Bengazi. — Las fuerzas de Muammar Kaddafi han pasado decididamente a la ofensiva en Libia. A los ataques contra la ciudad de Zawiya el sábado, al oeste de la capital, ayer se sumaron otros igualmente potentes contra Misurata, hacia el este. Los informes de cada bando eran confusos y contradictorios, pero era claro que había decenas de muertos entre los rebeldes, que enfrentan a las tropas de Kaddafi a bordo de camionetas. Ayer recibieron fuego de artillería, aviones y helicópteros artillados.
Misurata es una ciudad de 300 mil habitantes. Como todas las ciudades rebeldes en el oeste del país, está totalmente aislada, dado que las carreteras están en manos de las fuerzas de Kaddafi. Las fuerzas del dictador libio utilizaron tanques y artillería, en su esfuerzo más coordinado por retomar Misurata, ubicada unos 200 kilómetros al este de la capital, Trípoli. Los atacantes fueron detenidos por los insurgentes, pero al precio de grandes bajas.
Testimonios. “Hoy Misurata fue testigo del combate más duro desde el comienzo de la revolución. Hubo ataques horribles”, señaló un residente a Reuters. “Ellos aparecieron desde tres lados y consiguieron entrar a la ciudad desde el oeste y el sur, pero cuando alcanzaron el centro de Misurata los rebeldes los repelieron”, narró. Otro residente indicó que las fuerzas de Kaddafi se retiraron hacia una base aérea militar, a unos 7 kilómetros de la localidad. Misurata, con una población cercana a las 300.000 personas es la ciudad más grande controlada por los opositores a Kaddafi fuera de la la zona oriental del país. “Los revolucionarios capturaron a 20 soldados y se apoderaron de un tanque. Ahora la ciudad está bajo el control total de los jóvenes”, señaló el residente. Un médico de Misurata estimó que al menos 18 personas, incluida una bebé, fallecieron durante el ataque. “El ataque fue feroz, jamás he visto algo así en toda mi vida”, explicó. “Tenemos 18 mártires, pero la cifra no es definitiva. Además tenemos muchos heridos, ni siquiera puedo contarlos”, agregó por teléfono.
El relato de los testigos desde Misurata es casi idéntico al que se hizo el sábado desde Zawiya, al oeste de Trípoli, donde los rebeldes pudieron repeler a los hombres de Kaddafi sólo después de combatir todo el día y al precio de decenas o cientos de fallecidos. Ayer Zawiya volvió a ser atacada sin éxito. Estas ciudades permanecen totalmente aisladas y no pueden recibir medicinas ni alimentos, ni evacuar a sus heridos.
Helicópteros. Más al este, columnas de camionetas cargadas de rebeldes fueron interceptadas por helicópteros artillados y artillería a la altura de Bin Jawad, localidad situada al este de Sirte. Esta última es la ciudad natal de Kaddafi y la última gran base militar que este posee hacia el este. Desde allí se cree que parten muchos de los aviones y helicópteros del gobierno. Los rebeldes atacados en Bin Jawad intentaban avanzar hacia Sirte, luego de que el viernes capturaran el puerto petrolero de Ras Lanuf.
En esta guerra de posiciones, parece claro que la ventaja está del lado de Kaddafi, quien además de poseer armas pesadas y el control del aire cuenta con el auxilio de mercenarios africanos, que llegan a Trípoli y Sirte en aviones, según denuncian los rebeldes. Kaddafi cuenta con ingentes recursos financieros pese a su aislamiento, y de hecho los ingresos petroleros siguen llegando a su arcas, si bien disminuidos.
Mientras la guerra sigue su curso, en el plano internacional el inmovilismo es cada vez más evidente. El nuevo jefe de gabinete del presidente de EEUU Barack Obama, Bill Daley, sumó sus reservas sobre la creación de una zona de exclusión aérea en Libia, siguiendo las declaraciones del secretario de Defensa, Robert Gates. “Hay gente que habla de una zona de exclusión aérea como si fuera un videogame o algo así”, ironizó Daley. “Quien habla de esa forma no tiene ni idea de lo que dice”. Gates había frenado también recientemente las expectativas en base a la complejidad de una operación de este tipo. Daley reiteró la posición del gobierno de Obama sobre que, para actuar “debe haber un proceso internacional. Un país solo no puede hacerlo”.
Misión europea. La Unión Europea (UE) envió una misión de observadores a Trípoli, con el objetivo de evaluar posibles medidas de apoyo a la población libia, informó la representante de política exterior del bloque, Catherine Ashton. La misión debe proporcionar “de primera mano, en tiempo real, para alimentar los debates previos al Consejo Europeo extraordinario del viernes, en el que informaré a los jefes de Estado y de gobierno sobre la situación”, explicó Ashton.