La Paz. — La oposición impuso ayer su mayoría en el Senado de Bolivia para
aprobar el llamado, en 90 días, a un referendo para revocar o ratificar el mandato del presidente
Evo Morales, quien ayer convocó para el lunes a los prefectos (gobernadores) opositores, en busca
de destrabar la crisis institucional del país. La convocatoria tuvo ya un primer rechazo, porque el
prefecto del departamento (provincia) Beni, Ernesto Suárez, anunció que no irá y hasta dio por
hecho que tampoco lo harán sus pares de Santa Cruz, Pando y Tarija, los demás departamentos que
conforman la rebelde "Media Luna".
El artículo 9 de la ley sancionada ayer establece que si el presidente y el vice
"fueran revocados en su mandato popular, el primero deberá convocar de inmediato a elecciones
generales por un nuevo período constitucional, que se realizarán en un plazo de 90 a 180 días desde
la emisión del cómputo oficial".
El referendo nacional vinculante sobre la revocatoria de los mandatos del
presidente y el vice de Bolivia también incluirá a los prefectos de los nueve departamentos.
La propuesta de revocatoria de mandato había sido enviada en enero por el propio
Morales, como una alternativa de solución a la crisis política, pero su aprobación ahora, con la
crisis en plena profundización por la consulta en Santa Cruz, fue cuestionada por el
oficialismo.
El proyecto de ley, de 11 artículos, fue aprobado el 15 de enero en la Cámara de
Diputados. Ayer se aprobó en 20 minutos en el Senado y resta su promulgación por Morales, que puede
vetarlo. "La ley de revocatoria de mandato fue hecha en enero pero en otra coyuntura política; hoy
se requiere un diálogo nacional para superar este conflicto", evaluó el vicepresidente Alvaro
García Linera, quien se mostró sorprendido por la decisión de los senadores de oposición.
La decisión del Senado ocurrió casi simultáneamente con el llamado de Morales a
dialogar a los prefectos, el lunes, en el Palacio Quemado, en busca de un acuerdo sobre el modelo
autonómico, tema central de la actual crisis.
A su regreso de Nicaragua y en Santa Cruz, cabecera de la rebelión en su contra,
Morales los convocó a hablar "de todos los temas que sean necesarios, especialmente el referido a
las autonomías, que desde luego están garantizadas, pero dentro del marco legal".
No al diálogo. A las pocas horas, el prefecto Suárez rechazó el llamado y volvió
a proponer negociaciones sólo después de que su departamento, Tarija y Pando hagan sus propias
consultas, como la hizo el domingo Santa Cruz. "Si la intención del diálogo es frenar el referendo
del 1º de junio, no vamos a ir a dialogar; por lo menos quien habla no va a ir, tampoco lo va a
hacer Pando, tampoco lo harán Tarija y Santa Cruz", señaló Suárez. Pese a la firmeza con que los
opositores van a los referendos que faltan, la Corte Nacional Electoral (CNE) ratificó ayer la
revocatoria de esas consultas, previstas para el 1º de junio en Pando y para el 22 en la región de
Tarija.