Para evitar mayores daños de imagen a su hijo, el rey Felipe VI, el rey "emérito" Juan Carlos informó que se irá a vivir fuera de España. Perseguido por un nuevo escándalo de fondos opacos con los que favoreció a su amante, Juan Carlos informó ayer oficialmente que traslada su residencia fuera del país. De inmediato llovieron comentarios críticos, en especial de los enemigos de la monarquía española, como el cogobernante Pablo Iglesias, líder de Podemos. También llegaron comentarios de respaldo de los partidos de centro derecha, como el PP y Ciudadanos.
El rey emérito comunicó a su hijo, Felipe VI, su "meditada decisión" de trasladarse al extranjero ante la "repercusión pública" de las noticias sobre sus cuentas en paraísos fiscales y "para contribuir" a que el jefe del Estado pueda desarrollar su función "desde la tranquilidad y el sosiego" que el cargo requiere, según la carta difundida por la Casa del Rey.
El comunicado se ha hecho público unas horas después de que Juan Carlos abandonara el Palacio de La Zarzuela, donde ha residido en los últimos 58 años y cuando muy probablemente se encontraba ya fuera de España, según fuentes próximas a la Casa del Rey. El comunicado no especifica en qué país vivirá a partir de ahora el padre del rey, de 82 años de edad, y presenta su salida de España como una decisión voluntaria, aunque consensuada con su hijo, que le ha mostrado su "sentido respeto y agradecimiento" por el paso que tomó. Se trata, es evidente, de una decisión impuesta por Felipe a su padre, para evitar daños mayores a la ya vapuleada monarquía española.
Para dejar claro que la marcha de don Juan Carlos no supone un intento de eludir la acción de la Justicia (la Fiscalía del Tribunal Supremo español y también la de Suiza están investigando sus cuentas en el extranjero), su abogado, Javier Sánchez-Junco, ha hecho pública una segunda nota en la que asegura que "permanece a disposición en todo momento del Ministerio Fiscal para cualquier trámite o actuación que se considere oportuna".
Finalmente, Juan Carlos I no perderá el título honorífico de rey, que le fue concedido por decreto de junio de 2014, pocos días antes de su abdicación. El padre del rey se había negado a renunciar voluntariamente a este título, que no conlleva ningún privilegio asociado, y su hijo no ha querido despojarlo de él contra su voluntad.
En la misiva dirigida a su hijo, Juan Carlos asegura que "con el mismo afán de servicio a España que inspiró" su reinado ha tomado esta decisión para "contribuir a facilitar el ejercicio" de las funciones de jefe del Estado por parte de su hijo. "Mi legado, y mi propia dignidad como persona, así me lo exigen".
La decisión se esperaba desde que, el 4 de julio, el diario El País desveló que la ex "amiga" del rey emérito, Corinna Larsen, había declarado ante un fiscal suizo que Juan Carlos le "donó" 65 millones de dólares que supuestamente le había regalado a su vez el rey de Arabia Saudita, Abdullah Bin Abdulaziz,
El partido de izquierda Unidas Podemos, que forma Gobierno de coalición con el socialista PSOE, declaró que la decisión de Juan Carlos es "inaceptable para la mayoría" del "pueblo" y exigió que "ningún cargo público se ampare en privilegios". Además, ha reclamado "una justicia merecedora de tal nombre", que actúe "para evitar que ninguna persona pueda sustraerse a su acción, máxime cuando ello supone un motivo de vergüenza y bochorno para todo un país". Los partidos opositores PP y Ciudadanos, al contrario, se han declarado respetuosos de la decisión del rey emérito. En cuanto al jefe del Ejecutivo, Pedro Sánchez, su despacho comunicó su "respeto" por la decisión de Juan Carlos I e hizo hincapié en "el sentido de la ejemplaridad y la transparencia" de Felipe VI. Pero el 8 de julio Sánchez había declarado que las informaciones sobre el rey emérito eran "inquietantes y perturbadoras"."Defendemos el pacto constitucional y la monarquía parlamentaria, pero si queremos garantizar las instituciones den pasos a favor del sentir de muchos ciudadanos, que quieren instituciones ejemplares", afirmó Sánchez en una entrevista.