Cartagena.- Después de dos días de sesiones a puertas cerradas, los presidentes de las Américas no llegaron a un acuerdo mínimo que permitiera firmar una declaración final. Cuba, la lucha contra las drogas y las Malvinas fueron el motivo de la discordia. "No hay declaración, porque no hay consenso", afirmó el presidente anfitrión, Juan Manuel Santos en el cierre del encuentro, para agregar: "El hecho de que no haya declaración no es un fracaso. Esta fue la cumbre del diálogo y la sinceridad". Pero lo cierto es que no hay antecedentes de una cumbre interamericana que no haya terminado con una declaración final. El dato pone en duda el futuro de las Cumbres de las Américas.
La presencia de Cuba en estas cumbres, la lucha contra las drogas y la cuestión de la soberanía de las islas Malvinas fueron los motivos del disenso irremontable entre los dos bloques que se observaron en Cartagena: de un lado los países del Alba (Venezuela, Ecuador, Bolivia, Nicaragua y tres naciones caribeñas pequeñas) más la Argentina, presionando públicamente y hasta con un ultimátum por escrito de los primeros sobre la invitación de Cuba, sin exigirle a cambio un proceso de reformas políticas.
El texto de 2009. Del otro, Estados Unidos, Canadá y varios países centroamericanos, como Costa Rica y Panamá, con la postura contraria, fudamentada en un documento firmado por los 34 países de la OEA en 2009, en el que se levanta el veto a Cuba vigente desde 1962, pero a la vez se le dice a La Habana que debe pedir formalmente su ingreso a la organización interamericana. La OEA es la organizadora de las Cumbres de las Américas, que se hacen desde 1994. Cuba rechazó repetidamente realizar reformas prodemocráticas, incluso en las semanas previas a la cumbre y se dijo siempre desinteresada en la OEA. En el medio de la disputa quedaron gran número de países, como Chile, Brasil, Perú, Uruguay y México, entre muchos otros, más allá de que tuvieran posiciones tomadas en el tema.
La conferencia de prensa de Santos cerró formalmente la VI Cumbre de las Américas. Horas antes se conoció la molestia de algunos mandatarios, particularmente de Argentina, Bolivia y Venezuela, porque no se llegó a un consenso en el tema de Cuba, la lucha antidrogas y Malvinas (ver sección Política, pag. 9).
"Teníamos dos opciones. Una era enfocarnos en una redacción gaseosa, la segunda era hablar francamente, poner los temas sobre la mesa, los que nos unen y los que nos dividen, decidimos esta segunda opción y por eso diría que esta sexta cumbre ha sido la del diálogo y de la sinceridad", comentó Santos. Según el mandatario, "el diálogo implica hablar de los temas donde no hay posiciones similares. En esta oportunidad, y eso es algo importante, demostramos que no hay temas vedados. El presidente de Uruguay (José Mujica) dijo que el hecho de que estemos aquí es un gran avance y la presidenta de Costa Rica (Laura Chinchilla) me dijo que nunca había asistido a una cumbre tan interesante y productiva", abundó Santos. El presidente de Colombia insistió en que el balance es positivo. "Todos sabíamos que no iba a haber acuerdos", admitió. Asimismo, sostuvo que "de esta cumbre sale un Estados Unidos con más conciencia de la necesidad de una mayor integración con América latina".
Santos trató de mitigar de esta manera las declaraciones previas, como las del canciller de Venezuela, Nicolás Maduro, quien dijo Estados Unidos le puso una lápida a este tipo de encuentros si no acepta a Cuba. El presidente colombiano afirmó que "nosotros queremos que Cuba sea parte de este tipo de cumbres. Eso no se había visto antes. Eso debe iniciar una serie acercamientos, de puentes, que nos permitan dentro de tres años tener a Cuba en la próxima cumbre".
Pero para muchos observadores independientes, es claro que Venezuela y el grupo de países que lidera, el Alba, llegaron a Cartagena con la clara estrategia de debilitar o "romper" las Cumbres de las Américas, pergeñadas en los años 90 por Estados Unidos para expandir el libre comercio. La presión coordinada entre Venezuela, Ecuador -cuyo presidente no concurrió en protesta por la ausencia de Cuba- y Bolivia, a las que se sumó Argentina a través de fuertes declaraciones del canciller Héctor Timerman, pareció claramente dirigida a arrinconar a Estados Unidos, con la sola opción de aceptar a Cuba sin condiciones. Por lo demás, Cuba ha rechazado repetidamente concurrir a las Cumbres de las Américas.
Lucha a las drogas. Sobre el tema de las drogas -que debía ser en principio el asunto principal a debate en Cartagena- el presidente Santos presentó un resultado concreto al anunciar que se le entregó un mandato a la Organización de Estados Americanos (OEA) para que revise la efectividad de la lucha contra las drogas. El presidente de Bolivia, Evo Morales, rechazó la idea de legalizar las drogas y sostuvo que el modelo de combate al narcotráfico planteado por Estados Unidos fracasó. Bolivia es una gran productora de cocaína, rol que aumentó marcadamente desde que Morales llegó al poder en 2006. "No somos defensores de la cocaína ni compartimos la legalización de las drogas aunque la llamada guerra a las drogas ha fracasado", declaró Morales.
La idea de legalizar las drogas, o al menos despenalizar su consumo, rechazada de plano por Estados Unidos. Morales, como también han hecho anteriormente países como México y Colombia, planteó la necesidad imperiosa de reducir la demanda de los mercados consumidores de droga, particularmente de EEUU. Pero el propio Morales llegó a Cartagena emplazando públicamente a EEUU con el planteo de la invitación incondicional a Cuba, lo que relegó a un inevitable segundo plano la lucha a las drogas. Se perdió así en Cartagena una gran oportunidad para avanzar en este candente tema.
EEUU y Colombia, con TLC desde mayo
El Tratado de Libre Comercio entre EEUU y Colombia se implementará antes de lo pensado, en mayo próximo, se anunció en Cartagena. El presidente Barack Obama alabó el tratado, al decir que incluye grandes seguridades para los trabajadores y el medio ambiente. Obama y el presidente colombiano Juan Manuel Santos, hablaron en una conferencia de prensa conjunta sobre el pacto comercial, que se implementará por completo en mayo, una importante victoria ansiada por la comunidad empresarial estadounidense. Colombia ya tiene un acceso casi totalmente libre a EEUU gracias al régimen de preferencias arancelarias de Washington. Colombia debió mejorar la protección de sus trabajadores sindicalizados y de líderes gremiales para lograr la aprobación del TLC.