Estadistas, políticos, científicos, líderes religiosos, espías, artistas, literatos, periodistas y hasta el fundador de los Boy Scouts. En plena Segunda Guerra Mundial, el dictador nazi Adolf Hitler elaboró un listado con los personajes que debían ser eliminados tras la invasión de Gran Bretaña, que al final nunca tuvo lugar. El «libro negro» contabilizaba a 2.820 enemigos y ha sido traducido y digitalizado hace pocas semanas, como parte de los actos de conmemoración del 75º aniversario de la Batalla de Inglaterra, durante la Segunda Guerra Mundial. Entre los objetivos del «Führer» se encontraban personajes tan variados como el premier británico Winston Churchill, la escritora Virginia Woolf, H.G. Wells (el creador de “La Guerra de los mundos”) y hasta Robert Baden Powell, el fundador de los Boy Scouts.
En la lista, que se puede encontrar en la web del Imperial War Museum (Museo Imperial de Guerra) de Londres, también figuraba Francis Foley, el “Schindler británico”. Su trabajo como agente de aduanas en Berlín le permitió salvar a más de 10.000 judíos.
El objetivo nazi era claro: eliminar o castigar con severidad a estas personas, que podían amenazar la expansión y la consolidación del Tercer Reich. Según el plan, una vez que la Luftwaffe (la fuerza aérea alemana) doblegara la resistencia británica y la infantería pisara Gran Bretaña, las SS y la Gestapo debían cazar a estos enemigos. Al final, el proyecto no se realizó.
Voceros del Museo Imperial explicaron que el nazismo hizo 20.000 copias de la «lista negra», de las cuales sólo se conservan dos. “Es la primera traducción que se ha hecho en inglés de la lista nazi.