Madrid. — Según el último sondeo electoral del instituto oficial de estadísticas de España,
la brecha entre el partido socialista Psoe y el opositor PP se acortó a apenas un 1,5%, con vistas
al voto del próximo 9 de marzo. Esto significa que el socialismo del premier José Luis Rodríguez
Zapatero podría lograr una exigua ventaja, incluso de tan sólo un diputado. Pero lo peor para el
oficialismo es que la tendencia se acentúa con el paso de las semanas en favor del partido
conservador que lidera Mariano Rajoy.
Los datos del estatal Centro de Investigaciones Sociológicas
correspondientes a enero y hechos públicos ayer reflejan que el Psoe de Zapatero obtendría el 40,2%
de los votos (equivalentes a entre 158 y 163 escaños), frente al 38,7% del PP (153-157 bancas). El
Psoe ganó las elecciones del 14 de marzo de 2004 con una ventaja de 4,8% (42,59% a 37,71% del PP),
lo que le valió una diferencia de 16 escaños (164-148).
Datos anteriores. El “barómetro” anterior del CIS, de noviembre, daba una
diferencia de 2,3 puntos a favor del Psoe y reflejaba ya una tendencia del PP a ir subiendo.
A principios de este mes, dos sondeos publicados por diarios nacionales
otorgaban a Zapatero cerca de cuatro puntos de ventaja. Días después, otras encuestas rebajaban el
margen a menos de tres, coincidiendo con el anuncio de Rajoy de introducir un “contrato de
integración” para los inmigrantes para, en caso de que gane, obligarlos a aprender la lengua
y las costumbres españolas. Este planteo fue repudiado con vehemencia por Zapatero y el Psoe, pero
resultó aprobado por la amplia mayoría de los españoles, según varios sondeos.
Izquierda Unida (IU, comunista), que en los últimos años había ido
perdiendo apoyos, conseguiría el 9 de marzo 5 ó 6 diputados, un avance frente al voto de cuatro
años atrás, algo que puede interpretarse como un voto castigo a Zapatero, o la pérdida de una parte
del apoyo que el socialista consiguió en 2004 por el “voto útil” de la izquierda
ortodoxa para evitar que ganara el PP.
En todo caso la situación no es cómoda para el actual presidente del
gobierno español. Tras una legislatura marcada por críticas y ataques del PP por su malogrado
proceso de diálogo con ETA, ahora también se le ha abierto un flanco débil con la economía, que
muestra actualmente los peores datos de los últimos cuatro años.
Y con el 30,1% de los encuestados aún indecisos, el resultado está
claramente abierto. Desde hace tiempo los socialistas saben que la movilización del electorado que
les dio su apoyo hace cuatro años en una situación extraodinaria (se votó 4 días después de los
atentados terroristas de Atocha) puede ser clave el próximo 9.
Apuesta a la tensión. “Nos conviene que haya tensión” para movilizar a ese
electorado indeciso, le confesó el lunes Zapatero al periodista Iñaki Gabilondo, tras una
entrevista para una televisión privada y cuando pensaba que sus palabras ya no se escuchaban pero
todavía estaba siendo grabado. Esta cruda afirmación no cayó nada bien en el público y la prensa.
Por este cúmulo de datos, los dos debates en los que Zapatero y Rajoy se
enfrentarán en televisión los próximos 25 de febrero y 3 de marzo, los primeros entre los dos
candidatos principales a La Moncloa en 15 años, seguramente servirán para definir a ese 30% de
indecisos. l