Al menos treinta rehenes y 11 terroristas murieron durante una operación de rescate lanzada por las fuerzas argelinas en una enorme planta gasífera para liberar a decenas de cautivos. Una facción islamista vinculada a Al Qaeda capturó la planta de In Amena el miércoles, en represalia por el apoyo militar de Francia al gobierno de Mali en su lucha contra los extremistas de este signo religioso. Afirmaron tener en sus manos a 41 rehenes occidentales. De la treintena de rehenes muertos, ocho serían argelinos, dos británicos, uno francés y uno japonés, según fuentes que cita la agencia Reuters. Nada se sabía del resto, en un clima de gran confusión informativa. Argelia presta su espacio aéreo a la aviación gala para sus operaciones de ataque en Mali. El gobierno de Argelia asegura que los comandos islamistas se infiltraron desde la vecina Libia, cuya frontera está muy cerca de la planta atacada.
Los detalles seguían siendo escasos, poco claros y a veces contradictorios según la fuente consultada, incluso para los gobiernos occidentales, muchos de los cuales se mostraron irritados por la poca información dada por Argelia antes de la incursión armada y por su sangriento resultado.
Grupo multinacional.Fuentes oficiales señalaron que entre los milicianos muertos había dos argelinos —uno de ellos, el líder de los secuestradores—, tres egipcios, dos tunecinos, dos libios, un malí y un francés, remarcando la visión de líderes africanos y occidentales de que afrontan una insurgencia multinacional vinculada a Al Qaeda en la región del Sahara y el Sahel.
La operación de rescate y liberación de la planta se lanzó mediante comandos transportados en helicópteros. La operación duró unas ocho horas, y se decidió después de que Argelia negó la demanda de los secuestradores de abandonar el país junto con sus rehenes. Entre los cuerpos hallados luego de los combates se encontró el de Taher Ben Cheneb, un prominente comandante yihadista en el Sahara.
La crisis comenzó el miércoles a la mañana, cuando un número indeterminado de hombres armados, que se hicieron llamar "Batallón de la sangre", irrumpieron en la planta. Dijeron que habían tomado como rehenes a 41 extranjeros y exigieron que Francia detuviera su intervención militar en Mali contra los insurgentes islamistas. Francia intervino en el país africano a pedido de sus autoridades la semana pasada, ante el avance de los islamistas hacia la capital. El presidente francés, François Hollande, declaró ayer que el drama de los rehenes demuestra que tuvo razón en enviar 1.000 soldados a Mali.
Un portavoz del gobierno de Argelia, que confirmó solamente que un número no especificado de rehenes había muerto, dijo que la operación fue en respuesta a una actitud "intransigente" de los islamistas. Al igual que durante la sangrienta guerra civil de la década de 1990, Argelia no negociará ante "chantajes de terroristas", agregó el funcionario. En los años 90 el islamismo radical lanzó una feroz campaña terrorista, respondida por el gobierno en igual manera. Al menos 200.000 argelinos murieron en el conflicto.El secuestro masivo de ayer despertó los fantasmas de aquel conflicto.
Un trabajador argelino que logró escapar comentó a Reuters que los secuestradores dijeron a los rehenes que no lastimarían a los musulmanes pero podrían matar a los occidentales "cristianos e infieles".
Sin arrepentimiento. Argelia, cuyos líderes mantienen desde hace años una fría relación con la ex potencia colonial Francia y otros países occidentales, seguramente recibirá pedidos de explicaciones sobre su táctica para poner fin a la crisis. Pero el ministro de Comunicación, Mohamed Said, no se mostró arrepentido. "Cuando el grupo terrorista insistió en dejar el lugar y llevarse a los rehenes a países vecinos, se le dio la orden a las unidades especiales de atacar la posición donde los terroristas se habían atrincherado", declaró. Aseguró que "cerca de la mitad" de los rehenes habían sido liberados y unos 600 trabajadores argelinos lograron escapar.
La agencia argelina APS y el canal qatarí Al Jazeera reportaron que 34 rehenes y 15 terroristas perdieron la vida cuando las fuerzas del gobierno dispararon desde helicópteros mientras los secuestradores intentaban movilizar a sus prisioneros en un vehículo.
Gran Bretaña y Noruega, cuyas firmas petroleras BP y Statoil operan conjuntamente la planta de In Amena con la estatal argelina, dijeron que habían sido informados por las autoridades argelinas de que una operación militar estaba en marcha. El primer ministro británico, David Cameron, advirtió que el público debía prepararse para "malas noticias"."Los argelinos saben que hubiéramos preferido haber sido consultados de antemano", sobre la operación declaró un portavoz del primer ministro.
Testimonios de rehenes.Antes del asalto, los secuestradores permitieron a algunos de los prisioneros hablar con los medios. Un rehén no identificado, dijo a la cadena France 24, que los prisioneros habían sido obligados a portar cinturones explosivos. Dos rehenes, un británico y un irlandés, conversaron con Al Jazeera y pidieron a las fuerzas argelinas que se retiraran del área para evitar víctimas. "Estamos recibiendo cuidado y tratamientos de nuestros secuestradores. Hay unos 150 rehenes argelinos. Les decimos a todos que las negociaciones son una señal de fortaleza y que pueden evitar la pérdida de vidas", declaró uno de ellos. El rehén irlandés salió vivo, pero no se sabía nada de los otros rehenes entrevistados. Los terroristas provendrían de Libia, según el ministro de Interior de Argelia, Dahou Ould Kablia.