Atenas. — Ahogada y azotada por la crisis económica, gran parte de la población griega ha visto caer en picada su nivel de vida en los últimos años y la miseria se ha apoderado de grandes zonas de las ciudades helenas. Y son precisamente los inmigrantes sin papeles los que más sufren el paro y los recortes sociales. Con 18 diputados en el Parlamento, el partido de extrema derecha Amanecer Dorado sigue acumulando fuerza en las calles gracias a los mensajes racistas, populistas y xenófobos que lanza a una sociedad cada vez más desesperada que culpa en parte a los refugiados por la falta de trabajo. Sus últimas iniciativas han consistido en repartir comida a los más necesitados en el centro de la plaza ateniense Sintagma, la misma que antes ocupaban sindicatos e indignados. Sin embargo, esa distribución se restringió sólo a aquellos que, documento en mano, demostraran que eran ciudadanos griegos. A la vez aregan a donar sangre sólo para los ciudadanos helenos. Todo esto sumado a una creciente ola de ataques contra extranjeros.