Salvatore Totó Riina, el padrino más sanguinario y temido de la mafia siciliana, falleció ayer en prisión a los 87 años, producto de un cáncer. Sin embargo, la Cosa Nostra sigue en pie, aunque en modo mucho más discreto que en bajo el reinado de terror y muerte que impuso Riina.Murió el mismo día en que cumplió años, en la sección de presos de un hospital de Parma, en el norte de Italia. Para dar una idea de su brutalidad, sólo en 1982 mandó asesinar más de 200 personas. No se sabe cuántas víctimas produjo durante su prolongada carrera criminal,iniciada en 1949 en su pueblo natal de Corleone, cuna de numerosos mafiosos de fama mundial.
Apodado "La Belva" (La bestia), Riina hizo reinar el terror durante casi 20 años en Sicilia y dentro de Cosa Nostra, como se conoce a la mafia, una organización que controlaba desde los años 1970. Pero, capturado y encarcelado desde enero de 1993 después de más de veinte años prófugo, Riina no logró detener el debilitamiento gradual de Cosa Nostra con la llegada de la Camorra, la mafia napolitana y sobre todo la N'drangheta, la mafia calabresa y sus conexiones con Colombia.
Riina, que cumplía 26 cadenas perpetuas y llevaba varios días en coma, ordenó la ejecución de jueces, diputados, gobernadores y cientos de policías y de enemigos dentro de la propia mafia. Su mujer y tres de sus cuatro hijos recibieron una autorización excepcional del ministerio de Sanidad para despedirse de él.
Giovanni, el primogénito de Riina, cumple una pena de cadena perpetua por cuatro asesinatos. Otro hijo cumple una pena de prisión domiciliaria. "Para mí tú no eres Toto Riina, tú eres solamente mi padre. Y te deseo feliz cumpleaños, papá, en este día triste pero importante. Te quiero", escribió otro de sus hijos, Salvatore, en Facebook. En julio Riina, aquejado de cáncer, había pedido ser liberado por la agravación de su enfermedad, pero el tribunal rechazó la demanda argumentando que podía recibir buenos cuidados en la cárcel. Los médicos dijeron entonces que estaba "lúcido". "No me arrepiento de nada, nunca me doblegarán, incluso si me condenan a 3.000 años", dijo Riina en una grabación reciente.
Su funeral se celebrará en la mayor discreción, ya que la conferencia episcopal italiana se niega a celebrar una ceremonia pública. "A lo sumo una oración privada en el cementerio", adelantó la diócesis de Monreale, de la que depende Corleone, su ciudad natal. Lo mismo ocurrió en julio de 2016 después de la muerte de otro padrino de la mafia siciliana, Bernardo Provenzano, también nacido en Corleone. Con la muerte de Totó Riina, el "capo de los capos" (capo de tutti capi"), se cierra una era para la temida Cosa Nostra, y aunque la organización criminal siciliana ya no es la misma y ha cedido protagonismo, la mafia sigue vive en Italia y el mundo.
"Sí, se cierra una era, la de las matanzas, pero las organizaciones mafiosas siguen operando en todo el territorio por lo que hay que seguir luchando con atención y eficacia", reconoció Federico Cafiero de Raho, nuevo procurador antimafia de Italia.
La muerte ayer de Riina, uno de los mayores criminales de Italia que desafió en los años 90 al Estado con métodos terroristas, ordenó la muerte de los jueces antimafia, Giovanni Falcone y Paolo Borsellino, y sembró el terror con atentados explosivos en Roma, Florencia y Milán, deja muchos interrogantes.
"Se llevó muchos secretos. Se fue en silencio", comentó a la prensa Giuseppe Costanza, el chofer del asesinado juez Falcone y la única persona que sobrevivió al atentado. Toda la escola de Falcone murió en la matanza de Capaci, cuando el auto blindado del juez y los de sus custodios fueron volados por los aires con dinamital. Un enorme cráter quedón en el lugar de la autopista de cuatro carriles. El chofer, junto con la hermana de Falcone, Maria, no quiere olvidar ni perdonar.
Veinticinco años después de esos terribles episodios, que marcaron la historia reciente de Italia y de la Cosa Nostra, generando inclusive su declive, el país entero se pregunta sobre las complicidades y ramificaciones que aún hoy en día gozan las organizaciones criminales.
"Esas sangrientas matanzas dejaron cientos, quizás miles de muertos, primero con Kalashnikovs, luego con bombas, por lo que la mafia dejó de ser lo que era", explicó el estudioso Attilio Bolzoni. "Mi padre Pablo Escobar se inspiró en Riina, en sus métodos violentos y el deseo de suplantar al Estado", reconoció Juan Pablo Escobar, el hijo del traficante colombiano al presentar este año uno de sus libros en Roma.