La Organización del Tratado del Atlántico Norte (Otán) se unió ayer a la expulsión de diplomáticos rusos anunciada el lunes por Estados Unidos y numerosos países europeos en respuesta al envenenamiento del ex espía Serguei Skripal y su hija en Reino Unido, pese a que Moscú niega su implicación. La alianza atlántica expulsará a siete diplomáticos rusos y bloqueará la acreditación de otros tres, además de reducir de 30 a 20 el número máximo de representantes que podrá tener Rusia ante la organización, según anunció su secretario general, Jens Stoltenberg, en Bruselas. La alianza atlántica se une así a Estados Unidos, Canadá y 16 países de la Unión Europea, entre otros, que la víspera anunciaron una serie de expulsiones de diplomáticos y agentes de los servicios secretos rusos sin precedentes. A ellos se unieron ayer Irlanda y Bélgica, que anunciaron la expulsión de un diplomático respectivamente. En total, más de 140 diplomáticos rusos han sido expulsados en respuesta al envenenamiento del ex doble agente Skripal, de 66 años, y su hija Yulia de 33, hallados inconscientes el pasado 4 de marzo en un banco de un parque de Salisbury, en Reino Unido, que se encuentran en condición crítica, aunque estables, en el hospital. Skripal, un oficial de inteligencia militar ruso encarcelado por Moscú por pasar información sobre agentes rusos a varios países europeos, llegó a Reino Unido en 2010 gracias a un canje de espías.
Agente neurotóxico soviético
Los responsables del envenenamiento utilizaron un agente nervioso llamado Novichok desarrollado en la antigua Unión Soviética. Reino Unido acusa directamente a Rusia de estar detrás del ataque, pese a que Moscú niega cualquier implicación y acusa a Londres de propaganda antirrusa. El paso de la Otán muestra que hay "costos y consecuencias" al comportamiento de Moscú, dijo Stoltenberg. Señaló que al menos una parte de los diplomáticos expulsados son sospechosos de trabajar para los servicios secretos rusos, pero dejó claro que pese a las sanciones, la Otán debe seguir dialogando con Rusia. El presidente estadounidense Donald Trump y la canciller alemana Angela Merkel elogiaron el anuncio de la Otán durante una comunicación telefónica, señaló la Casa Blanca en un comunicado en Washington. Asimismo ambos alabaron las expulsiones anunciadas el lunes por países miembro de la UE y otras naciones occidentales en solidaridad con Reino Unido. En igual sentido se expresó el presidente francés Emmanuel Macron, en una charla telefónica con Trump.
La alianza atlántica ya limitó considerablemente el trabajo de la representación rusa a raíz del conflicto en Ucrania. En realidad, sólo cuatro personas de ese país tienen acceso sin restricciones a la central en Bruselas. Los países de la Otán ya condenaron a mediados de mes el ataque contra Skripal y manifestaron su solidaridad con Reino Unido, que fue el primero en expulsar a 23 diplomáticos rusos. Rusia respondió expulsando a un número similar de representantes británicos y el lunes aseguró que responderá también a las medidas anunciada por el resto de países.
Moscú volvió a mostrarse ayer irritado por las sanciones de los países occidentales. "Responderemos. Nadie acepta sin más una infamia de este tipo y nosotros tampoco lo haremos", dijo el ministro de Exteriores, Serguei Lavrov, desde Taskent. Sin embargo, igual que el lunes, no precisó qué pasos va a dar ese país y en qué momento se anunciarán. "Rusia está preparando medidas de respuesta", dijo la portavoz de su Ministerio, Maria Sajarova. Será una reacción proporcionada, añadió.
Lavrov aseguró ayer que la decisión de los países europeos de expulsar a los diplomáticos rusos se debió a la presión de Estados Unidos. "Todo eso es el resultado del chantaje colosal que Washington desgraciadamente usa como instrumento a nivel internacional". En su opinión, las expulsiones solo reflejan la voluntad de las élites dominantes y no de los ciudadanos comunes. Solo Estados Unidos y Reino Unido se benefician de las medidas adoptadas contra Rusia, añadió Sajarova. "Naturalmente, los beneficiarios son Londres y Washington ya que continúan con su rumbo rusófobo".
Sin embargo, también se escucharon críticas a la expulsión de diplomáticos. El ministro de Exteriores luxemburgués, Jean Asselborn, alertó del peligro de llevar "una escalada a un punto en el que no hay vuelta atrás", y sin esperar a los resultados de la Organización para la Prohibición de Armas Químicas, dijo sobre el caso Skripal en declaraciones al diario alemán Süddeutschen Zeitung. El ministro de Economía alemán, Peter Altmeier, volvió a defender ayer la reacción de la UE como una muestra de solidaridad europea, pero dentro de Alemania se escucharon también algunas críticas. Berlín no tiene "nada que ganar y mucho que perder si se deja implicar (...) en una nueva Guerra Fría", dijo el presidente de la ultraderechista Alternativa para Alemania (AfD) Alexander Gauland.
"Ya nadie se deja engañar"
Al anunciar sus respectivas expulsiones, los responsables occidentales dejaron claro que comparten las afirmaciones británicas de que solo el Kremlin puede estar detrás del envenenamiento de Skripal. "El hilo conductor es la voluntad de Putin de desafiar las reglas esenciales de las que depende la seguridad de cada país", escribió ayer el canciller británico Boris Johnson. Y fustigando las numerosas tesis que ha avanzado Moscú para explicar el envenenamiento, el jefe de la diplomacia británica respondió: "Hubo un tiempo en que esta táctica de sembrar la duda podía mostrarse eficaz, pero ya nadie se deja engañar".
El analista Fiodor Lukianov escribió ayer en el diario ruso Vedomosti que estas expulsiones, "particularmente destructivas para las relaciones ruso-estadounidenses", sumen las relaciones entre Moscú y Occidente en un nuevo "período de Guerra Fría". "No es el fin de la escalada, está claro que esta se va a agravar, prevemos medidas aún más severas, sanciones económicas contra Rusia", advertía mientras el diario Izvestia denunciaba una acción "rusófoba".
China pide evitar la confrontación
El gobierno de China pidió ayer "tranquilidad" y "abandonar la mentalidad de la Guerra Fría" en respuesta a la oleada de expulsiones de diplomáticos rusos. "Los países implicados deberían obedecer la ley internacional y las normas básicas de las relaciones diplomáticas, con el fin de evitar una mayor escalada de las confrontaciones", señaló ayer la portavoz de la Cancillería china Hua Chunying en rueda de prensa. Hua indicó que China "se opone firmemente a cualquier uso de armas químicas, pero todavía pensamos que el caso debe ser adecuadamente tratado por Reino Unido y Rusia, aclarando todos los hechos".