Los embajadores de los países de la Unión Europea (UE) se reunieron este viernes para analizar el acuerdo alcanzado el jueves con el Reino Unido. El próximo 1º de enero la legislación comunitaria dejará de tener validez en suelo británico. Desde ese día el acuerdo se aplicará de manera provisional, hasta que el Parlamento Europeo lo apruebe. El jueves, 24 de diciembre, ambas partes llegaron a un acuerdo luego de un año de interminables negociaciones y cuando ya parecía inevitable un Brexit "duro", sin consensos. Ahora, los 27 miembros de la UE quieren ver los detalles de lo que logró la comisión negociadora.
"Los Estados miembros de la UE empezarán a revisar las 1.246 páginas del acuerdo y continuarán con este abrumador ejercicio en los próximos días", escribió en Twitter el portavoz de la presidencia rotativa de los 27 que ocupa Alemania, Sebastian Fischer.
Un día después de que Londres y Bruselas consiguieran el acuerdo, el negociador comunitario, Michel Barnier, informó en Bruselas a los embajadores de los Estados miembros sobre el texto consensuado. Barnier fue felicitado públicamente por el logro de último minuto por numerosos gobernantes y legisladores europeos. Pero como el diablo se esconde en los detalles, los 27 quieren estudiar el voluminoso texto línea por línea.
Los 27 países agradecieron a Barnier y su equipo el enorme trabajo realizado a lo largo de 2020, y destacaron la importancia de haber permanecido unidos durante todo el proceso negociador con Londres.
Pero a la vez los países pidieron "un poco de tiempo" a la Comisión Europea (que es el Ejecutivo de la UE) para estudiar los textos y que haya contactos disponibles en los próximos días en el Ejecutivo comunitario, así como una lista con las medidas más importantes que los Estados miembros deberían adoptar para estar preparados el 1º de enero, cuando el Reino Unido se habrá convertido de manera definitiva en un país "tercero", como es hoy, por ejemplo, Suiza.
Asimismo, instaron a que se presente pronto una reserva de 5.000 millones de euros prevista en el presupuesto de la UE para el periodo 2021-2027 para apoyar a los países y sectores económicos más afectados por la salida del Reino Unido de la Unión Europea.
Barnier aseguró a los diplomáticos que "en un divorcio ambas partes pierden", pero asumió que el acuerdo alcanzado es "razonable" y protege los intereses de los 27 integrantes de la Unión Europea.
"Los embajadores de la UE elogiaron a Michel Barnier y al equipo negociador de la UE por su resiliencia y firmeza bajo una intensa presión durante la negociación del Brexit con el Reino Unido", indicó Fischer en Twitter cuando terminó el encuentro de los embajadores. La presidencia alemana decidió enviar una carta al Parlamento Europeo en la que comunica la intención de los Estados miembros de aplicar el acuerdo "de manera provisional" el 1º de enero, antes de que la Eurocámara dé su consentimiento al texto en la sesión plenaria que se celebrará entre el 18 y el 21 de enero.
"El embajador (alemán ante la UE, Michael) Clauss, firmó una carta dirigida al Parlamento Europeo sobre la intención de los Estados miembros de la UE de tomar una decisión sobre la aplicación preliminar del acuerdo en los próximos días", señaló el portavoz de la presidencia alemana, Sebastian Fischer, quien añadió que los países respaldaron la nota "de manera unánime".
Fuentes diplomáticas precisaron que en la carta se recoge la necesidad de la aplicación provisional para evitar "interrupciones" en las relaciones entre la UE y el Reino Unido "con graves consecuencias para los ciudadanos y las empresas al final del periodo de transición, el 1º de enero". El Brexit es un hecho desde el 1º de enero pasado, pero se estableció un año de transición para evitar daños mayores a ambos lados del Canal de la Mancha. Este período es el que ahora se extingue.
La Eurocámara es la encargada de ratificar el acuerdo con el Reino Unido, pero debido a la prolongación de las negociaciones hasta Nochebuena ha dado por imposible hacerlo en 2020. Así, la Comisión Europea propuso el jueves aplicar el documento de manera provisional entre el 1 de enero y el 28 de febrero de 2021.
Sin embargo, esa aplicación provisional también exige una serie de trámites que el club comunitario espera completar antes de fin de año. Tras la reunión de los diplomáticos, los Gobiernos de los Estados miembros tendrán unos días para examinar el acuerdo. En unos días, el Consejo Europeo, que reúne a los países de la UE, votará la decisión sobre la aplicación provisional y la firma. El objetivo es firmar y publicar el pacto en el diario oficial de la UE antes de fin de año, para que pueda entrar en vigor de forma provisional el 1º de enero. En enero, se hará el voto en la Eurocámara y el Consejo después tomará la decisión de concluir el acuerdo. Él próximo lunes los líderes de los grupos parlamentarios mantendrán una reunión a la que han invitado a la presidenta de la Comisión, Ursula von der Leyen, y al negociador comunitario, Michel Barnier.
La pesca, punto conflictivo
Las discusiones sobre la pesca fueron el mayor obstáculo para llegar a una solución. Pese a que la pesca es un componente mínimo de las economías británica y europea, tiene un gran peso en la opinión pública y un valor simbólico, además del obvio interés de las comunidades pesqueras. Las flotas pesqueras de la UE tendrán que ceder una cuarta parte de su cuota actual en aguas británicas durante los próximos cinco años y medio. Después de este período de transición, el acceso a sus zonas de pesca se negociará anualmente.
Pero llegar al acuerdo fue duro. Los europeos pujaban por seguir pescando como hasta ahora en aguas británicas, y estos querían vetar su acceso. Se debió recurrir a la intervención directa de Von der Leyen y del primer ministro británico, Boris Johnson.
La presidenta de la Comisión aseguró que "la competencia en el mercado único seguirá siendo justa" y que "se respetarán las reglas y estándares de la UE y tenemos herramientas efectivas para reaccionar si la competencia se distorsiona y afecta a nuestro comercio".
El caos que se vivió en las aduanas y puertos británicos en los últimos días a causa del cierre de las comunicaciones con Europa por el Covid-19 sirvió para ilustrar qué podría suceder si antes del 1º de enero no había un nuevo acuerdo o tratado. La pandemia rindió así un inesperado servicio público, tanto al Reino Unido como a los europeos continentales.
Por la parte británica, Johnson declaró que "las compañías británicas podrán hacer incluso más negocios que antes" en el mercado europeo. También destacó que la justicia británica ya no estará sujeta a la autoridad del tribunal europeo de Luxemburgo. Según sus cálculos, las posiciones británicas habrían prevalecido en el 43% de los puntos en debate, el 40% habrían sido compromisos mutuos y la UE habría obtenido ventajas en el 17% restante. Desde Europa, fuentes gubernamentales francesas aseguran, al contrario, que "el Reino Unido ha hecho grandísimas concesiones" para evitar una ruptura sin acuerdo.
Los cambios concretos
Entre los cambios concretos inmediatos, será posible viajar entre el Reino Unido y la UE sin visado, pero solo para periodos inferiores a los 3 meses. Un retroceso importante es que desaparece la equiparación automática de los títulos profesionales. En telecomunicaciones, las telefónicas podrán volver a imponer tarifas de "roaming" a clientes británicos y viceversa. A su vez, los bancos británicos no podrán operar en euros. Sobre el núcleo del asunto, el comercio, las empresas británicas podrán, seguir vendiendo sus productos en el mercado europeo sin cuotas ni tarifas pero están obligadas a respetar la legislación europea, como hicieron todos estos años de convivencia en la UE.