La Paz. — Un linchamiento de cuatro policías por indígenas ocurrido hace
15 días conmociona a la sociedad de Bolivia y derivó en críticas al presidente Evo Morales. Los
indígenas bolivianos se sienten autorizados por la nueva Constitución a aplicar su propia justicia
ancestral, la que incluye castigos corporales. En este caso, los indígenas alegaron que creyeron
estar linchando a ladrones y no a policías. Se excusaron por el error en la identificación de las
víctimas y no por el linchamiento en sí.
Al paso del sepelio, manifestantes lanzaron gritos de “¡Muera Evo
Morales!”, y tras el funeral los más exaltados arrojaron piedras a la casa del mandatario.
Los hechos ocurrieron en Oruro, a 210 kilómetros al sur de La Paz.
El ministro de Gobierno, Sacha Llorenti, dijo que se investigará el
ataque a la casa del mandatario, y desmintió que s haya actuado con negligencia. Pero ninguna
autoridad del gobierno acompañó las exequias, y sólo asistió el comandante de la policía Oscar
Nina, quien fue abucheado.