El Corán al revés
El Corán al revés
El niño de 7 años acompaña por el pueblo a su padre Brahim, un obrero marroquí, "nacido en 1969 y llegado a Ripoll en 1999". "Dos de mis hijos —Youssef y Said— murieron porque el imán les enseñaba el Corán al revés, ellos no saben árabe, al llegar aquí eran pequeños, hablan el catalán, el castellano, el bereber..." "El otro, Mohammed, va a ir a la cárcel por nada, solo le dio el auto a su hermano, sin saber nada", dice en un español rudimentario.
Mohammed Aallaa, de 27 años, el propietario de un Audi que embistió contra peatones en la localidad turística de Cambrils, al sur de Barcelona, compareció ayer ante un juez, quien decidió otorgarle libertad condicional. Su hermano Said, que hubiese cumplido los 19 años en tres días, era uno de los cinco ocupantes del Audi abatidos por la policía. Brahim Aallaa asegura que no conoce aún con certeza como murió Youssef, el otro de sus cuatro hijos, tal y como afirma la prensa española. Habría desaparecido en la explosión de una vivienda abarrotada de garrafas de gas en otra población catalana, Alcanar, donde según las autoridades la célula preparaba atentados de mayor envergadura. "El mes de Ramadán, (decían que) iban a rezar todo el día con el imán y por la noche también, en julio", recuerda el padre de los terroristas. "Después del Ramadán, (Youssef) había cambiado. Agarraba el coche de su hermano y se iba diciendo que buscaba trabajo".
"Como mis niños"
Conocido por su monasterio medieval, Ripoll defiende su identidad catalana: en sus balcones se ven banderas que dicen "sí" a la independencia de España. Ubicada 90 km al norte de Barcelona entre dos montañas boscosas, esta tranquila localidad a los pies de los Pirineos y con 10.000 habitantes de los cuales 5 por ciento marroquíes, no sospechaba albergar un brote de yihadismo. Cuando ve un organigrama de la "célula de Cataluña" publicada en la prensa, Nuria Perpinya dice quedarse "helada". "Son terroristas y se me rompe el corazón, es un sentimiento contrapuesto", dice esta profesora de 36 años, explicando que "algunos son como mis niños, les ensené a dividir, a sumar". Hasta 2015, Nuria trabajó para un programa regional de lucha contra la exclusión. Guarda buenos recuerdos de estos "chicos normales, totalmente integrados". No obstante, admite: "Estos chicos quizás no tenían mucho carácter, y podían ser más vulnerables".
Buenos vecinos
En un pequeño edificio de Ripoll, Moussa Oubakir, de 17 años, vivía con su madre. Uno de sus cuatro hermanos, Driss, de 27 ó 28 años, fue detenido bajo sospecha de que era parte de la célula terrorista. "Para hablar de Moussa, no se usaban calificativos negativos: le decíamos «considerado, educado, alegre»", dice esta responsable de la alcaldía a cargo de la coexistencia, Maria Dolors Vilalta. Pero en la red social Kiwi, donde participaba activamente hace dos años, Moussa aseguró que en un mensaje que si fuese rey del mundo se dedicaría a "matar a los infieles, solo dejar a musulmanes que sigan la religión".
La madrugada del viernes, fue abatido por la policía en Cambrils, junto a otros cuatro amigos de infancia. También murió en ese momento Houssaine Abouyaaqoub, otro menor conocido como "Houssa". Y el lunes fue Younes Abouyaaqoub, de 22 años, quien murió por las balas de la policía, tras cuatro días de intensa búsqueda. Younes fue identificado como "el asesino de las Ramblas" de Barcelona, ya que habría conducido el utilitario que atropelló indiscriminadamente a peatones, para luego apuñalar mortalmente a otra persona, robar su vehículo y escapar. Para Perpinya, Houssa y Younes eran "muy buenos vecinos". "Houssa era un chico brillante y responsable, de los que te quedas más tranquilo cuando sabes que tu hijo está de fiesta con él" escribió en un mensaje de texto César García, un guía turístico de 53 años cuyo hijo iba a la misma escuela.
Rompiendo el patrón de jóvenes marginados que cometen pequeños delitos antes de perpetrar ataques, los de Ripoll no venían de familias desfavorecidas ni tenían antecedentes penales. Entre sus padres, "unos trabajan en el bosque, la mayoría hace limpieza de bosque para unas empresas forestales, otros trabajan en la industria metalúrgica", señala Vilalta. De los jóvenes "yihadistas", al menos dos tuvieron empleos en la industria textil y metalúrgica, según testimonios. "En Ripoll nunca hubo ningún problema de integración", asegura el alcalde Jordi Munell, un independentista catalán. "Aquí, algunos tenían trabajo, coches, celular, computadoras, proyectos..."
En momentos en que los investigadores comienzan a profundizar en el caso, el papel de adoctrinamiento es atribuido al imán Abdelbaki Es Satty, llegado en 2015 a Ripoll y muerto la noche del miércoles en la explosión en Alcanar. Pero en la mezquita, según dicen los fieles, el imán no se desviaba del Corán.
Laurence Boutrex
AFP