Washington.— Los ataques personales están cobrando cada vez más fuerza en el
último tramo de la carrera presidencial en EEUU. La campaña del demócrata Barack Obama salió al
cruce ayer mencionando los lazos de su rival, el republicano John McCain, con un escándalo
financiero que le mereció una crítica en el Senado hace dos décadas. Un día antes, los republicanos
habían acusado a Obama de ser "amigo de terroristas". En medio de este clima de tensa
confrontación, los candidatos se medirán esta noche en su segundo debate televisado, que promete
ser más picante que el primero.
Memorias de la crisis. En respuesta a las acusaciones republicanas de que él se
codeó con un activista radical de los años sesenta, el equipo de Obama publicó su propio aviso en
internet rememorando la participación de McCain en dos reuniones con reguladores bancarios en
nombre de su amigo Charles Keating, que luego fue encarcelado por fraude a la seguridad.
El escándalo fue parte de una gran crisis a fines de la década del 80 y
comienzos de los años 90, similar al caos actual en Wall Street, en la cual cientos de ahorros y
préstamos colapsaron provocando pérdidas por más de 100.000 millones de dólares a los
contribuyentes.
Con la grave crisis financiera lastrando al republicano en las encuestas, a
apenas cuatro semanas de las elecciones, la campaña de McCain ya dejó en claro que planea aumentar
los ataques a Obama, haciendo a un lado el torbellino económico, que claramente lo ha
perjudicado.
Encender la mecha. Los duelos comenzaron luego que la compañera de fórmula de
McCain, Sarah Palin, dijese el sábado que Obama considera a Estados Unidos tan imperfecto "que se
codea con terroristas que atacarían a su propio país".
Los comentarios aludían a la asociación de Obama con el activista radical de la
década del sesenta Bill Ayers, fundador del grupo Weather Underground, cuyos miembros realizaron
varios ataques con bombas en EEUU cuando Obama era un niño.
Obama siempre criticó las actividades y posiciones extremistas de Ayers, y
además no existe evidencia de que se haya "codeado" con éste. Palin, por su parte, defendió sus
declaraciones el domingo, diciendo que los comentarios "fueron sobre una asociación de la que no se
ha hablado".
Sin embargo, la aseveración de Palin de que la asociación de Obama con Ayers
nunca fue discutida no es cierta. Obama fue interrogado al respecto en un debate televisivo con
Hillary Clinton durante las primarias demócratas, y McCain habló del tema de nuevo el mismo mes en
una entrevista televisiva.
Respuestas rápidas. El giro a la ofensiva de los republicanos no es nuevo. Ya en
2004, por ejemplo, una de las armas más efectivas para George W. Bush fue atacar el demócrata John
Kerry por su supuesta falta de heroísmo en la guerra de Vietnam.
La diferencia esta vez es que los demócratas están respondiendo de inmediato y
con dureza, algo que no hizo Kerry. El recordatorio del "escándalo Keating", por el que McCain fue
condenado públicamente en 1989 por su "mal juicio", fue la muestra más agresiva de Obama y su
equipo en los dos años que lleva la campaña.
"La campaña de McCain intentó evitar hablar sobre el escándalo. Pero con tantos
paralelismos con la crisis financiera actual, la historia de Keating es relevante, y los votantes
merecen conocer los hechos y ver por sí mismos el patrón de mal juicio de McCain", afirmó David
Plouffe, director de campaña del senador por Illinois. "Nosotros no lanzamos el primer puñetazo,
pero sí el último", afirmó más tarde Obama. Aseguró que "el pueblo estadounidense se merece algo
mejor" que las peleas entre candidatos, y que ambos deberían hablar de la economía. Pero si McCain
quiere convertir la campaña en una batalla personal, no rehusará la lucha, agregó Obama.