinar el concepto de terrorismo y se comprometieron a acabar con el “imperialismo” estadounidense. l
Unasur
Los cancilleres de la Unión de Naciones Suramericanas (Unasur) analizaron ayer sin llegar a una postura común la delicada situación en Libia donde, al menos el gobierno de Venezuela, sigue reconociendo la autoridad de Kaddafi. Si bien no lograron avanzar en una postura consensuada, advirtieron que en el futuro podrían hacerlo.
Sarkozy esboza el futuro del país norafricano
París. — El presidente francés, Nicolas Sarkozy, recibió ayer en París al máximo dirigente del Consejo Nacional de Transición (CNT) libio, Mahmud Yibril y anunció tras el encuentro que Francia organizará una reunión internacional sobre Libia el 1º de septiembre para preparar la salida de Kaddafi del poder luego de 42 años. “Junto a David Cameron (premier británico) hemos decidido convocar a una conferencia mundial para ayudar a la Libia libre de mañana”, afirmó ayer Sarkozy tras reunirse con el número 2 del órgano político de los rebeldes libios.
“Mientras existan focos de resistencia continuaremos apoyando a nuestros amigos libios todo el tiempo que la CNT lo considere necesario”, agregó. Sarkozy busca no perder la mano y apuntalar su figura luego de los fiascos diplomáticos durante las revoluciones en Túnez —varios de sus ministros recibieron favores del ex dictador Ben Alí— y Egipto, y dejar en claro que Francia es una plaza central en las negociaciones. De esta forma, la potencia mundial más implicada en la intervención militar de la Otán pretende, a través de su diplomacia, mantener el liderazgo en la situación de Libia y encabezar la reconstrucción del país norafricano.
Apoyada por el Parlamento, la participación militar francesa en Libia cuenta con un apoyo masivo de los políticos de este país. “Me pone contenta que Francia haya tenido esta iniciativa. El ejército galo da una bella imagen de Francia, que había estado un poco desdibujada por la visita de Kaddafi a París en 2007”, estimó la precandidata presidencial socialista Martine Aubry. Justamente, en diciembre de 2007, Sarkozy recibió al libio en momentos en que Occidente comenzaba a criticar a su régimen. Sarkozy consiguió grandes contratos para su país en armamento, construcciones —especialmente el nuevo aeropuerto de Trípoli adjudicado a una empresa gala— y la venta de una central energética nuclear de uso civil.
La conferencia propuesta por Francia tiene un triple objetivo: unir a la comunidad internacional detrás de las nuevas autoridades libias; favorecer la reconciliación (París y Londres solicitan que la transición incluya a responsables moderados del antiguo régimen); y determinar la ayuda que la comunidad internacional pueda aportar a la nueva Libia.