Jerusalén. — El primer ministro Ehud Olmert, el ministro de Defensa, Ehud Barak, y el jefe
del Estado Mayor, general Gabi Ashkenasi, mantuvieron ayer una reunión de emergencia para analizar
la posibilidad de iniciar una ofensiva a gran escala en Gaza ante la repetición de los ataques con
misiles desde ese territorio palestino sobre blancos civiles israelíes.
La ciudad sureña de Sderot está en estado de rebelión civil desde que el
sábado a la noche una lluvia de cohetes palestinos la castigó con dureza, hiriendo de gravedad a un
niño y su hermano mayor, además de varios adultos. Al menor le tuvieron que amputar una pierna.
Solamente el viernes, 40 misiles Qassam palestinos impactaron en territorio israelí.
Durante la reunión de gabinete de ayer, el ministro del Interior Meir
Shitrit dijo que el ejército debería “eliminar” un barrio completo de la ciudad de Gaza
en represalia por los ataques. Los habitantes, dijo el ministro, serían avisados previamente.
Varios ministros plantearon volver a la política de asesinatos selectivos de líderes palestinos. El
jefe político de Hamas, Ismail Haniya, sería “un objetivo legítimo”, precisó Shitrit.
Hamas, un grupo extremista islámico que cuenta con apoyo de Irán, se apoderó de la Franja de Gaza
en junio pasado, luego de asesinar o expulsar a los funcionarios y policías de Fatah, la formación
laica que responde al presidente palestino Mahmud Abbas.
El vicejefe del gobierno israelí Jaim Ramon consideró que los ataques
con cohetes son un “crimen de guerra” y que Israel tiene derecho a responder. Los
ataques palestinos son poco eficientes, pero su persistencia desde hace meses ha prácticamente
anulado la vida normal en Sderot y otras poblaciones del sur israelí. Las formaciones palestinas
atacan blancos civiles. Además la ofensiva de los Qassam se inició sin una previa agresión israelí,
señalan los israelíes.
El premier Olmert llamó a la moderación y sostuvo que la ira no puede
constituir un programa político. Pero el margen de maniobra de Olmert se reduce. Ayer los
enfurecidos habitantes de Sderot bloquearon los ingresos a Jerusalén y exigieron la dimisión del
primer ministro.
El diario israelí Maariv informa que el jefe del Estado Mayor ha
ordenado preparar una ofensiva por tierra en la Franja de Gaza, la única manera de terminar con las
bases de cohetes palestinos.