Después de semanas de vértigo y una serie de idas y vueltas sin precedentes en la historia de la República de Italia, los dos partidos ganadores de las elecciones del 4 de marzo pasado impusieron su criterio y formarán gobierno. El líder del Movimiento 5 Estrellas, Luigi Di Maio, y el de la Liga, Matteo Salvini, le torcieron finalmente el brazo al presidente de la República, Sergio Mattarella, que debió renunciar a su plan de crear un gobierno técnico. Incluso lograron imponerle como premier al hace poco defenestrado Giuseppe Conte, a la vez que forzaron al jefe del Estado a descartar a su candidato, el economista Carlo Cottarelli. La derrota del presidente Mattarella parecía completa, casi humillante. La lista de ministros fue oficializada anoche ante el presidente y dada a conocer a la prensa por el propio Conte, luego de reunirse con el jefe del Estado. El nombre que había causado la tormenta política, el economista antieuropeo Paolo Savona, formará parte del gabinete en Asuntos Europeos, pero no en la sensible cartera de Economía y Finanzas.
"Se han reunido todas las condiciones para formar un gobierno", anunciaron Di Maio y Salvini en un comunicado conjunto. Horas más tarde, el profesor Giuseppe Conte, hasta hace poco un ignoto jurista, "subía a la Colina", frase que se usa en Italia para decir que alguien visita la sede de la Presidencia de la República, el palacio Quirinal. Allí Conte habrá tenido un momento de personal satisfacción al imponerse como candidato premier a quien lo había forzado a renunciar a esa aspiración hace pocos días. Ya designado candidato oficial, ahora Conte debe lograr el voto del Parlamento, algo que seguramentehará hoy, dado que M5E y la Liga, más algunos aliados menores, tienen la mayoría en las cámaras de Diputados y Senado.
El líder de la Liga, Salvini, se convertirá en ministro del Interior, mientras que el jefe del M5E, Di Maio, será ministro de Desarrollo y Trabajo. Los dos serán además vicejefes de gobierno, anunció el propio Conte al salir del despacho del presidente. Por su parte, el controvertido Paolo Savona, declarado enemigo del euro y de la Unión Europea, estará a cargo de Asuntos Europeos, una cachetada para Bruselas, que se ha mostrado muy crítica de un gobierno como el que se formará. Pero Savona no tomará la cartera de Economía y Finanzas, como se había propuesto anteriormente, propuesta que había llevado al rechazo frontal de Mattarella y forzado el fracaso del primer intento de formar este gobierno. Ahora, ese decisivo ministerio estará a cargo del profesor de Economía Giovanni Tria.
Ayer, el diario económico Il Sole 24 Ore publicó un artículo de Tria de 2017 en el que se muestra crítico de la gestión económica de la UE y propone un plan de inversiones públicas que no tome en cuenta los parámetros de gasto público que imponen Bruselas y las economías de Europa del Norte, con Alemania a la cabeza. Esto indica que, junto a Navona en Asuntos Europeos, el nuevo gobierno planteará serios conflictos a los socios europeos. Romano, de 69 años, licenciado en jurisprudencia, Tria es profesor de Economía política en la Universidad Tor Vergata, de Roma. Hasta 2017 fue presidente de la Escuela Nacional de Administración. También trabajó en el Banco Mundial como consultor para Africa. Tria no oculta sus críticas a la concepción que dio nacimiento a la integración europea, aunque está muy lejos de las posturas radicales de Savona, quien plantea un programa de salida del euro. Tria, en el citado artículo de Il Sole 24 Ore del 9 de marzo de 2017, afirmaba que "no tiene la razón quien invoca la salida del euro sin más y como panacea a todos los males, pero tampoco el presidente del Banco Central Europeo, Mario Draghi, cuando dice que el euro es irreversible, si no señala cuáles son las condiciones y los tiempos para las necesarias reformas para que sobreviva" la moneda común europea.
Aunque el Parlamento aún debe autorizar el nuevo gobierno, esto se da por descontado, al punto que el juramento del nuevo Ejecutivo se anunció para hoy a la tarde. Si no hay más obstáculos imprevistos y se forma hoy este Ejecutivo, habrá terminado una serie alocada y vertiginosa de días con cambiantes alternativas. Así, el pasado 25 de mayo, Conte era el premier designado por Mattarella pero resistido por el presidente. Mattarella denunciaba "inadmisibles presiones" de la Liga y 5 Estrellas para designar a Savona en Economía y Finanzas. El domingo 27, Mattarella defenestró a Conte, quien fue candidato a premier por sólo 4 días. El 5 Estrellas reaccionó con furia y Di Maio anunció que pediría el juicio político del presidente de la república. Al día siguiente Mattarella designó a Cottarelli, ex funcionario del FMI y apodado "Manos de tijeras" por su labor de recorte del presupuesto durante el gobierno de Gianni Letta. Pero ya el 29 de mayo Cottarelli era un candidato fallido y sin futuro: nadie lo votaría en el Parlamento. La rebelión del 5 Estrellas y la Liga se llevó a las calles, con actos furibundos de sus dos líderes. Finalmente, el 30 de mayo cuaja la crisis: Cottarelli resigna su postulación, y ayer, último día de mayo, la Liga bajó la candidatura de Navona a la cartera de Finanzas. A la vez, el 5 Estrellas se retractó de su pedido de juicio político contra Mattarella. Se aceleró entonces el cierre de la crisis con un retorno de Conte como postulante a premier y su "subida a la Colina" para encontrarse con Mattarella. Hoy, finalmente, luego de 89 días de transcurridas las elecciones del 4 de marzo, Italia debería tener finalmente un gobierno en plena regla. Eso sí, por primera vez en su historia republicana, será dirigido por dos movimientos populistas y no por partidos tradicionales.
El malestar europeo ya era explícito desde antes de esta salida política. El presidente de la Comisión Europea, Jean Claude Junker, tuvo palabras durísimas hacia Italia. "Los italianos deben trabajar más y ser menos corruptos, y dejar de culpar a la UE por los problemas de Italia", disparó el alto funcionario en Bruselas durante una charla pública. "Los italianos deben hacerse cargo de sus regiones más pobres. Los ayudaremos, como siempre hemos hecho. Pero no hagan el juego de descargar las responsabilidades en la UE".