Las autoridades reforzaron las medidas de seguridad dentro del Vaticano y en todo el territorio de Italia ante las amenazas de ataques islamistas. Un día después de que el gobierno italiano aprobara medidas de seguridad adicionales, el nuevo comandante de la Guardia Suiza en el Vaticano confirmó que las fuerzas del pequeño Estado también están bajo alerta. “Lo que ocurrió en París con la revista Charlie Hebdo también puede ocurrir en el Vaticano. Nosotros estamos listos para defender al Papa Francisco”, afirmó el comandante Christoph Graf.
La Guardia Suiza, con 110 efectivos, conocida por sus uniformes azules, rojos y amarillos en estilo renacentista supuestamente inspirados de los frescos de Rafael, protege al pontífice desde el año 1506. Graf, de 54 años, concedió su primera entrevista desde que fue nombrado en el cargo el 7 de febrero para remplazar al coronel Daniel Rudolf Anrig, destituido, según medios italianos, por su estilo de mando demasiado estricto. “Pedimos a todos los guardias que estén más atentos y observen todo movimiento de personas”, explicó.
Paralelamente, el comité de seguridad del gobierno italiano aumentó el nivel de alerta y confirmó la decisión anunciada la semana pasada de elevar el número de agentes y soldados que patrullan las ciudades y monumentos clave de 3.000 a 4.800. “El riesgo de un ataque realizado por un lobo solitario o un desequilibrado es real”, dijo el senador Felice Casson, secretario del comité de seguridad. Desde los atentados al semanario satírico francés en París y sobre todo después de las 21 decapitaciones el domingo de cristianos egipcios en Libia por parte del grupo yihadista Estado Islámico (EI), las amenazas de posibles atentados se han multiplicado. En el mensaje del video, con imágenes del brutal asesinato de los 21 rehenes cristianos, el grupo yihadista advierte: “Estamos al sur de Roma”, lo que alertó a las autoridades italianas.
Acción internacional. Al respecto, el gobierno romano se mostró favorable a una acción internacional urgente para evitar que Libia entre en el caos, y dijo que estaba lista para ayudar a monitorear un cese al fuego y entrenar a las fuerzas armadas locales. Asimismo, el Consejo de Seguridad de la ONU debatió ayer la situación en Libia, donde dos gobiernos rivales, cada uno apoyado por ex rebeldes que derrocaron a Muammar Kaddafi en 2011, luchan por el poder.
El ministro de Relaciones Exteriores, Paolo Gentiloni, dijo al Parlamento que las alianzas posibles entre milicias locales y militantes del EI, inspirados por sus pares en Siria e Irak, podían desestabilizar a los países vecinos. “El deterioro de la situación en el terreno fuerza a la comunidad internacional a moverse más rápido antes de que sea demasiado tarde”, dijo en un discurso especial sobre la crisis. “Existe un riesgo claro de alianzas entre Daesh y grupos locales”, agregó, usando un nombre árabe común para Estado Islámico (EI).
Italia, cuyas islas sureñas están a sólo 300 kilómetros de la costa libia, ha visto con alarma la crisis del país desde que las fuerzas occidentales ayudaron a derrocar a Kaddafi. Cientos de miles de inmigrantes han llegado al sur de Italia en barcos inseguros, tras dejar Libia gracias a traficantes de personas que operan libremente en condiciones cercanas a la anarquía. La semana pasada, más de 300 personas murieron intentando cruzar a Italia.