Irán amenazó con "dar un firme paso" para retirarse del acuerdo nuclear que firmó en 2015 con las potencias mundiales y comenzó a incumplir este año. Para evitar este nuevo imcumplimiento Irán exigió que Europa ofrezca garantías para que pueda vender petróleo antes de que venza el plazo límite impuesto unilateralmente por Teherán. La amenaza fue lanzada ayer por un portavoz del gobierno iraní, mientras diplomáticos iraníes viajaban a Francia y Rusia para negociaciones de última hora.
Los comentarios de Ali Rabiei en Teherán remarcaron el plazo fijado por Irán de forma unilateral, y que da a Europa hasta el próximo viernes para proponer una forma de que Teherán pueda vender su petróleo en el mercado global. Estas ventas se paralizaron debido a las sanciones impuestas por Estados Unidos después de que se retirase del acuerdo nuclear en 2018. Irán respondió este año con retiradas parciales y progresivas. El ultimátum a Europa es el preanuncio de otro paso atrás en el cumplimiento del acuerdo nuclear. Irán busca así culpar a EEUU de su retirada del tratado nuclear. Las potencias europeas firmatarias responden que Teherán debe cumplir lo firmado con independencia de la retirada de Estados Unidos o de sus sanciones. Los firmantes del acuerdo de 2015 son: Irán, de un lado, y China, Rusia, Alemania, Francia, Reino Unido y Estados Unidos, del otro.
El ministro iraní de Exteriores, Mohammad Javad Zarif, se encontraba ayer en Moscú, mientras que su número dos viajó a París con un equipo de economistas para un último esfuerzo diplomático antes de que venciera el plazo autoimpuesto por Teherán. El presidente de Francia, Emmanuel Macron, sorprendió la semana pasada a la cumbre del Grupo de los 7 en Francia al invitar a Zarif. La estrategia de Irán es de "compromiso por compromiso", dijo Rabiei.
"El petróleo iraní debe comprarse y ese dinero deber ser accesible para que regrese a Irán", exigió. "Este es el tema de nuestras conversaciones". El embargo de EEUU a las transacciones de Irán dejó a este país sin más de la mitad de sus ventas de petróleo, pese a que Washington no es comprador. Sus sanciones alcanzan a las empresas y países que compren a Irán y estas compañías y naciones prefieren dejar de comprar crudo a Irán que sufrir esas sanciones. El mercado petrolero es muy flexible y permite cambiar de abastecedor con cierta facilidad, algo que van en desmedro de Irán.
Irán ya ha superado los límites de almacenamiento y enriquecimiento de uranio que establecía el acuerdo de 2015.
En tanto, Irán ha reconocido que la semana pasada tuvo lugar un "accidente" en una plataforma de lanzamiento de misiles, pero ha asegurado que "no tiene nada que ver con el lanzamiento de un satélite de comunicaciones", como afirmó el presidente Donald Trump. Este publicó en Twitter imágenes satelitales que muestran al sitio devastado luego de la explosión.
El portavoz del Ejecutivo iraní, Ali Rabiei, ha asegurado, que la explosión no provocó daños personales. Las informaciones señalan la destrucción total del cohete que debía poner en órbita el satélite iraní Nahid-1. Las autoridades invitaron a periodistas al centro espacial de Teherán para asegurarles que el satélite estaba intacto.
Washington ha expresado su preocupación en reiteradas ocasiones por este tipo de lanzamientos, porque la tecnología utilizada para la puesta en órbita de satélites también sirve para lanzar misiles con cabezas nucleares o convencionales. La historia de la Guerra Fría ha mostrado ampliamente este aspecto dual de la tecnología espacial y de cohetes o misiles.