La aprobación del presidente de Venezuela, Nicolás Maduro, cayó a un mínimo de un 22 por ciento, en momentos en que su gobierno enfrenta una recesión, una alta inflación y precios del petróleo en mínimos de cinco años, mostraron ayer cifras de una encuestadora local. La escasez de productos básicos y los altos precios, son la principal preocupación de los encuestados, según el más reciente sondeo de Datánalisis.
El director de la firma, José Antonio Gil, dijo al canal Globovisión que las elecciones parlamentarias de este año no serán fáciles para el gobernante Partido Socialista Unido (PSUV), por el difícil contexto económico y la alta correlación que suele haber entre la popularidad del mandatario y la de su grupo político. "A estas alturas del juego, la popularidad del presidente Maduro no tiene importancia para tomar las medidas que debe tomar. Tiene que devaluar, aumentar el precio de la nafta, tiene que bajar el discurso en contra de la empresa privada", dijo Gil, quien no informó de la fecha del sondeo ni detalles metodológicos.
Según un sondeo anterior de Datanálisis, la aprobación de Maduro había caído en noviembre 5,7 puntos porcentuales a un 24,5 por ciento. El presidente venezolano, quien sostiene reiteradamente que enfrenta una "guerra económica", anunció recientemente que perfeccionará el engorroso control de cambios e impulsará la producción para volver a la senda de crecimiento en 2015, pero no mencionó medidas concretas.
Gil dijo que un 40 por ciento de los encuestados afirmó ser simpatizante de la oposición, pero sólo un 19 por ciento se identificó con alguno de los partidos que integran la Mesa de Unidad Democrática (MUD), cuyas tensiones internas se hicieron más evidentes en los últimos meses. "El reto de la oposición es crear un partido fuerte, eso de 27 partidos la gente no lo quiere", sostuvo Gil. La identificación con el PSUV llegó a un 16 por ciento. Para León, la crisis económica venezolana es una mezcla de dos factores. Por un lado se encuentra el modelo de control al que califica de "inadecuado" y culpa por el incremento de la inflación y por otro destaca el desabastecimiento, no solo de productos básicos, sino de insumos para la producción, mano de obra calificada e incluso de ideas para solventar los problemas. "En 2014, lejos de dar una estrategia de ajuste, vimos un gobierno pasivo que no tomó decisiones adecuadas", recordó el experto, antes de agregar que en 2015 los ajustes son inevitables. "No puedes no hacer ajustes, no devaluar, no aumentar el precio de los combustibles, no tener una reducción voluntaria del gasto ineficiente del Estado, no entender que no vas a poder seguir haciendo 890 elecciones cada año", dijo.
Maduro ganó por escaso margen la presidencia de Venezuela en abril de 2013 tras la muerte de Hugo Chávez por cáncer y, desde entonces, su aprobación bajó casi 29 puntos porcentuales.
¿Recortes sociales? El problema para el gobierno bolivariano es dónde hacer los recortes. Hasta la fecha los programas sociales parecen estar protegidos. En diversas alocuciones Maduro ha sostenido que la inversión en misiones no se verá afectada por la caída de los precios del crudo, y que el dinero para esos gastos existe. León evitó especular sobre el manejo de recursos que el gobierno tendrá en 2015, pero fue contundente en un punto: "En algún lado tiene que haber recortes". Para el analista, en 2015 solo parece estar garantizada una cosa, el pago de los compromisos internacionales tal y como se ha llevado a cabo hasta la fecha. "Lo que en Venezuela hemos hecho es mantener el pago de la deuda externa, porque para el país un default es un drama. Nos dejaría completamente sin capacidad de financiamiento futuro, vendrían demandas, podrían parar los barcos petroleros cuando estén despachando por el resto del mundo. Con el objeto teórico de garantizar que el pueblo coma, estarías dejando al pueblo sin comida, porque no habría ingresos para traer mercancía del resto del mundo", señaló.
El príncipe Andrés, salpicado en un caso de prostitución de menores
Una estadounidense aseguró, en una denuncia presentada en los tribunales de Florida, que fue forzada a mantener relaciones sexuales con el príncipe Andrés cuando ella era menor de edad. La denunciante, cuyo nombre no fue revelado, alega que llegó a formar parte de la red de "esclavas sexuales" del financiero Jeffrey Epstein, quien fue condenado a 18 meses de prisión por prostitución de menores. Según el relato de la denunciante, Epstein abusó sexualmente de ella entre 1999 y 2002, cuando aún tenía 17 años. En el mismo período, su "ilustre" proxeneta la obligó supuestamente a mantener relaciones sexuales con varios de sus amigos "ricos y famosos". Entre ellos, el mismísimo príncipe Andrés, que mantuvo durante años una peligrosa amistad con Epstein.
De acuerdo con la denuncia, revelada por The Guardian, la mujer fue forzada a mantener relaciones con el Duque de York "repetidas ocasiones", en Londres, en Nueva York y en la isla privada de Epstein en el Caribe. Se trata de la última acusación del grueso expediente del financiero, que llegó a acuerdos extrajudiciales con al menos 17 denunciantes. Hasta la fecha, la duda era hasta qué punto estaba el Duque de York al tanto de las correrías de su amigo estadounidense, que en sus buenos tiempos llegó a codearse con los Clinton y con la elite política y financiera. La nueva denuncia es la primera que implica directamente al tercer hijo de la reina Isabel II de Inglaterra en la red de prostitución de menores de Epstein, que llegó a reconocer en 2008 su culpabilidad en dos de los 20 casos en los que se le implicó.
Fiestas y escándalos. En un artículo aparecido en 2011 en el Vanity Fair, el propio Andrés negó haber mantenido "contacto sexual" con las mujeres asociadas con la red de prostitución de Epstein.
Decenas de fotos acreditan sin embargo su presencia en las fiestas del financiero, en compañía entre otras de Virginia Roberts, la "masajista erótica" predilecta del magnate norteamericano de 61 años, también conocido por sus donaciones multimillonarias a instituciones médicas y científicas.
La nueva denunciante asegura haber caído en la red de prostitución de Epstein a través de Ghislaine Maxwell, la hija del magnate de la comunicación Robert Maxwell, a quien supuestamente usaba para captar a jóvenes menores. La denunciante asegura que acabó ejerciendo como "esclava sexual" de Esptein, que abusó de ella en su avión privado y en sus residencias en Florida, Nueva York, Nuevo México y las Islas Vírgenes. Según su propio testimonio, Epstein solía "prestar" a sus chicas a "gente de gran poder financiero y políticamente bien conectada", con la intención de conseguir un trato preferencial en los negocios y como posible arma de presión y chantaje. El Palacio de Buckingham afirmó que las acusaciones son "categóricamente falsas".