Se espera que el actual presidente del Tribunal Supremo de Irán, Ebrahim Raisi, obtenga la victoria y se convierta en el octavo presidente de la República Islámica instaurada en 1979, en las elecciones de este viernes. El político y clérigo islámico ultraconservador, famoso por su participación como fiscal en la ejecución de miles de presos políticos a finales de la década de 1980, no es un desconocido para los iraníes. Raisi ha sido el jefe del poder judicial de la nación desde 2019.
Para ganar las elecciones de este viernes en la primera vuelta, necesita la mayoría absoluta. Y podría obtenerla, dado que muchos iraníes tienen previsto no acudir a las urnas -los últimos sondeos anticipan una participación históricamente baja, en torno al 40%. Las encuestas sugieren que solo 23 millones de los 59 millones de votantes con derecho a voto tienen previsto acudir a las urnas. En tal caso, para salir victorioso, a Raisi le bastaría con que 12 millones de iraníes le den su voto.
Si ningún candidato obtiene una mayoría clara, los dos más votados se enfrentarán en una segunda vuelta una semana después, el 25 de junio.
Elecciones en plena crisis económica
Este viernes se elije al sucesor de Hassan Rohani, un presidente moderado que no puede volver a presentarse tras cumplir dos mandatos consecutivos de cuatro años. El máximo poder en Irán lo sustenta empero el líder supremo, el ayatolá Alí Jamenei, pero el presidente tiene fuerte influencia en la política económica y de asuntos exteriores.
Las elecciones llegan en un momento crítico para Irán. La economía sufre el impacto de la pandemia y de las sanciones estadounidenses impuestas por la administración del expresidente Donald Trump, después de que Washington, y luego Irán abandonaran el acuerdo nuclear internacional alcanzado por Teherán y las potencias mundiales en 2015. La reactivación de las sanciones sumió a la economía en la recesión, y Rohani fue criticado por los ultraconservadores por haber confiado en Occidente. En abril pasado, Irán anunció oficialmente que estaba enriqueciendo uranio al 60%, muy por encima de lo que requiere el uso civil de este mineral radiactivo.
Leer más: Irán acelera su plan de enriquecimiento de uranio
La agencia de control nuclear de la ONU ha llamado la atención a Teherán sobre su violación de las pautas establecidas en el acuerdo de 2015, pero sin ningún resultado. Irán se escuda en que EEUU se retiró unilateralmente y antes que él del acuerdo, por orden del entonces presidente Donald Trump. Este sacó a EEUU del acuerdo en mayo de 2018. A partir de entonces, Irán comenzó a incumplir de manera paulatina pero creciente con sus compromisos asumidos en el acuerdo de 2015. Los llamados a mantenerse en el tratado de la Unión Europea no fueron escuchados por Teherán.
El país de 83 millones de habitantes tiene actualmente bloqueadas por Estados Unidos la venta de su petróleo y las transacciones comerciales con gran parte del mundo.
Raisi pertenece al bando ultraconservador que más desconfía de Estados Unidos y ha criticado duramente a Rohani desde que el acuerdo nuclear comenzó a deshacerse. "Muchos observadores esperan que Raisi gane las elecciones", dijo Sanam Vakil, subdirectora e investigadora del Programa de Oriente Medio y el Norte de África del centro de estudios Chatham House, con sede en Londres.
Tanto la UE como Estados Unidos han impuesto sanciones a Raisi por su papel en las violaciones de los derechos humanos que se produjeron en Irán durante las protestas antigubernamentales de 2019.
Además, Vakil señala que Raisi es una figura desconocida para la comunidad internacional, y sus posturas sobre importantes cuestiones regionales y globales siguen sin estar claras. "Por eso creo que los países europeos, sobre todo Alemania, Francia y Reino Unido, van a ser bastante cautelosos, pero probablemente estarán más unidos", dijo.
Contra el acuerdo nuclear
Aunque Raisi había criticado duramente el acuerdo nuclear internacional de 2015, durante la campaña electoral -como todos los demás candidatos- subrayó su intención de respetarlo, pese a que Irán dejó de acatarlo. Mohammad Javad Zarif, ministro de Asuntos Exteriores del actual presidente Rohani, encabeza actualmente la delegación iraní en las conversaciones internacionales de Viena para reactivar dicho acuerdo nuclear.
Hasta ahora, los iraníes solo han mantenido negociaciones indirectas con diplomáticos estadounidenses, a través de representantes de la UE. Sin embargo, muchos observadores creen que Zarif concluirá las conversaciones antes de que el próximo presidente iraní tome posesión de su cargo en agosto. Los medios de comunicación iraníes también sugieren que se ha encargado a Zarif la tarea de presionar al margen de las conversaciones en Viena para que se elimine el nombre de Raisi de las listas de sanciones de la UE y Estados Unidos.
Un compromiso con el acuerdo nuclear por sí solo no sería suficiente para la comunidad mundial, considera por su parte, Bijan Djir-Sarai, legislador alemán y miembro de la Comisión de Asuntos Exteriores del Parlamento en Berlín.
"El acuerdo nuclear con Irán solo tiene sentido si también se adoptan acuerdos adicionales como sobre el papel de Irán en la región y el programa de misiles iraní", dijo. "Yo recomendaría a la Unión Europea, y también al gobierno alemán, seguir una política hacia Irán que se guíe no solo por intereses, sino también por valores", añadió. "Eso requeriría abordar el papel destructivo de Irán en la región, así como condenar las flagrantes violaciones de los derechos humanos en el país".