El gobierno británico, en un intento por paliar el cambio de rumbo en las encuestas de opinión antes de la votación sobre la independencia de Escocia este mes, está dispuesto a ceder poderes a Edimburgo si sus ciudadanos deciden mantenerse dentro del Reino Unido. El ministro de Finanzas británico, George Osborne, dijo ayer que en los próximos días daría a conocer los planes para ofrecer a Escocia más autonomía en impuestos, gastos y prestaciones sociales si los escoceses votaban en contra en el histórico referéndum del 18 de septiembre.
El primer ministro, David Cameron, había vetado una tercera alternativa, conocida como "devo max" y en la que a Escocia se le habrían devuelto todos sus poderes de decisión, excepto en defensa y en política exterior. Cameron apostó a que tener que elegir sólo entre "sí" o "no" a la independencia mostrarían una victoria clara para el status quo, ya que los votantes más cautos evitarían un futuro incierto.
Los comentarios de Osborne llegaron después de la publicación de una encuesta realizada por YouGov para el Sunday Times indicando que los independentistas obtuvieron ventaja por primera vez desde que comenzó la campaña. A falta de menos de dos semanas para la votación, la encuesta coloca al "sí" a la cabeza con un 51 por ciento de las preferencias, dándole la vuelta a la ventaja de 22 puntos porcentuales que llevaba el "no" hace un mes, dijo el Sunday Times. "Verán en los próximos días un plan de acción para dar más poderes a Escocia ... Entonces Escocia tendrá lo mejor de los dos mundos. Evitarán los riesgos de la separación pero tendrán mayor control sobre su propio destino, que es lo que los escoceses quieren", dijo Osborne a la cadena BBC.
Indecisos. En esta última encuesta no se ha contabilizado a los indecisos. Si se les tiene en cuenta, el 47 por ciento estaría a favor de la independencia y el 45 por ciento apoyaría la permanencia en Reino Unido. "Esta encuesta puede y debe servir de aviso a todos aquellos que pensaban que el resultado del referéndum ya era seguro", advirtió el ex ministro de Hacienda Alistair Darlin, quien dirige la campaña "Better together" (Mejor, juntos), promovida por el gobierno de Cameron. Si gana el "sí" en el referéndum, Escocia sería independiente en 2016.
Osborne dijo que los cambios serían efectivos en el momento en el que gane el "no" en el referéndum. Sus palabras replican las del ex primer ministro Gordon Brown, que dijo el viernes que encabezaría una iniciativa para que Escocia obtenga mayores facultades si vota en contra de la independencia. Los tres grandes partidos de Gran Bretaña ya han bosquejado propuestas distintas sobre las poderes adicionales para Escocia si se rechaza la separación. .
Escocia ya goza de una gran autonomía en facultades administrativas. Posee su propio Parlamento desde 1999, con el poder de legislar en áreas de políticas como educación, salud, ambiente, vivienda y justicia. Sondeos anteriores habían mostrado que muchos escoceses preferirían la opción del "devo max" en vez de tener una independencia absoluta y el primer ministro escocés, Alex Salmond, intentó infructuosamente que se la considerase en el referendo.
Debates clave. El movimiento a favor de la independencia ganó muchos apoyos durante el mes de agosto, a raíz de dos debates televisados entre Alex Salmond, jefe del Partido Nacional Escocés y principal valedor de la causa independentista, y Darling. Según el instituto demoscópico YouGov, la campaña a favor de la independencia también ha ganado más adeptos por la mejora de las perspectivas económicas de Escocia.
Los unionistas argumentan que la economía escocesa se vería afectada si Escocia se separara del Reino Unido. Al respecto, Osborne reiteró la advertencia del gobierno británico de que Escocia tendrá que abandonar la libra como moneda común británica si opta por la independencia. De acuerdo con el Times, Cameron se dirigirá con un discurso a los escoceses pocos días antes del referéndum. El premier ha asegurado reiteradas veces que no renunciará al cargo en caso de una victoria del "sí" en la consulta popular.
En otro orden, el diario The Guardian citó a fuentes comunitarias que advirtieron que Escocia tendría que esperar, al menos, cinco años para formar parte de la UE como Estado miembro, algo que contradice a los que afirman que los escoceses podrían negociar su adhesión "desde dentro" de la UE. "Escocia tendría que volver a solicitar su ingreso y cada miembro tendría que estar de acuerdo en que fuera admitida. Habría una espera significativa de entre cinco y seis años.