Los líderes de la Unión Europea sellaron finalmente un acuerdo sobre el Brexit, y dijeron que el texto firmado con la primera ministra británica Theresa May es lo mejor que podría conseguir el Reino Unido. Fue una directa una advertencia al Parlamento británico para que no lo rechace. May debió enfrentar una rebelión en sus propias filas de los sectores más duros con la UE y es dudoso que pueda hacer aprobar en el Parlamento el acuerdo firmado ayer en Bruselas con los líderes de los 27 países que permanecen en la Unión Europea (UE). Gran Bretaña dejará la UE el 29 de marzo próximo. Un complejo calendario de salida y convivencia entre las partes fue parte del "divorcio" acordado ayer en la capital belga.
"Estoy triste, porque ver como el Reino Unido abandona la UE; no es un momento de júbilo sino un momento de profunda tristeza", señaló el presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker. El Brexit muestra "que nuestra UE tiene un elemento de fragilidad" y que "debería ser mejorada", dijo por su parte el presidente francés, Emmanuel Macron, que pidió una "reconstrucción" del bloque. "Este es un día histórico que está provocando sentimientos muy ambivalentes", señaló la canciller alemana, Angela Merkel, según la cual todavía queda "mucho trabajo por hacer". En el mismo sentido se pronunció el presidente del Consejo Europeo, Donald Tusk. "Tenemos por delante un difícil proceso de ratificación y difíciles negociaciones", advirtió.
El negociador de la UE para el Brexit, Michel Barnier, aseguró que la UE y Londres seguirán siendo "aliados, socios y amigos" y calificó el acuerdo como un "paso necesario" para crear confianza a la hora de negociar una relación futura ambiciosa.
El acuerdo —un volumen de casi 600 páginas— recoge las condiciones para la separación del Reino Unido, como los derechos que tendrán los ciudadanos de ambas partes, y el pago de unos 45.000 millones de euros por el Reino Unido por los compromisos ya asumidos con el bloque.
El acuerdo está acompañado de una declaración política para crear una estrecha cooperación económica y de seguridad entre las partes tras el Brexit. Esa cooperación podría incluir un acuerdo comercial así como una fuerte colaboración en defensa, seguridad, investigación y cambio climático, aunque los detalles se negociarán en los próximos años. En materia de defensa, Londres sigue siendo uno de los pilares de la Otán, aunque esta organización es transatlántica e incluye a Estados Unidos y Canadá, además de numerosos países europeos continentales.
Está previsto que el Reino Unido abandone la UE el 29 de marzo próximo, aunque habrá un período de transición hasta fines de 2020, en el que prácticamente no cambiará nada para los ciudadanos y la economía. Ese período de transición podría prolongarse hasta fines de 2022.
Pero para que el Brexit se haga realidad la primera ministra Theresa May debe lograr que los acuerdos firmados ayer sean aprobados por el Parlamento británico, algo que no parece fácil. La mandataria conservadora aseguró ayer que el acuerdo no se renegociará. "Este es el acuerdo que está sobre la mesa. Es el mejor acuerdo posible. Es el único acuerdo posible", advirtió ante la prensa en Bruselas, en un pronunciamiento que apuntaba al Parlamento en Londres. La premier no se pronunció sobre la posibilidad de que el acuerdo sea rechazado en la votación, que se celebrará antes de Navidad, pero que será "una de las más importantes en muchos años".
Juncker instó a los diputados británicos a favor porque "es el mejor acuerdo posible para el Reino Unido y para la Unión Europea", el "único acuerdo posible". Sin embargo, el primer ministro italiano, Giuseppe Conte, dijo que la UE tiene un "Plan B" en caso de que el Parlamento británico no lo ratifique. El italiano rompió así el frente europeo.
El acuerdo ha generado un fuerte rechazo tanto entre los diputados británicos más "euroescépticos" como por los que se oponen al Brexit. Así las cosas, es posible que no logre el apoyo necesario para su aprobación en la votación que de mediados de diciembre.
Los más euroescépticos se oponen al mecanismo previsto para evitar que vuelva a surgir una frontera entre la provincia británica de Irlanda del Norte —que saldrá de la UE— y la República de Irlanda, que seguirá en el bloque. Según el acuerdo, todo Reino Unido seguirá formando parte de la unión aduanera transcurrido el periodo de transición, que termina a fines de 2020. Además de la oposición laborista, se oponen al acuerdo muchos conservadores de línea dura y el partido norirlandés DUP, del que depende el gobierno en minoría de May.Según el ex presidente del Partido Conservador Iain Duncan Smith será "muy, muy difícil" apoyar el pacto porque "se concedió demasiado a la UE". El Sunday Times aseguró que varios miembros pro-UE del gobierno británico trabajan en secreto en un "plan B" para el caso de que el acuerdo no pase la votación.
En una "Carta a la nación" publicada ayer, Theresa May, pidió a sus conciudadanos que apoyen el acuerdo. "Comienza un nuevo capítulo en nuestra vida nacional", escribió. Con el Brexit, el Reino Unido recupera el control de su dinero, sus leyes y sus fronteras, añadió, y ahora es importante volver a concentrarse en temas como la economía o el sistema de salud.
La cumbre de ayer en Bruselas estuvo en vilo durante días, pues España amenazaba con el veto si no recibía garantías sobre el peñón de Gibraltar, bajo soberanía británica. Madrid exigía que cualquier acuerdo de la UE que afecte a Gibraltar debía contar con su visto bueno, garantía que logró casi a último momento, el sábado.
venga esa mano. Theresa May se saluda en Bruselas con el titular de la Comisión Europea, Jean-Claude Junker.