Emanuel Inserra, un economista rosarino que vive con su familia en
Ciudad de México desde hace 9 años, relató hoy como vivió el terremoto de 7.1 grados que ayer sacudió a la ciudad de México.
En diálogo con "Zysman 830" de La Ocho, dijo que al momento del sismo se encontraba en el trabajo. "Fue muy feo, aguantó bastante bien el edificio porque es nuevo, es hidráulico. Me pude comunicar rápido con mi familia que estaban en la calle y estaban bien", describió.
"Pero cuando llegué a mi casa, una hora después, el edificio estaba destruido, la estructura aguantó pero se cayó todo, las paredes, escaleras, revoques, espantoso", contó.
Aún conmovido, Inserra detalló lo que vio a su alrededor: "A una cuadra donde yo vivo había un edificio que se convirtió en escombros, con gente abajo, también colapsó una escuela cerquita, hay 30 edificios caídos y más de dos mil viviendas arruinadas. En la calle la gente sacando las cosas que podía, yendo a casa de familiares, hay tristeza en el aire".
"En zona de desastre si vive desesperanza. Nunca había vivido algo así, vas caminando por la calle, ves los edificios destruidos, es desgarrador, todo lleno de polvo, ladrillo, la gente con las caras grises", describió con la voz entrecortada.
Al recordar el momento exacto del terremoto, dijo que "se empieza a mover todo, para los costados, para arriba, parece que el edificio salta, oscila, hace vaivenes".
"Ahora un tercio de la ciudad está sin luz, internet funciona mal, los servicios públicos tuvieron que cerrar, la ciudad está parada, se suspendieron todas las actividades, las escuelas están cerradas hasta nuevo aviso", expresó sobre cómo sigue la situación un día después.
"Las alarmas sonaron pero no hubo tiempo, la alarma de nuestro edificio que está conectada al sistema sísmico nacional la escuchamos cuando el edificio ya estaba temblando. En general suenan 40 segundos antes para que la gente salga o se resguarde. Pero esta vez fue muy cerca el sismo", dijo.
"Después del terremoto del 85 cambió la regulación y se construye de otra manera, por eso los nuevos están bien, pero los edificios viejos no aguantan", agregó.
Por último contó que la ciudad estaba preparada y que justo ayer a las 11 de la mañana hubo un simulacro. "Salimos todos afuera. Pero a las dos horas comenzaron a sonar las alarmas otra vez, ya no era un simulacro".
"Mi edificio está evacuado, custodiado por militares para evitar que nadie se lleva nada, ahora hay que esperar a protección Civil que tienen que evaluar la estructura, si lo van a demoler o no. Pero ahora la prioridad es atender a los heridos y la búsqueda de sobrevivientes", cerró.