Mariano Rajoy admitía hace unos meses que la corrupción en su partido lo perjudicó más que la crisis económica. Después de cuatro años salpicados de escándalos, el goteo continuó tras los comicios de diciembre y, en plena negociación de un nuevo Ejecutivo, acabó de facto con sus opciones. “Si el PP y la cúpula de Rajoy no han hecho limpieza de su partido, difícilmente lo harán en España”, dijo Albert Rivera, líder de Ciudadanos. El partido liberal era el único que mantenía la puerta abierta a un posible pacto de gobernabilidad con Rajoy, que sigue defendiendo su oferta de una gran coalición entre su Partido Popular (PP), el socialismo (PSOE) y Ciudadanos pese a que la iniciativa de formar gobierno la tiene ahora Pedro Sánchez.




























