Los manifestantes del movimiento de los chalecos amarillos marcharon ayer frente a las sedes de las principales emisoras francesas, mientras pequeños grupos se reunían en París y en otras ciudades de Francia en medio de indicios de que su movimiento parece haber perdido fuerza. Cientos de manifestantes recorrieron una ruta por París que los llevó frente a las oficinas centrales de las cadenas de televisión BFM y de la televisora estatal France Televisions. Los manifestantes lanzaron piedras y otros objetos durante escaramuzas dispersas con policías antidisturbios, quienes dispararon gases lacrimógenos. Algunos miembros del amplio movimiento de los chalecos amarillos acusan a los principales medios de comunicación de favorecer al gobierno y a las grandes empresas del presidente Emmanuel Macron y de restarle importancia a las protestas, a pesar de que han sido la noticia más importante en Francia desde que iniciaron el 17 de noviembre por la indignación ante las subas de impuestos a los combustibles. Decenas de personas se congregaron en la elegante avenida de los Campos Elíseos, escenario de disturbios a principios de diciembre. Un grupo de menor tamaño de manifestantes se reunió cerca de la Torre Eiffel, donde policías arrestaron a varias personas.